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jueves, 19 de marzo de 2020

“Los Sistemas Hidráulicos de la Cueca de México”

María de la Asunción García Samper
Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C.
Hector Miguel Robinson Fuentes
Instituto Nacional de Antropología e Historia.





El último periodo prehispánico, antes de la llegada de los
españoles, el lugar mejor representado para nuestros fines es
la ciudad lacustre de México-Tenochtitlan de la que
hablaremos para ejemplificar algunos de los elementos de
obras hidráulicas que se encuentran en la Cuenca y en este
momento los ejemplos ilustran mejor lo que, en el desarrollo
del presente trabajo, conviene. (García Samper, Asunción y
Héctor Miguel Robinson Fuentes. Economía y Sociedad en la
Región de Ecatepec-Chiconautla: épocas prehispánica y
colonial. Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C. 20115.)
1
En esta ciudad, las comunicaciones se realizaban inicialmente
mediante canoas, aunque una vez lograda cierta estabilidad
económica, a nuestros antepasados les fue fácil construir una
serie de calzadas que comunicaban a las islas con tierra firme.

1 García Samper, Asunción y Héctor Miguel Robinson Fuentes.
Economía y Sociedad en la Región de Ecatepec-Chiconautla:
épocas prehispánica y colonial. Centro de Estudios Mesoamericanos.
A. C. 20115.
Además, los arquitectos texcocanos desarrollaron dichas
calzadas, con una doble función: la de comunicar áreas, y la
de controlar el paso del agua, pues fungían como una especie
de diques. Amplias y largas avenidas (calzadas) que se
extendían hasta tierra firme.2
(García Samper, Asunción y
Héctor Miguel Robinson Fuentes. Economía y Sociedad en la
Región de Ecatepec-Chiconautla: épocas prehispánica y
colonial. Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C. 20115).
Los canales se usaban para el transporte con barcas hechas
de totoras.
3 Plano 1 de la ciudad de México. Los sistemas
de albarradas, albarradones, Calzadas y puentes que
protegían la ciudad. Fuente: AGN.)
Había barcazas para la recolección de desperdicios y otras
para la recolección de excremento, que era utilizado como
abono en las chinampas. Los canales se cruzaban por puentes
de madera que de noche eran retirados, como forma

2 García Samper, Asunción y Héctor Miguel Robinson Fuentes.
Economía y Sociedad en la Región de Ecatepec-Chiconautla:
épocas prehispánica y colonial. Centro de Estudios Mesoamericanos.
A. C. 20115.
3
totora. (Del quechua tutura). 1. f. Am. Mer. Planta perenne, común en
esteros y pantanos, cuyo tallo erguido mide entre uno y tres metros,
según las especies.
reguladora de las corrientes del lago y como estrategia militar.
A pesar de que el lago de Texcoco era salado, la ciudad estaba
rodeada de agua dulce gracias a los diques construidos por los
habitantes y que permitían concentrar ahí el agua que
desembocaba de los ríos que alimentaban al lago. La ciudad
de Tenochtitlán contaba con dos acueductos que tenían dos
canales, que Bernal Díaz del Castillo4
( Díaz del Castillo,
Bernal. Historia de la Conquista de la Nueva España. Ed.
Porrúa, Colección Sepan Cuantos. México, 1974.) describe
como "del ancho de un buey". Esto permitía mantener un canal
en operación en tanto se le daba mantenimiento al otro.
Por otro lado, los albarradones, estos tenían la función de
contener las aguas para evitar que la ciudad se inundara con
las crecidas de los lagos ubicados a mayor altitud. Debe
recodarse que la ciudad de Tenochtitlán se localizaba en una
serie de islotes en el extremo occidental del lago de Texcoco,
de tal forma que al derramar los lagos más altos (Zumpango,
Xaltocan, Chalco y Xochimilco) sus excedentes en el lago
central, esta sobrepasaba sus límites y ponía en riesgo a los
poblados y ciudades de las riberas. (García Samper, Asunción

4 Díaz del Castillo, Bernal. Historia de la Conquista de la Nueva
España. Ed. Porrúa, Colección Sepan Cuantos. México, 1974.
y Héctor Miguel Robinson Fuentes. Economía y Sociedad en
la Región de Ecatepec-Chiconautla: épocas prehispánica y
colonial. Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C. 20115.
)
5 Debido a esto, fue que se realizaron obras de ingeniería
hidráulica para controlar la situación. (Plano 2 del siglo XIX
con toda la región de los lagos. Fuente: Memorias de las
Obras del Drenaje Profundo del Distrito Federal, 1975.
Las islas de Tenochtitlán y Tlatelolco estaban surcadas por
innumerables canales y acequias que hacían las veces de
calles por donde sólo se podía circular en canoa. Había
también acequias y canales que estaban complementados por
estrechas veredas de tierra firme que corrían paralelas.
Finalmente, había otras que solo eran de tierra. Sin lugar a
dudas, el terreno que los habitantes habían ganado al agua
determinó las formas de vialidad interna de la isla, una red
abigarrada de canales, acequias y zanjas de diversos tamaños
atravesaban su superficie, los más de ellos de cauce irregular.
(García Samper, Maria de la Asuncion y Héctor Miguel
Robinson Fuentes, Hidrología Humana en la Región Norte de

