La Agencia Espacial Europea investigará la cantidad de nutrientes y agua que necesita un astronauta en el espacio en estado de reposo, como ocurriría en un viaje a la Luna o al planeta rojo.
La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) hará una investigación donde determinará la cantidad de comida y de nutrientes que necesitan los astronautas para viajar a la Luna o Marte, mediante las cantidades adecuadas.
En el estudio que se llevará a cabo en la Estación Espacial Internacional se realizarán diferentes mediciones que permitirán a los investigadores calcular el consumo total de energía de tal manera que las comidas se adapten a los niveles de energía de los astronautas.
Para el desarrollo de la investigación los científicos analizarán durante 10 días al astronauta de la ESA Paolo Nespoli, que viajará a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas inglés) a finales del mes.
Paolo usará una máscara respiratoria para medir los niveles de dióxido de carbono que produce y la cantidad de oxígeno que consume, informó la agencia europea. Mediante su cuenta de Twitter, Nespoli publicó una imagen del casco y el traje que utilizará en la travesía.
Lo anterior servirá para que los investigadores calculen la cantidad de energía que el cuerpo emplea para mantener las funciones básicas en un estado de reposo.
En ayunas el navegante espacial ingerirá una dosis de agua marcada con oligoelementos (zinc, potasio, calcio, cobalto y hierro). Asimismo, mediante el seguimiento de cuánto se elimina con el tiempo en la orina recogida, se deducirá el uso total de energía.
Los oligoelementos
Son sustancias químicas que se encuentran en pequeñas cantidades en el organismo para intervenir en su metabolismo. Se les conoce de esta manera debido a que la cantidad requerida de cada uno de ellos es menor a 100 miligramos y son esenciales para el buen funcionamiento de las células.
Después, Paolo realizará un desayuno estandarizado y usará la máscara respiratoria por cuatro horas, lo anterior con el objetivo de saber cuánta energía consume el cuerpo para digerir, procesar y almacenar la comida.
En la última etapa los investigadores calcularán cuánta energía se emplea en la actividad física, para ello Paolo usará un rastreador en el brazo, donde registrará tiempo, e intensidad de las actividades.
A su vez, se harán mediciones antes y después del vuelo, para obtener información sobre cómo la falta de gravedad afecta el peso corporal, y así saber la razón de que los astronautas en misiones más largas pierden mayor cantidad de peso.
Este estudio espacial también ayudará en la Tierra a entender el balance energético en relación con dieta y actividad, lo cual tendrá un impacto en mejorar el cuidado de los pacientes en cama.
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