Directorio

Directorio

lunes, 4 de septiembre de 2017

La familia Salinas, desde hace 35 años, le pone color a las fiestas patrias


Toluca, México.- Un puesto improvisado sobre el paso peatonal de la avenida Isidro Fabela, ha sido el sustento de la familia Salinas desde hace 35 años. Como otros artesanos que deambulan en los pasillos en el Mercado Juárez, Isidro y sus hijas buscan los clientes del día para obtener la ganancia de lo que producen para vender una vez por año.

Apurados, sin dejar de mover las manos para hacer moños, pelar las astas de las banderillas que colocan a lo largo del local para llamar la atención y pegar las chaquiras a los moños. La calle es su otro taller improvisado que los artesanos aprovechan bien.

De alguna forma la familia Salinas contribuye a reafirmar el nacionalismo de los mexicanos, aunque pueden no saberlo, ni entender qué significado tiene.

“Aquí tenemos ya 35 años, antes estábamos en la plaza pero nos movieron a todos y nos instalaron aquí”, recuerda Isidro, apurado con un cuchillo en afilar las puntas de las astas.

Isidro comenzó su oficio a los 13 años de edad con sus padres, quienes también aprendieron el oficio como una forma de ganarse la vida. Ahora, su hija Cristina y sus hermanas pequeñas siguen la tradición y se han vuelto expertas en las costura de arreglos, moños, trenzas y banderas.

“Nosotras hacemos reguiletes, los prendedores, los anillos de chaquira y todo es hecho a mano en nuestro taller”, explicó Cristina, la mayor de las hijas de Isidro.

Cuatro meses antes del mes de septiembre, la familia Salinas comienza con la producción en su pequeño taller ubicado en la parte trasera de su casa. Allí pasan las horas del día y la noche en cortar con detalle la tela y pegar cada pieza de adorno.

“A veces es estar toda la noche, hasta las tres de la mañana se anda yendo uno a dormir para tener listos los pedidos”, dice Isidro.

Son unas 100 a 200 piezas por día las que producen de cada diseño que elaboran en su taller familiar, que les permite ser comerciantes al menudeo para vender en su puesto en Toluca y el 15 y 16 andar en plazas y calles.

La familia, al igual que muchas otras de Xonacatlán, son emprendedores por tradición y necesidad, aunque sus ganancias no rebasan los ocho mil pesos por todo el mes. Pero saben que cada año el taller de accesorios para las fiestas patrias no debe detenerse.

“Estoy ya es nuestra forma de vida, de ganarse algo para llevar a la casa de comer, mis hijas me ayuda porque no hay para pagar chalanes, así entre todos nos ayudamos”, revela el artesano mexiquense, mientras atiende sus primeros clientes que comienzan a llegar.

El retrato familiar de Isidro y sus hijas, denota pobreza y falta de créditos sociales del gobierno, que se consumen en los presupuestos de pagos de aguinaldos a funcionarios públicos, pero también la estampa de los mexicanos que son “rifones”, como él lo dice, que no piden más que los dejen vender.

-Aquí sólo pedimos que nos dejen vender, el resto corre por nuestra cuenta, -externa seguro el artesano de banderas.

No hay comentarios :

Publicar un comentario