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jueves, 13 de febrero de 2020

Maravilla de la naturaleza Región de Teotihuacán-Acolman-Tepexpan





María dela Asunción García Samper.
Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C.

Se localiza al noreste del Estado de México, entre las coordenadas latitud 19°37'05" mínima y 19°46'20" máxima; longitud 98°45'40" mínima y 98°53'27" máxima, con una altura de 2,300 metros sobre el nivel del mar; a una distancia de 40 kilómetros del Distrito Federal. El municipio de San Juan Teotihuacán se encuentra localizado en parte de la zona arqueológica de Teotihuacán, y colinda con las localidades de San Martín de las Pirámides, San Francisco Mazapán, Santa María Coatlan, San Sebastián Xolalpa, Purificación, San Juan Evangelista Y Puxtla. San Martin de las Pirámides localizada entre las coordenadas 19°41' N y 98°51' O. y Acolman localizada en la parte norte-centro del Estado de México, colinda al norte con los municipios de Teotihuacán y Tecámac, al sur con Chiauitla, Tezoyuca y Atenco, al oeste con Ecatepec y al este con Tepexpan-Acolman.

El río San Juan, recorre el Valle de Teotihuacán hasta desaguar en la laguna de Texcoco, su corriente permanente se forma con los manantiales de Teotihuacán y los arroyos de Otumba, además con las aguas que bajan de las vertientes de los montes cercanos. Para el siglo XVI, una fuente histórica nos informa que el señor de Texcoco, Netzahualcóyotl mandó desviar el río Teotihuacán uniéndolo a las fuentes de Ozumbilla que alimentaban los ojos de agua de san Pedro Atzompan, estas fuentes bajaban del cerro de Chiconauhtla, los dirigió hacia la ciudad de Texcoco, en Acátatelo, para el regadío de las casas nobles.


Región de Acolman-Tepexpan.
Fuente: Archivo General de la Nación.
En el siglo XVI, las aguas del río Teotihuacán eran utilizadas para el regadío de las tierras, en su curso permanente, desde los manantiales de San Juan Teotihuacán hasta la orilla del lago de Texcoco. De él se sacaban acequias para regar las tierras de Teotihuacán, Acolman, Tepexpan, Tequisistlán y otros pueblos pertenecientes a estos señoríos, utilizaban los pozos y jagüeyes para surtirse de agua.


Región. Fuente: Archivo General de la Nación.

En la comarca de Teotihuacán, el pueblo de San Juan y sus “sujetos” están asentados entre “fuentes de agua y acequias” todos de manantiales de agua. Sin embargo, en sus sujetos nos dice Castañeda:

”…Falta de agua, beben los naturales de jagüeyes, excepto la cabecera que es abundancia de agua, tiene muchas fuentes en poco trecho de que procede un río grande…”,

Regando con el agua de este río kilómetros de tierra, hasta su entrada a la laguna, pasando por los pueblos de Acolman, Tepexpan y Tequisistlán en términos de Texcoco.

En Acolman, asentado en un llano al pie de una loma llana, no tiene ninguna fuente, únicamente pasa el río San Juan, el cual se divide en cuatro acequias, también este río pasa por Tepexpan el cual también se asienta entre acequias, Tequisistlán cercano a Acolman y Tepexpan, se asienta cerca de las acequias de agua del río San Juan. El valle de Teotihuacán, el más representativo de las regiones que forman la altiplanicie central, con una extensión territorial aproximadamente de 10,500 hectáreas, tiene la forma de un pentágono irregular, altos cerros y montañas forman sus límites, distinguiéndose el cerro gordo por su altura.

En el periodo colonial, se presenta un acontecimiento de gran importancia para la ciudad de México, la amenaza que representaba la influencia de los lagos que la rodeaban, dentro de los cuales el más representativo era el lago de Texcoco y de este último, la más importante fuente de alimentación ha sido el río San Juan Teotihuacán, generando una constante preocupación en los hidrógrafos de la colonia; ya que el caudal de sus corrientes en época de lluvias se incrementaba notablemente, a pesar que sólo era depositada la mitad del caudal directamente al lago, con el nombre de río Ixtapa; y la porción restante, es decir, la izquierda llamada río Nexquipayac se perdía en los pantanos septentrionales del lago de Texcoco.



Región de Acolman. Fuente: Alzate y Ramírez, José Antonio de, (1737-1799).

El gobierno virreinal acordó que el río de San Juan Teotihuacán, por la constante amenaza que representaba, de inundar la ciudad de México, fuera represado, eligiéndose un sitio determinado que contara con las características necesarias para un control adecuado, se llegó al acuerdo que se represaría dicho río después de pasar por Acolman; a unos tres kilómetros al sudoeste del poblado por medio de un dique que fuera construido entre dos lomas que estrechaban el valle.


