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domingo, 4 de agosto de 2019

Mexicanos, 3 de 20 muertos en crimen de odio en El Paso




El Paso. Al menos 20 personas murieron, entre ellas tres mexicanos, y 26 resultaron heridas en un tiroteo ayer en un centro comercial de la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, informaron las autoridades estatales, que investigan el incidente como un posible crimen de odio. El atacante, un hombre de 21 años identificado como Patrick Wood Crusius, se encuentra detenido.

Veinte personas inocentes de El Paso perdieron la vida, declaró el gobernador de Texas, Greg Abbott, en una rueda de prensa. Un día que habría sido normal para ir tranquilamente de compras se convirtió en uno de los días más mortíferos de la historia de Texas, agregó.

Por su parte, Greg Allen, jefe de la policía de El Paso, en la frontera con México, confirmó que el tirador es un hombre blanco de 21 años, quien está bajo custodia. Añadió que el sospechoso escribió un manifiesto de cuatro páginas que indica, en cierta medida, un posible vínculo con un crimen de odio.

El tiroteo comenzó cerca de las 10 de la mañana en el centro comercial Cielo Vista, la policía atendió una llamada de emergencia que alertó sobre un hombre disparando en una tienda Walmart, en la que había 3 mil personas haciendo compras para el regreso a clases.

Los agentes detuvieron, sin usar sus armas, a Crusius, residente de la ciudad de Dallas. Las autoridades creen que el joven fue el único tirador, pero continúa la investigación para aclarar si actuó sólo. Testigos entrevistados por Ap dicen haber visto a otros dos atacantes.

La cadena local KTSM publicó una imagen del presunto autor, tomada por las cámaras de seguridad, en la que se aprecia a un joven vestido con camiseta negra, pantalones cortos y protectores auditivos cuando entra en Walmart con un fusil de asalto.

Un testigo declaró a la cadena CNN que un niño corrió dentro de una tienda del centro comercial, para advertir de un atacante disparando en Walmart, pero nadie le prestó atención.

En un video del incidente que circula en redes sociales, se ven cuerpos tendidos en el suelo del estacionamiento del almacén. Otra grabación muestra a personas que huyen del lugar del ataque y otro video más capta a un hombre escondido bajo estantes mientras se escuchan disparos.

El tiroteo se investiga como un posible crimen de odio, pues un manifiesto atribuido al sospechoso y que circula en internet asegura que el ataque es una respuesta a la invasión latina a Texas, informó el diario The Washington Post. El documento de cuatro páginas también expresa apoyo a la matanza ocurrida en dos mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda, en marzo pasado, donde murieron 50 personas.

El Paso tiene alrededor de 680 mil habitantes y 80 por ciento es latino. Es vecina de Ciudad Juárez, Chihuahua, y sus habitantes mantienen una intensa dinámica social y comercial, con ciudadanos de ambos lados que cruzan para trabajar, estudiar o hacer compras.

El presidente estadunidense, Donald Trump, condenó el tiroteo en Texas como un acto de cobardía y afirmó que nada justifica matar a personas inocentes. Hablé con el gobernador y le prometí el apoyo total del gobierno federal. ¡Que Dios esté con todos ustedes!, tuiteó el mandatario, quien en días recientes ha sido acusado de racismo.

Los agentes desplegaron un fuerte contingente de efectivos, patrullas y carros blindados en el lugar del incidente y pidieron a la población alejarse del área.

El Centro Médico Universitario de El Paso auxilió a 13 pacientes, incluido uno que murió, declaró el portavoz Ryan Mielke a la cadena de noticias CNN. Dos de los heridos que llegaron eran niños que fueron transferidos al Hospital Infantil de la ciudad, indicó.

Otras 11 personas reciben atención médica en el Centro Médico del Sol, de acuerdo con el vocero del hospital, Víctor Guerrero, quien detalló que las edades de las víctimas van entre 35 y 82 años.

Esta tragedia se produce seis días después de que al menos tres personas, entre ellas dos niños, murieron y otras 15 resultaron heridas por un tiroteo en un festival anual de comida de la localidad de Gilroy, en el estado de California.

Como ocurre después de cada ataque, varias voces se alzaron para exigir una mayor regulación del mercado de armas de fuego, algo que las altas esferas políticas no han querido abordar todavía.

Debemos actuar ahora para poner fin a nuestra epidemia de violencia armada, dijo la precandidata demócrata Elizabeth Warren, quien se declaró devastada por el hecho.

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