Ciudad de México | Desinformémonos. A pesar de las muchas décadas de lucha feminista, según los medios las mujeres sólo pueden ser santas o prostitutas y cuando reportan casos de violencia ellas siempre son las culpables, expuso la académica de la Facultad de Filosofía y Letras, Sandra Lorenzano, al participar en el coloquio El Cuerpo Femenino y sus Narrativas.
Como ejemplo de ello citó el percance de la madrugada del 31 de 2017, cuando un automóvil de lujo se impactó contra un poste de avenida Reforma, provocando la muerte de cuatro pasajeros. La reacción en redes sociales ante este incidente fue lamentar el deceso de tres personas y condenar la conducta de una de las occisas tan sólo por estar casada e irse de noche y sin su esposo a un bar.
“La escritora Tania Tagle se dio a la tarea de revisar las notas aparecidas en distintos diarios y en todos aparecían comentarios ofensivos por parte de los lectores, lo que la hizo escribir un tuit que decía ‘México: cuatro personas murieron en un BMW este viernes. Tres en un choque y una por puta. Las mujeres siempre nos morimos por putas’. Inmediatamente comenzó a recibir ataques dirigidos a la víctima y contra ella”, explicó Lorenzano.
A fin de documentar los insultos, Tagle fotografió mensajes como “¿qué diablos hacía de fiesta? De seguro también iba borracha”, “el problema es que siendo zorrita se quiso casar; hubiera seguido de zorrita sin engañar a nadie”, o “era una chica de cascos ligeros que bebía con desconocidos a escondidas, ¿en qué pasos andaba?”.
Sobre dichas actitudes de hostilidad, Lorenzano aclaró que éstas se repiten sin importar si se trata de un accidente, una violación, un asalto o un feminicidio y como prueba refirió el asesinato de Lesvy Osorio, “un caso en el que la joven fue juzgada y condenada desde el principio”.
Para la también poeta, el primer linchamiento desde las redes vino de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México, entidad que faltó a toda ética al publicar un par de tuits que decían: “El día de los hechos, la pareja se reunió con varios amigos en CU, donde se alcoholizaron y drogaron. Su madre y novio aseguraron que no estudiaba desde 2014 y que dejó el CCH Sur, donde debía materias”.
De entrada, la PGJ debía guardar el secreto de sumario y falló, ¿y de verdad, si reprobaba sus exámenes importa cuando hablamos de un asesinato?, preguntó.
“Las leyes no escritas en el país de los feminicidas dicen: no es derecho de ninguna mujer beber, drogarse o deber materias, por lo cual no se exigirá, con la misma fuerza, el esclarecimiento del asesinato de una puta, de una alcohólica o de una mala estudiante, que el de una niña obediente, casta y pura. Otra vez regresamos a esta idea de la santa o la prostituta”, indicó.
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