Capilla de Rey en la presa de Cuanalan-Acolman
Fuente: Fototeca Casasola.

Las inundaciones a partir de 1629, año en que el convento de los agustinos quedó anegado con más de vara y media de agua, y que la ciudad de México corrió con la misma suerte, provocaron el deterioro de la parroquia que hoy conocemos como el Convento de Acolman. Posteriormente en 1645 y en 1763, se repiten las inundaciones, y refiriéndome a la última, provocó y determinó el desamparo del templo, y posiblemente también que los habitantes de Acolman migraran a otros poblados circunvecinos más seguros, como lo fue cuando se pasa la cabecera al pueblo de Santa Catarina y que algunos de sus vecinos cambiaron su residencia al calvario, nombre que actualmente prevalece, y nos da la información de que es un sitio con determinada altura.
El río San Juan tuvo una influencia determinante en el desarrollo económico y social de la región comprendida desde Otumba hasta Acolman, principalmente, ya que en Acolman aprovecharon los caudales del río San Juan, utilizando sus aguas para incrementar la producción de hortalizas, granos y forrajes para la ganadería de la zona. La constante irrigación y las fértiles tierras del valle de Teotihuacán se convierten en un atractivo para pobladores de otras regiones del altiplano que buscaban tierras más fértiles y productivas. Reflejándose en el desarrollo regional, y las poblaciones que en sus inmediaciones se fueron fundando. Conllevando también aspectos de destrucción de algunas poblaciones, cuando no se podían controlar las subidas de agua, provocando inundaciones, y estas a la vez, influyeron en la desaparición de algunos pueblos como Acolman y Atlatongo durante el siglo XVI y XVII y aún después.

Para el siglo XVIII, se observaba que la construcción de la presa del rey no había dado solución al problema de las inundaciones de la ciudad de México, y que por el contrario se aumentaban las inundaciones en los poblados que se localizaban a su alrededor, como lo fue el caso de Acolman, por lo que se determinó en 1764, utilizar un recurso que en 1630 había sido revelado al teotihuacano de origen don Bartolomé de Alva Ixtlilxochitl, hijo de don Fernando de Alva Ixtlilxochitl, dicho recurso consistía en la existencia de tres sumideros o boquetones atrás de la casa del encomendero que podían conducir las aguas del lago de Acolman, ordenándose abrir una zanja para hacer venir las aguas del río san Juan hasta los mencionados sumideros y observando que el agua se consumía toda; haciéndola correr por más de una semana con sus días y noches, para 1823 se cree que el lago de Acolman desapareció y la presa del rey corrió con la misma suerte. La invasión de las aguas del río San Juan fue determinante en la desaparición de varios pueblos dentro y fuera del valle, siendo uno de los principales el prehispánico pueblo de Acolman, igualmente repercutió en la destrucción de monumentos de la región y algunos efectos negativos en el convento de Acolman, como fue el azolve que sufrió.

Actualmente y principalmente a mediados de los años ochenta, nuestra población ha tenido un crecimiento demográfico impresionante, pasando de 13,000 habitantes a un poco más de 50,000 habitantes por lo que el esfuerzo de nuestras autoridades locales han dirigido sus objetivos a atender las prioridades que ellos consideran más importantes y han hecho caso omiso de la importancia que representan los recursos naturales y para este caso se deben de realizar esfuerzos principalmente en recuperar el caudal del río San Juan por medio de acopio de las aguas pluviales por medio de obras hidráulicas adecuadas, que permitan devolver la imagen original al río san Juan, los recursos hidráulicos con los que cuenta actualmente y determinar los proyectos necesarios para su conservación.

En el siglo XVII se realizó la presa de Acolman, para regular el paso de la corriente del río san Juan hacia el lago de Texcoco, ya Ángel Palerm había planeado, de acuerdo con Pomar, la existencia de una presa prehispánica en Acolman. Cepeda en su Relación Universal, nos dice:

”…vendrá una gran laguna…y por noticias que se ha tenido, antiguamente fueron lagunas…” La presa colonial funciono más de un siglo, en el año de 1674 se volvió a edificar esta presa. De acuerdo a una carta de Cabildo firmada por el Virrey, quien nos dice sobre la primera construcción:”…En la laguna de México y Texcoco entre grandes gargantas de agua por los altos de Otumba y toda aquella comarca, que ha pensado poder encarcelarla en unos grandes valles junto al pueblo de Acolman, haciendo una presa de cal y canto en una boca que está abajo…”

La cortina, que iba de oriente a poniente, desde el pueblo de Tepexpan al de Cuanalan, estaba hecha de argamasa, tenía una compuerta de tornillo para regular y una zanja o desfogue. La continuación de la corriente de las aguas, hacia afuera de la presa, se formaba el río Nexquipayac, que corría hacia la laguna de Texcoco. La cortina de la presa cerraba el paso del río por la boca que se forma al sur de Acolman. La Zona en que se localizaba el pueblo y como centro de Acolman, fue inundada; el segundo quedo en el centro del vaso o comunicarlo con tierra, se construyó una calzada de oriente a poniente.

