Directorio
lunes, 29 de julio de 2019
La popularidad :INEGI VS. CONEVAL
POR Javier Risco
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¿Cuánta gente de Zongolica conocerá al INEGI? ¿Cuánta gente de Arcelia sabrá lo qué hace el Tribunal Federal Electoral? ¿Cuántos de Cunduacán sabrán el nombre de un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación? ¿Cuántos de Salvador Alvarado sabrán los nombres de los secretarios de Estado? Hago estas preguntas porque todo indica que la popularidad le importa mucho al Presidente, si en un poblado la gente no conoce a un organismo, institución, secretaría o servidor público… no sirve.
Ayer, el Presidente, en un evento en el Hospital Rural de Zongolica, Veracruz, realizó una nueva consulta a mano alzada, de esas que le gustan; lo hizo para sustentar sus dichos de la semana pasada sobre la posible desaparición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval): “A ver, en honor a la verdad, que levanten la mano los que saben qué es el Coneval. Bueno, que levanten la mano los que no saben qué cosa es el Coneval”, la respuesta fue la esperada, casi todos levantaron la mano, “Todos los organismos con oficinas, funcionarios bien pagados, oficinas lujosas rentadas. Este Coneval, un edificio moderno. No conocen ni siquiera a las comunidades, tan es así que las comunidades no los conocen a ellos”. También justificó la remoción de Gonzalo Hernández Licona, “ya llevaba 13 años y quería seguir ahí. Por cuestiones de honestidad, él debería entender que ya no es la misma política, no somos neoliberales […] el que no contribuya a la transformación de México, el que está a favor del inmovilismo, del status quo, es conservador, se dedique a la política o se dedique al periodismo”. Así cerró su semana el Presidente y con esto pone una nueva vara para medir la eficiencia y necesidad de instituciones y servidores públicos, el conocimiento popular. Si la gente no los conoce, su trabajo se traduce en simulación.
Yo estoy seguro que el Presidente sabe la diferencia entre el trabajo de la Secretaría de Bienestar, cuya labor es la elaboración de acciones, programas y políticas públicas para reducir la pobreza y buscar el desarrollo social, y el Coneval, un órgano evaluador; realmente la gente no debería de conocer lo que hace este Consejo Nacional, pero si ese es el problema, que el gobierno federal empiece una campaña agresiva de comunicación para que la gente conozca sus estudios sobre los programas de pobreza, que invierta más presupuesto en publicidad.
Exigir que el Coneval resuelva la pobreza al visitar una comunidad habla de una ignorancia total o de un callejón sin salidas lógicas para justificar la desaparición de un organismo que ha hecho un gran trabajo.
Estamos llegando al sinsentido, no ha habido una voz dentro o fuera del gobierno que justifique el amago para desaparecer la labor del Coneval, y cuando esto sucede el Presidente se refugia en consultas a mano alzada que empiezan a convertirse en un hecho que, sinceramente, ni siquiera deberían de replicar los medios porque no sustentan ningún argumento válido. ¿Qué exhibe esta nueva consulta a mano alzada? Que nos quedan cinco años de justificar decisiones que topan con pared con ejercicios de participación (mínima) en distintos pueblos del país y así tendremos un Presidente sonriente, uno que sabe que ha tomado una buena decisión.
¿Si la gente de Zongolica conociera la labor del Coneval sería más o menos pobre? No. Fin de una discusión que se está convirtiendo en un circo.
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