Ha arrancado 2021 con una violencia desbordada en Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, San Luis Potosí, Colima, Jalisco, BC
—¿Qué parentesco tienes con El Cañas?
—Es mi sobrino.
Sicarios del Cártel Jalisco interrogaban
a una mujer asociada con el Cártel de Santa Rosa de Lima. La mujer, atada,
vendada de los ojos, reconocía, mientras era grabada, que había ayudado a su
sobrino a vender drogas y armas. Decía que al irrumpir los sicarios del CJNG,
su sobrino y sus hombres habían salido corriendo, y la habían dejado sola.
Mientras el video circulaba en redes
sociales, sus restos desmembrados aparecieron en distintos lugares de
Celaya, Guanajuato.
En esa misma ciudad, la noche del 7 de
enero, un comando a bordo de dos camionetas arribó a un velorio en la colonia
Arboledas de San Rafael. Según las autoridades, varias personas velaban a
un narcomenudista del Cártel de Santa Rosa. Los sicarios llegaron
buscando a dos, pero terminaron matando a nueve: hasta el féretro fue barrido
por las balas. Algunos de los dolientes que intentaron escapar fueron cazados
en la calle por los miembros del comando. Se detonaron más de 60 disparos.
Era la segunda masacre ocurrida en
Guanajuato durante la primera semana de 2021.
La primera había ocurrido el 4 de enero, a
las diez de la noche, en un departamento de la ciudad de León. Ocurrió lo
mismo: los sicarios ingresaron en un domicilio —un departamento— y tiraron
sobre cinco personas. Cuatro de ellas murieron en el momento; la quinta, de
camino al hospital.
La pesadilla estaba de vuelta. O, mejor
dicho, no se había ido. El homicidio en Guanajuato aumentó 23.8% en
2020.
La entidad cerró el año convertida en la
más violenta del país, con 1,547 asesinatos, más que en Baja California.
Ahora, en solo siete días se habían
cometido en Guanajuato 54 asesinatos. Nueve de cada diez estuvieron asociados a
disputas del crimen organizado.
2021 comenzó mal en el país. En los
primeros cuatro días del año se contaban ya 288 homicidios.
En seis días habían muerto de manera
violenta 41 personas en Michoacán. El 7 de enero, el exalcalde de Aquila, Juan
Hernández Ramírez, y su hijo de 18 años, murieron en la comunidad costera
de Maruata. Hasta su domicilio llegaron sicarios en motocicleta, abrieron fuego
y huyeron. El exalcalde, retratado alguna vez junto a La Tuta, líder de
los Caballeros Templarios, había denunciado ante la prensa amenazas
constantes. El estado fue señalado por el presidente López Obrador como uno de
los que muestran alzas de violencia preocupantes: hay una guerra desatada entre
el Cártel Jalisco y los Viagras y en 2020 la tasa de homicidios fue
de 37.34 por cada cien mil habitantes.
La violencia se desbordó la primera semana
de 2021 en regiones diversas de México: en solo seis días, 33 homicidios en
Baja California, 29 en Jalisco, 27 en Veracruz.
Los homicidios en Jalisco están ya al doble
que en 2020.
El año comenzó en Tijuana con seis
ejecutados: cadáveres en caminos de terracería, encobijados, cuerpos con
disparos en la nuca.
En solo ocho días, la cifra era ya de
37 muertes violentas. En un solo día apareció el cuerpo de una mujer
ejecutada, los restos de un desconocido calcinándose en el interior de una
vivienda, la osamenta de una mujer inhumada clandestinamente y restos humanos
en un cerro de la calle B.
A esto se sumó una llamada anónima que
llevó a familiares que buscan a personas desaparecidas a la casa donde hace más
de una década Santiago Meza López, El Pozolero, deshizo en sosa
cáustica los cuerpos de más 300 personas. En una fosa cavada en esa finca
fueron encontrados siete cadáveres más.
15 cuerpos acababan de aparecer en fosas de
Salvatierra, Guanajuato.
En los primeros cinco días de 2020 hubo 339
homicidios dolosos en el país. En los primeros cinco días de 2021 los datos del
gobierno registran 367 homicidios. 73.4 diarios contra 67.8 del mismo periodo
el año pasado.
Ha arrancado 2021 con una violencia
desbordada en Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, San Luis Potosí, Colima,
Jalisco, Baja California…
El primer día de 2021, según la Comisión
Nacional de Seguridad, se habían contado ya 73 asesinatos. Solo en Veracruz
hubo siete.
En términos de violencia, 2021 comienza con
una nota trágica. Expertos prevén que, en este año electoral, en que estarán en
juego 15 gubernaturas, la renovación de 30 congresos y más de 20 mil cargos a
nivel local, el crimen organizado, al igual que otras veces, moverá piezas
a fin de controlar territorios. De camino a la mitad de su gestión, ¿cuál es la
estrategia del gobierno de López Obrador para detener todo esto?
De acuerdo con expertos consultados, las
tendencias anuncian que el que empieza puede ser el año más atroz que hayamos
vivido.
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