El siglo XVIII, al reconstruir de nuevo la cortina de la presa que tenía una rotura de 109 m y la compuerta y la zanja desbaratada, la obra nueva que se hizo fue de 109 m de cortina que faltaba; fortalecerla con macizos y contrafuertes, se abrió la compuerta para dar cauce al río, se terrapleno la cauda para que la corriente del agua no destruyera las obras, se sacó de raíz los árboles contiguos a la presa y demolieron las casa en donde se hizo un nuevo puente de bóveda encima de la compuerta, de esta forma sirvió como calzada, y se terraplenó con céspedes la parte interior de la compuerta, hacia el norte.

Acolman siendo estas dos la del Rey en Cuanalan y la de Acolman, Aquí también tenemos registrados dos batanes uno a un lado de la Presa de Acolman y la otra en de acuerdo con los planos del siglo XVI al XVIII sobre esta región y que funcionaron durante le época colonial y como la del Rey y Acolman hasta mediados del siglo pasado.
Otros batanes están registrado para la región de Ecatepec y también los tenemos en Tecámac y San Juan Teotihuacán, estos batanes por lo general están situados en corrientes permanentes de agua y funcionaron hasta el siglo XIX en algunos se conocen por los planos y otros están en ruinas aun.
Batanes:
Un batan es una máquina hidráulica que sirve para extraer agua siguiendo el principio del rosario hidráulico. Consiste en una gran rueda con aletas transversales que se coloca parcialmente sumergida en un curso de agua, el cual, gracias a las aletas, imprime a la rueda un movimiento continuo. Esta, posee en su perímetro una hilera de recipientes (arcaduces o cangilones), que con el movimiento de la rueda se llenan de agua, la elevan y la depositan en un conducto asociado a la noria que la distribuye al canal de regadío u otro tipo de depósito, a la vez estos batanes con la fuerza hidráulica producida por el movimiento y corriente del arroyo o rio mueve la rueda que a la vez mueve una serie de complicadas herramientas que dan vuelta a las piedras del molino o muelas, que son redondas y trituran una sobre la otra el trigo. En la región de Acolman y sus pueblos se cuentan con dos molinos o batanes, el primero está a un lado de lo que fue la presa y el otro en el camino entre Tepexpan y Tequisistlán y el molino de Requera.

Ruinas del batán de san Martin de las Pirámides.


Vista actual de los restos de los Batánes.

Ruinas del batán de Acolman.

Piedras del batán de Acolman hoy las tiene en su casa un particular.


Batan de los Ontiveros en ruinas, es una reconstrucción de cómo era, en base a lo que queda. La piedra del molino aún está a un lado.

Existen también norias para sacar agua de pozos, en las que el movimiento se consigue generalmente utilizando tracción animal, los trapiches, molinos y batanes que llegaron a la Nueva España. Al molino de trigo y en él se presenta el principio fundamental de la molienda, que llegó con el trigo, base de la alimentación española y que poco a poco se adoptó en toda la Nueva España, incluso los indígenas crearon sus gremios de panaderos.
Puentes coloniales uno cerca de la hacienda de san José en Tepetitlan, Acolman, otro en santa Catarina aún subsiste, uno en Tepexpan y en Acolman cerca de la cortina en Cuanalan, el último en Atotonilco.
Bibliografía
García Samper, Ma. Asunción y Héctor Miguel Robinson Fuentes. Procesos Hidráulicos en la Región Norte de la Cuenca de México. Ed. Centro de Estudios Mesoamericanos A. C. México, 2013.
-García Samper, María de la Asunción y Juan Aguilar Cuevas. Tecalco un Altepetl Chichimeca Pame, presencia y fundación siglo IX al XVI. Centro de Estudios Mesoamericanos. A.C, 2018.
-García Samper, María de la Asunción y Efraín Ramírez Arcos, San Miguel Totolcingo a través de su historia, Editorial Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C.2020.
-González, F. El Libro de las Tasaciones de los Pueblos de la Nueva España. UNAM. México, 1952.

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