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martes, 25 de julio de 2017

Presidencia da mal ejemplo


En 2016 la Oficina de la Presidencia gastó 85 por ciento más que lo autorizado por el Congreso. No se puede hablar de orden y austeridad en el Poder Ejecutivo cuando su autoridad máxima, el Presidente de la República no pone el ejemplo.

En el 2013 aumentaron los impuestos argumentando que la baja del precio del petróleo abrió un hueco en las finanzas públicas y que era indispensable ese aumento para evitar una mayor deuda y déficit. El ejecutivo se comprometió a reducir su gasto e iniciar un presupuesto base cero: revisar el destino de los egresos, identificar los que no tuvieran un beneficio concreto y suprimirlos. Promesas que no cumplieron.

El aumento de impuestos le generó al ejecutivo ingresos record del 2013 al 2016, cuatro veces mayores a los que representó la caída de los ingresos petroleros. Sin embargo, esos ingresos no se utilizaron para reducir el déficit y la deuda sino para gastar más. En cuatro años, el gobierno del presidente Peña Nieto gastó mil 152 millones por arriba de lo autorizado por el Congreso. Si hubiera respetado los presupuestos aprobados, habría terminado el 2016 con un pequeño superávit presupuestal y fortalecido la economía.

EPN tuvo los suficientes ingresos vía impuestos, aún sin contar los 600 mil millones que le trasladó BANXICO, para equilibrar las finanzas públicas, como lo demuestro con cifras en cuadros y gráficas en el libro EPN: EL RETROCESO.

EPN tuvo la oportunidad de reducir los desequilibrios en las finanzas públicas, pero no la aprovechó. Los frutos de cuatro años de gobierno fueron menos crecimiento, más deuda, más inflación y más devaluación, debido también a un aumento del gasto y del desorden en Pemex, que generó una creciente deuda y déficit, no por la baja del precio del petróleo sino por su corrupta y pésima administración.

Las causas de la debilidad de la economía mexicana es por malas decisiones de su gobierno, no por causas externas, como lo pruebo con datos en el libro citado, por lo tanto la solución depende básicamente del presidente de México, no de factores externos.

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