Doctoras y enfermeras se enfrentan a un desfase en el salario de 28 por ciento y más riesgo de contagio
La pandemia de Covid-19 no sólo ha
aumentado la violencia contra las mujeres, sino que ha abierto la brecha de
desigualdad de género en sectores como el de la salud, en el cual se perderán
más de 200 años de lucha por la equidad, advierte la Organización de Estados
Americanos (OEA).
En su estudio “Covid-19 en la vida de las
mujeres. Razones para reconocer los impactos diferenciados”, el organismo destaca
que, en la región de América, la mitad del personal médico y más de 80 por
ciento del personal de enfermería son mujeres, el porcentaje más alto del
mundo. Sin embargo, son una minoría en los cargos de decisión y enfrentan una
brecha salarial de 28 por ciento.
Además, se enfrentan a la escasez global de
equipos de protección necesarios como mascarillas, guantes y lentes, lo que
tendrá un impacto particular en el riesgo de contagio de las mujeres.
El informe también subraya que el
coronavirus presenta un particular riesgo de mortalidad y morbilidad para
mujeres mayores de 54 años, cuyo riesgo de contagio se incrementa en
situaciones de institucionalización o donde las mujeres mayores no tienen la posibilidad
de aislarse por situaciones de cohabitación o por sus propias responsabilidades
de cuidado.
“Las mujeres privadas de libertad enfrentan
una amenaza especialmente grave, pues el hacinamiento extremo, la inadecuada
infraestructura básica y el poco acceso a servicios de salud incrementan tanto
el riesgo de contagio como la gravedad del impacto del virus”, destaca.
Esto se agrega a la violencia. “El
confinamiento obliga a las mujeres a estar encerradas con sus maltratadores.
Teniendo en cuenta que el hogar es el lugar más peligroso para las mujeres, el
encierro hace que se incremente el riesgo de violencia contra ellas en la
medida en que aumenta el tiempo de convivencia; se generan conflictos alrededor
de cuestiones domésticas y familiares; la violencia se prolonga sin que sea
interrumpida y se genera una percepción de seguridad e impunidad del agresor”,
indica el documento.
Asimismo, advierte que las medidas
inmediatas de alivio económico, tras la pandemia, deben asegurar que las
mujeres no se queden atrás, particularmente las mujeres de los grupos de mayor
riesgo. “Acelerar el desarrollo de instrumentos para asegurar que las políticas
sociales y económicas no discriminan a las mujeres es importante ahora y
definirá la sociedad que surja de la crisis”, subraya.
La OEA propone extender el acceso a la
protección social y asegurar los pagos de pensiones alimentarias.
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