por Uriel Reyes y Aguilar
Escribir sobre una persona que hoy ya no nos acompaña es una labor complicada, realmente complicada no por otra cosa, sino porque cuesta trabajo pensar que no la volveremos a ver. Conocí a Rafael Flores Miramontes, “Don Rafa” hace unos 4 años justo cuando iniciábamos nuestras colaboraciones en esta Casa Editorial, él fue quien nos ayudaba con los ejemplares a repartir.
Al enterarme del terrible fallecimiento de Don Rafa leía algunos comentarios en Redes Sociales haciendo alusión del gran trabajo y calidad humana que representaba, hoy espero que estas líneas sirvan de homenaje para una extraordinaria persona.
En esta ocasión faltan letras para expresar un reconocimiento sincero al hombre que dedico 15 años de su vida para que no faltara un solo ejemplar de EL MEXIQUENSE, no era un miembro más, Don Rafa era pieza clave, un verdadero compañero y amigo cuya sencillez, humildad y calidez representaba valores que hoy vemos perdidos entre la sociedad.
Don Rafael Flores Miramontes trascenderá por el ímpetu, dedicación, amor y esmero a su trabajo ese es el legado que nos deja a quienes conformamos esta Casa Editorial.
Descanse en paz, Don Rafa.
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