Focos rojos

Jorge Berry



El momento que vivimos es delicado. Muchas fuerzas están presionando el orden geopolítico mundial que nos ha mantenido relativamente en paz durante 70 años. Nunca es fácil un diagnóstico claro de la situación en la que se encuentran las relaciones internacionales en el momento mismo. Son asuntos que la historia tendrá que valorar con la ventaja de la perspectiva, pero, por lo pronto, conviene estudiar los síntomas para formar al menos una idea de lo que nos espera. Pongámonos al día de algunos de los retos que enfrentamos.

En Rusia, después de una semana ya del accidente nuclear en Nyonoksa, las autoridades no han ofrecido información confiable sobre la explosión. Hay 7 muertos, entre científicos y civiles, pero las dimensiones de la contaminación no se conocen. Médicos que atendieron a las víctimas fueron trasladados a Moscú, donde por lo menos uno de ellos presentó síntomas de radioactividad. Países europeos con frontera con Rusia detectan incrementos radioactivos en su atmósfera. Mientras, el presidente Vladimir Putin enfrenta crecientes manifestaciones exigiendo más democracia. Putin las ignora y, al estilo Luis XIV, arma un gigantesco y ostentoso festejo para celebrar sus 20 años en el poder.
Hablando de protestas, las de Hong Kong son un barril de pólvora para el presidente Xi de China. La semana pasada, millones de manifestantes cerraron durante 48 horas el aeropuerto. Han habido gases lacrimógenos y grupos de choque afines al gobierno central tratando de intimidar, pero la resistencia a someterse al férreo y total control de Beijing sigue fuerte. El gobierno chino amasa tropas en la frontera, mientras difunde videos donde muestra su capacidad de represión. Mientras, China sigue enfrascada en una guerra comercial con Estados Unidos que ha afectado su crecimiento.
En el ámbito comercial, se aproxima ya la que parece será la madre de todas las crisis: en octubre, la Gran Bretaña abandonará a la Unión Europea, y lo hará con lo que llaman el “Brexit duro”, es decir, sin acuerdo alguno que suavice la salida. Las consecuencias pueden ser brutales, y hasta violentas. Más allá de la desestabilización económica mundial, que afectará a todos, Irlanda del Norte tendrá que instalar puestos fronterizos con la República de Irlanda, incrementando la presión política entre la mayoría católica, que preferiría reunificar a Irlanda y seguir siendo parte de Europa, y los protestantes, en su mayoría partidarios de mantenerse como parte de Gran Bretaña. Esto podría reavivar la violencia sectaria que tanto trabajo costó superar. También en Escocia soplan aires independentistas.
En América, en Argentina, el triunfo en las elecciones primarias de los Fernández marca el probable regreso del kirchnerismo, versión moderna del peronismo. Doña Cristina, involucrada en actos comprobados de corrupción, sabe que instalando a su marido en la presidencia libra la cárcel. El problema es que todos los argentinos pagarán sus culpas. Ante el resultado en las primarias, tanto la moneda como la bolsa se derrumbaron, y es inminente una suspensión de pagos. El presidente Macri no pudo con el paquete.
Estados Unidos entra de lleno a una altamente incierta y volátil temporada electoral. El presidente Trump, vulnerable en muchos flancos, recurre a tácticas y argumentos cada vez más radicales en su afán por asegurarse de una reelección que cada día parece más lejana. Su carta más fuerte, el desempeño económico del país, está en peligro de revertirse, ante la expectativa generalizada de al menos una desaceleración importante, sino no es que una franca recesión. Y como todos sabemos, si a Estados Unidos le da un catarro, a México, especialmente con una política económica claramente errática, pues… lo dejo a su criterio, estimado lector.
Así andamos.