Cuál será el futuro de Futuro 21 cuando en ésta célula política ya conviven miembros de todos los partidos que existen, los inconformes de los mismos y aquellos que buscan oportunidad para seguir dentro de la única empresa que en México da ocupación y paga bien, como es la política.
Futuro21 no tiene reglas claras y solo busca hacerse presente para garantizar chambas a futuro.
¿Convicción?, por supuesto que no existe, cada uno rezará a su santo y empezará a levantarse un nuevo tlatoani que buscará remar contra corriente y erigirse como el marcador de rumbos en este país con tantas brechas ideológicas y tantas sendas políticas.
Lo único cierto del asunto es lo incierto de Futuro 21, ligada de manera directa con las ruinas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en donde apenas dijo adiós el ex candidato a la Gubernatura del Estado de México y actual miembro del Congreso de la Unión, Juan Zepeda, por no convenir a sus intereses.
De entrada, esta organización no tiene nada de novedoso y está aplicando lo que bien saben hacer Jesús Zambrano y Carlos Navarrete, reliquias de alicaído PRD, que es “cachar” de todo y a todos aquellos que estén descontentos, lo cual incluye a izquierdistas, socialdemócratas, neoliberales y toda una gama de pareceres que, de momento, pululan en el universo político mexicano.
Además, en este tiempo de incertidumbre todo puede pasar, por lo pronto ya están varios ex priístas que no por ser flama apagada, no dejan de generar cuchicheos como Beatriz Páges, y José Narro, o Cecilia Soto, ex candidata presidencial por el Partido del Trabajo o el propio Gabriel Quiadrí.
Lo más interesante es saber que sucederá en los meses venideros y quién tendrá la sartén por el mango para acaparar reflectores y decidir el Futuro político de ésta organización.
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