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martes, 29 de diciembre de 2020

“Aquí no votamos por sonoguachos”. tambalea la barca de Alfonso Durazo

 

 

 


La campaña de Alfonso Durazo a la gubernatura de Sonora ya no ve lo duro… sino que enfrenta un tupido “fuego amigo”, que incluye a la alcaldesa de Hermosillo. Las críticas a su falta de arraigo ya llegaron a oídos del presidente López Obrador.

La barca en que navega Alfonso Durazo hace agua. Desde tierras norteñas nos cuentan que las críticas a su falta de arraigo local no sólo han crecido, sino que han subido tanto de tono que ya llegan incluso al abierto rechazo a su candidatura a la gubernatura de Sonora.

Pero no sólo eso. El exsecretario de Seguridad Pública federal enfrenta resistencias dentro del primer círculo de poder morenista. Célida López Cárdenas, alcaldesa de Hermosillo, no deja de bombardear por debajo del agua la campaña de su propio partido, por lo que ya se habla de una intentona de Durazo para que la candidata a esa presidencia municipal sea María Dolores del Río, exmilitante de Movimiento Ciudadano (ya tuvo ese cargo de 2003 a 2006).

Nos recuerdan que hay una forma de llamar a aquellos que, nacidos en tierra sonorense, lo han dejado todo para hacer vida y carrera en otro lado, principalmente en la Ciudad de México: sonoguachos. 

Desde las filas morenistas del estado aseguran que en estos momentos no hay mayor sonoguacho que Alfonso Durazo, quien ha ido perdiendo poco a poco la ventaja que le daban las encuestas para llegar a la gubernatura.

UNA CARRERA EN LA CDMX

El término, asociado al nombre del exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Andrés Manuel López Obrador, es la forma en la que los sonorenses expresan su descontento por la candidatura del hombre que, desde el inicio de su vida política, ha tenido cargos en la CDMX, lejos de su natal Sonora. 

Durazo fue el secretario particular de Luis Donaldo Colosio cuando éste era el líder del PRI. Tuvo cargos en la delegación Cuauhtémoc –era subdelegado regional de la Zona Centro-Tepito–, trabajó en la Secretaría de Gobernación, en Desarrollo Social, fue el secretario particular de Vicente Fox, diputado, senador… todo en la Ciudad de México.

El único cargo que ha tenido recientemente en su estado natal fue presidir el Comité Ejecutivo Estatal de Morena entre 2015 y 2018. Por eso y más, a sus paisanos se les escucha frecuentemente decir: “Aquí no votamos por sonoguachos”.

EL SELLO DE LA VIOLENCIA

Y es que la candidatura de Durazo ha sido más un capricho que una decisión inteligente que ha superado al mismo presidente. AMLO también está muy consciente de que Durazo no es querido en su tierra. En suma, preocupan los bajos resultados que dio como empleado federal, un cargo al que llegó sabiendo que estaba de paso, porque desde 2018 ya había sonreído ante la posibilidad de ser gobernador de Sonora, luego de que algunos allegados lo destaparan en un evento público.

En dos años dejó el cargo que tenía como misión enderezar el camino manchado de sangre que dejaron Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. Pero nada. Y todo. Nada de acciones contundentes y útiles que bajaran los índices delictivos y, en cambio, continúan las cifras rojas, rojísimas. Durante su gestión ocurrieron más de 63 mil homicidios dolosos, más de mil 700 feminicidios, además de arrastrar la liberación de Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán. También carga con el multihomicidio de integrantes de la familia LeBarón, ocurrido en su natal Bavispe, Sonora. Todo ello en sólo 22 meses de una gestión con magros resultados. 

Por ello, la expectativa de voto para 2021 en favor del hombre que nació en el 54 es precaria. Aún contemplando que diversas encuestas ponen a Durazo un puntito por encima de su principal contrincante, Ernesto “El Borrego” Gándara, quien se perfila para ser candidato de la coalición PRI, PAN y PRD, la realidad local parece estar indicando que la campaña no levanta. 

Hay quienes vaticinan que Sonora será ejemplo de éxito para la alianza opositora, y que Durazo se la ha puesto muy fácil a Gándara, quien sí tiene arraigo en la región.

LA AMIGA-ENEMIGA DE DURAZO

Aunque nada es gratuito, la imagen negativa del exfuncionario federal no es suficiente para presagiar la derrota, pero sí para hacer enemigos hasta dentro de su mismo partido. El “fuego amigo” está que arde.

Resulta que es tan mal visto en su propio estado que una enemiga disfrazada de amiga trabaja en favor de sus adversarios, amasando el terreno para que la campaña de Gándara siga sumando aliados. 

Se trata de Célida López Cárdenas, alcaldesa de Hermosillo, quien cuenta con negro expediente. Ha dado tantos golpes bajos al exsecretario de Seguridad Pública, que éste ya cabildea para que Célida no consiga reelegirse en el puesto. Por ello, Durazo impulsa que la candidata a alcaldesa por Morena sea María Dolores del Río, exmilitante de Movimiento Ciudadano.

Célida López Cárdenas, cercana al exgobernador Guillermo Padrés, brincó al PAN y luego a Morena, para conseguir el cargo que hoy ostenta y que busca conservar. Muchos saben que cuenta con el apoyo del equipo del exsecretario particular de Felipe Calderón, Roberto Gil, quien junto con otros políticos de corazón azul está buscando con ahínco derrotar a Morena en 2021. 

Mientras tanto, apenas el 11 de diciembre, Durazo presentó a María Dolores del Río como miembro estelar de su equipo de campaña. Íntegra, honesta, con gran experiencia y de larga trayectoria. Así la describió por medio de un video.

Con un barco a la deriva, dentro del equipo de campaña de Durazo se respira incertidumbre. Ya se habla de cambios para corregir el rumbo. ¿Qué ajustes se avecinan?

 

 

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