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lunes, 7 de octubre de 2019

Presos crean y comercializan su arte

Personas que se encuentran encarceladas pueden expresarse mediante el arte y capitalizarlo


Sin duda alguna, en los últimos años las causas sociales han sido las protagonistas de diversas pasarelas y colecciones en el sector de la moda, evocando distintos temas en salud, medio ambiente y por qué no seguridad, siendo esta última el motivo de la creación de Prison Art, propuesta de “moda con causa” que surge dentro del penal de Puente Grande, Jalisco.
Después de pasar 11 meses en prisión y luego ser declarado inocente, Jorge Cueto, comenzó este concepto: “El proyecto empezó hace 6 años y mientras yo estuve en la cárcel pude ver cómo se vive allá adentro y las dificultades que tienen los chavos que están recluidos, la mayoría de los que están ahí no tienen preparación de nada, ni oficio y cuando salen pues no tienen apoyo de nadie, entonces iniciamos con la idea de hacer que ellos tuvieran una vida esperanzadora, que realmente se pudieran integrar a la sociedad y evitar que se involucren en la delincuencia”, dijo Cueto a El Sol de México.
La gran mayoría de los empleadores en México requieren un historial criminal limpio, por lo tanto, las personas anteriormente encarceladas enfrentan barreras sustanciales para el empleo, respecto a esto, opinó “la idea eran confrontar esa situación y ayudarlos, primero capacitarlos en la cárcel, apoyarlos en su programa de rehabilitación, que muchos de ellos quieren salir adelante, pero no tienen los medios para lograrlo. Finalmente, a todos aquellos que hayan cumplido de alguna manera, con las reglas del proyecto les damos trabajo al momento de que obtengan su libertad”.
Actualmente el proyecto tiene 200 personas, de las cuales 160 están privadas de su libertad y las restantes están libres y trabajando en la empresa.
Jorge descubrió que los individuos encarcelados eran muy buenos para tatuarse, y aquellos que no sabían cómo estaban aprendiendo las habilidades muy rápidamente. El fundador de la compañía fusionó estas habilidades con la ambición de la marca de producir mercancías hechas a mano con un valor agregado que sería muy apreciado por su singularidad e impacto social.
“El objetivo es que les enseñamos una mezcla de tatuaje tradicional, diseño moda y arte, que tiene como resultado la línea de productos que se venden bajo la marca de Prisión Art, que son productos de piel que están tatuados a mano, cada pieza es única que nunca se repite y tratamos de desarrollar la individualidad de quien la hace y la usa”, explicó.
Prision Art ha permitido a los prisioneros dirigir todas sus energías creativas y capacidades artísticas hacia la creación de artículos para el uso diario que diseñan, dibujan y tatúan.
“La participación de los muchachos es positiva, los veo muy contentos, lo que más les gusta es que cuando tienen la libertad, automáticamente tienen un puesto de trabajo con nosotros, ahora tenemos gente trabajando en las oficinas, en el taller, o desde su casa y eso es lo que les da más esperanza a ellos. Es un cambio total que se le da a su vida”.
Gracias a su experiencia de vida, Jorge también ha tenido un gran cambio en su vida, por eso el proyecto también busca apoyar a comunidades vulnerables “sacamos una colección de ponchos creada por ellos y bordados por de artesanas de Puebla, comunidades indígenas, entonces estamos haciendo ese tipo de coaliciones de equipo con otros grupos vulnerables, con la idea de que cada vez estemos integrando más proyectos para ayudar”.
Actualmente la marca tiene 15 tiendas alrededor del mundo, Alemania, Barcelona, Cancún, Ibiza, Ciudad de México, entre otras “son tiendas que muestran que la gente que está en la cárcel, esta recuperada, tiene talento. Nuestra marca es de lujo, no solamente es de lujo por vender sino poder mostrar la causa que estamos haciendo”, concluyó.

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