CIUDAD DE MÉXICO.
Fusiles, ametralladoras de grueso calibre, lanzacohetes, lanzagranadas y granadas de fragmentación de 40 milímetros son parte de la dotación de armas bélicas que tienen en este momento los sicarios del Cártel del Pacífico y que no dudaron utilizar el pasado 17 de octubre en Culiacán, Sinaloa, para salvar a una de sus cabezas, Ovidio Guzmán López.
Informes de la Fiscalía General de la República (FGR), de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Agencia para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego del Departamento de Justicia de Estados Unidos (ATF por sus sigla en inglés), señalan que México es una de las principales vías de acceso de droga hacia la unión americana; sin embargo, las rutas que utilizan los grandes cárteles de la droga, también son usados para el tráfico de armas de nueva generación para las organizaciones del Pacífico, Jalisco Nueva Generación, Golfo, Noreste, entre otras más.
A decir del General Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional (Sedena), en la conferencia de prensa del 31 de octubre, reconoció la capacidad de armamento que tienen en su poder los integrantes de la organización criminal.
“El empleo de técnicas militares, armamento automático y antiaéreo, como son el AK-47, el R-15, lanzacohetes, lanzagranadas 40 milímetros, ametralladoras y fusiles calibre 50, que estos son antiaéreos y obviamente también en contra del blindaje”.
ARMAS ILEGALES
De acuerdo con el Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF), después de las operaciones “Receptor Abierto y Rápido y Furioso”, se ha registrado la entrada ilegal de 200 mil armas anualmente, por las dos fronteras a territorio mexicano, armas que superan la capacidad bélica de algunos ejércitos de Centroamérica.
Para Arturo Ávila Anaya, experto Seguridad Nacional y presidente de la empresa IBN Industrias Militares, el poder de fuego que tiene actualmente el sicariato del mal llamado cártel de Sinaloa, es similar al del ejército de Estados Unidos.
“Tenían una ametralladora browning M2 calibre 50 que se conoce como la madre de todas las ametralladoras, esta puede disparar 550 proyectiles por minuto, de ese tamaño. Son fabricadas por el ejército de Estados Unidos y son de uso exclusivo -en teoría- del ejército estadounidense. También vimos calibre .50, vimos fusiles Barret .50, estos fusiles barret generalmente los utilizan los francotiradores del ejército norteamericano”.
A estas armas se le unen diversos rifles de asalto, como el Avtomat Kalashnikova, Conocido como el AK-47 o Cuerno de Chivo, que hasta el 2007 la empresa que los fabrica había realizado una producción de 80 millones; le siguen los rifles ArmaLite AR-15 y M16, estos rifles de asalto, son los preferidos por los delincuentes por tener un precio económico en comparación con otro tipo de armamento, además de que se pueden modificar y son fáciles de conseguir.
El poder letal de estas armas, se refleja en el número de disparos de cada uno y la distancia que pueden recorrer los proyectiles, como lo señaló en entrevista el experto Seguridad Nacional, Arturo Ávila Anaya.
“También vimos por supuesto calibres 7.62 x 51 que son los famosos rifles AR-15 que son armas muy potentes que son armas que utilizan una munición de .223 y que realizan 750 disparos por minuto y tienen un alcance de entre 400 y 600 metros”.
“Estamos hablando de alrededor de 200 mil armas ilegales que entran todos los años a nuestro país, de los cuales el 70 por ciento viene de Estados Unidos y esto nos habla de un problema grave, un problema que hay que atender, un problema en el que estamos básicamente armando a organizaciones criminales con un armamento bélico”, refirió Ávila Anaya.
Las investigaciones realizadas por los gobiernos de México y Estados Unidos han detectado distintas rutas para el trasiego de armas. Muchas de ellas parten de Texas y pasan por Ciudad Juárez, Chihuahua, con destino final Michoacán.
Le sigue la ruta que inicia en las cruces en Nuevo México, la cual va de Chihuahua a Nogales, Sonora, y termina en Culiacán, Sinaloa. Otra ruta es la que parte de Phoenix, Arizona, cruza Tijuana, Baja California, Nogales y termina en Hermosillo, Sonora.
A través de diversas operaciones, como poner aparatos de GPS en algunas armas, se pudo detectar que las armas viajaron de San Isidro, California, y llegaron con destino final a Tijuana, Baja California, en otro de los casos, partieron de las tiendas de armas de Dallas, Texas, cruzaron por la frontera de Piedras Negras, Sonora y se perdió su rastro en el barrio de Tepito, en la Ciudad de México.
Una última ruta es la que parte de Houston, Texas, pasa por Nuevo Laredo, Tamaulipas, con destino a Tabasco; sin embargo, la mayoría de armas se queda en el municipio tamaulipeco para el Cártel del Noreste y Golfo, dependiendo del proveedor.
De acuerdo con el estudio del Programa de Alta Intensidad de Tráfico de Drogas, del Centro Nacional de Inteligencia sobre las Drogas, del Departamento de Justicia de Estados Unidos, el Cártel del Pacífico tienen presencia en distintas ciudades de la unión americana.
El estado de California es el principal punto de entrada que utiliza, además de los Ángeles, donde surten de droga a 18 condados entre los que sobresalen Atlanta, Chicago, Cleveland, Denver, Las Vegas, Memphis, Miami, Phoenix y Washington D.C.
Mientras que en la región sur abastece a los diversos estados de Texas, Arizona y Nuevo México, estados americanos, donde algunas células de la organización criminal consiguen el armamento que al ser utilizado en Culiacán, Sinaloa, pudo haber dejado una estela de muerte, debido a que los ciudadanos no tienen el blindaje en sus hogares para protegerse de los disparos de las armas de grueso calibre, como las de las ametralladoras Barret o Browning M2 calibre .50, que pueden atravesar blindajes cinco, que son los de mayor soporte y fácilmente pueden atravesar de tres a cuatro paredes de cemento.
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