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domingo, 4 de agosto de 2019

Dan mordida para librar los sacramentos; pagan entre 500 y cinco mil pesos

Mediante sobornos, oficinas parroquiales expiden actas originales de matrimonio, bautizo, confirmacion o primera comunión a personas que no cumplen con los ritos eclesiásticos respectivos



Una nueva forma de corrupción en la que incurren funcionarios religiosos preocupa a las arquidiócesis de México, Guadalajara y Monterrey.

Autoridades eclesiásticas han detectado que oficinas parroquiales expiden actas originales de matrimonio, bautizo, confirmacion o primera comunión a personas que no cumplen con el respectivo sacramento.

Por ejemplo, una persona próxima a casarse por la Iglesia, quien nunca hizo su primera comunión, requisito indispensable para contraer matrimonio, soborna al notario parroquial para que le haga un acta con todas las firmas y sellos requeridos.

El costo de esta mordida puede variar de entre 500 a cinco mil pesos.

Un funcionario parroquial de la CDMX, quien pidió no ser identificado, explicó a Excélsior que es fácil obtener documentos religiosos, pues por lo general los sacerdotes confían en la buena fe del personal a su cargo, a lo que se suma que estos trabajadores no son bien pagados e incurren en corrupción para obtener dinero.

“(Algunas personas) buscan certificados de primera comunión o confirmación, pues nunca hicieron ese sacramento y ya tienen fecha para su boda”, relató.

Detectan sobornos en la Iglesia católica

Los interesados pagan a los empleados de las parroquias para que les faciliten documentos.

En lo últimos años, una preocupación sobre una nueva forma de corrupción para, al menos, las arquidiócesis de México, Monterrey y Guadalajara es que en decenas de oficinas parroquiales se han expedido documentos religiosos originales, tales como actas de matrimonio, bautizo, confirmación o primera comunión sin que se llevara a cabo el respectivo sacramento.

La forma de operar, de acuerdo con investigaciones de las autoridades eclesiásticas, generalmente es el siguiente: Una persona próxima a casarse por la Iglesia y que nunca recibió el sacramento de la primera comunión o la confirmación, requisitos indispensable para contraer matrimonio, llega a la oficina del templo, soborna a la secretaría o al notario parroquial con cantidades que van de entre 500 pesos y hasta cinco mil pesos o más para que le realice un acta original con las firmas y sellos requeridos.

Al tener acceso pleno a la documentación, no es complicado hacerlo e incluso “traspapelar” el escrito para que pueda tener hasta un sello episcopal en el caso de las confirmaciones.

El encargado de la oficina parroquial del templo de la Sagrada Familia, en la alcaldía de Cuauhtémoc, explicó a Excélsior que es relativamente sencillo lograr obtener de forma ilícita la documentación religiosa, pues generalmente los sacerdotes confían en la buena fe del personal a su cargo y en ocasiones sus trabajadores administrativos no son bien pagados, por lo que pueden incurrir en prácticas corruptas para obtener un poco más de dinero.

“Principalmente buscan certificados de primera comunión o de confirmación, pues nunca recibieron esos sacramentos y ya tienen fecha próxima para celebrar su boda, por lo que se les exige esa documentación. Ante las prisas buscan corromper a los administrativos de los templos para que aceleren su proceso y les entreguen el acta sin haber siquiera hecho los sacramentos”, relató.

La Iglesia católica expone que los sacerdotes no pueden negar los sacramentos a quienes los pidan de modo oportuno, estén bien dispuestos y no les sean prohibidos por el derecho a recibirlos, sin embargo para ello debe existir un proceso a seguir.

“Los sacramentos no son reiterativos: bautismo, confirmación y orden (porque imprimen carácter), así como el matrimonio que es indisoluble, exigen ser registrados en libros que deben guardarse en la parroquia y en el archivo diocesano.

“En cada parroquia se han de llevar los libros parroquiales, es decir de bautizados, de matrimonios y de confirmados; cuide el párroco de que esos libros se cumplimenten con exactitud y se guarden diligentemente”, expone el Código de Derecho Canónico.

En la mayoría de las diócesis del país se ha buscado que en los templos exista una “notaría parroquial” para que desde ella los fieles realicen todos los trámites que requieran.

Para ello se ha tenido que hacer una edición para los nuevos libros parroquiales de los sacramentos del bautismo, primera comunión, confirmación y matrimonio.

A este problema que, si bien no es generalizado, se suma en diversas diócesis del país el de los sacerdotes falsos que celebran sacramentos que carecen de toda validez para la Iglesia católica y, aunque se expida algún tipo de documento, éste debe revisarse en la notaría parroquial.

Cuando un hombre y una mujer pretenden contraer matrimonio en la Iglesia católica, la oficina parroquial les solicita el acta de primera comunión y la de confirmación.
Los contrayentes deben ir a sus parroquias donde recibieron ambos sacramentos a tramitar un acta reciente, certificada.
Una vez con esos documentos en mano, regresan al templo donde pretenden casarse y los presentan, con lo que ya pueden continuar con los trámites para celebrar la boda el día elegido.
El mecanismo

Para que una pareja se case por la Iglesia debe haber hecho la primera comunión o tener la confirmación.
Una persona que no ha recibido estos sacramentos soborna al notario parroquial con hasta 5 mil pesos.
La oficina puede extenderle un acta original con las firmas y sellos requeridos.
El funcionario parroquial incluso accede al sello episcopal, en el caso de las confirmaciones.

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