5 García Samper, Asunción y Héctor Miguel Robinson Fuentes.
Economía y Sociedad en la Región de Ecatepec-Chiconautla:
épocas prehispánica y colonial. Centro de Estudios Mesoamericanos.
A. C. 20115.
los Lagos de la Cuenca de México, Época prehispánicas,
colonial y Actual. Edit. Centro de Estudios Mesoamericanos. A.
C. 2015.)
6
En contraste estaban las calzadas construidas precisamente
para salvar las condiciones lacustres de la isla, eran rectas,
anchas y de varios kilómetros de longitud. Servían para agilizar
la circulación de hombres y de mercancías que por su volumen
no podían trasladarse por agua. Estas calzadas tenían una
extensión considerable y fueron edificadas con el concurso de
grandes contingentes de trabajadores. Eran obras de
ingeniería muy sofisticadas, que consistían en la construcción
de vías anchas y lo suficientemente altas para salvar la
superficie acuática. Algunas de estas calzadas llegaban a
tener un ancho de hasta 20 metros.
Las principales calzadas de la ciudad de México-Tenochtitlán
fueron 4, la de mayor tráfico fue la de Iztapalapa hacia el sur,
comunicada con las importantes poblaciones sureñas de
Coyoacán, Churubusco y Xochimilco-Chalco. Al poniente se
encontraba la de Tacuba. Hacia el norte salía una calzada de

6 García Samper, Maria de la Asuncion y Héctor Miguel Robinson
Fuentes, Hidrología Humana en la Región Norte de los Lagos de la
Cuenca de México, Época prehispánicas, colonial y Actual. Edit. Centro
de Estudios Mesoamericanos. A. C. 2015.
poca longitud que se interrumpía en la acequia de Tzontalli,
para después conectarse con la calzada del Tepeyac.
Finalmente, hacia el oriente había una calzada igualmente
corta que remataba en un embarcadero, el de Tetamazolco
que servía de comunicación con el importante señorío de
Texcoco.
Una de las actividades más importantes a las que se dedicaban
los mexicas era la agricultura que se realizaba en chinampas,
un método de cultivo sumamente productivo que permite
explotar al máximo pequeñas porciones de terreno con un
rendimiento muy alto. Para los pobladores de una isla con
tierras escasas y poco fértiles, el método de cultivo resultó vital
para su sobrevivencia. Si bien en la época de mayor
florecimiento de la ciudad las actividades que sostenían su
economía no se reducían a la agricultura, sino que
incorporaron la producción artesanal y el comercio, lo cierto es
que ella formaba parte importante y complementaria de sus
formas de subsistencia.7
( Corona Sánchez, Eduardo.
Chinampa, Metepancles, Caanche: tres sistemas de

7 Corona Sánchez, Eduardo. Chinampa, Metepancles, Caanche: tres
sistemas de producción agrícola Prehispánico. En: Revista Cuicuilco.
ENAH. México, 1981.
producción agrícola Prehispánico. En: Revista Cuicuilco.
ENAH. México, 1981.)
Los campesinos viven en las chinampas en donde cultivan sus
alimentos. Sus terrenos colindan con canales y acequias que
en gran número surcan la ciudad, de tal manera que los
accesos a sus casas son por vía acuática. Dispuestos en varios
puntos de la ciudad se encontraban varios embarcaderos,
entre ellos uno situado en la Lagunilla, pues una parte
importante del transporte se llevaba a cabo por medio de
canoas, tanto para las comunicaciones internas y el servicio de
las casas, como para las que se establecían con los pueblos
aledaños. La ciudad siempre estaba llena de innumerables
canoas que entraban y salían sin cesar.
Durante la colonia los españoles no solo hicieron caso omiso
de los albarradones hechos por la mano indígena, pues
desconocían las características del medio geográfico en donde
se asentaba la ciudad doble de México Tenochtitlán y México
Tlatelolco, y aún más, durante el asedio de la ciudad lacustre
se destruyó una de las barreras más importantes, para dar
paso a los bergantines durante tal evento.8
( Armijo Torres,
Ricardo. Arqueología e Historia de los sistemas de agua
potable para la ciudad de México durante la época
colonial: los acueductos de Santa Fe y Chapultepec. Tesis
Licenciatura en arqueología. ENAH. México, 1994. p. 45.) Con
el paso del tiempo, también sufrieron las inundaciones y
tolvaneras que se sucedían año tras año, por no conocer el
sistema anual de los lagos ni la tecnología para tratarlos como
los indígenas, además de deforestar los campos y montes de
los alrededores para satisfacer sus necesidades de madera,
provocando la erosión respectiva de la Cuenca.
Los Materiales Constructivos
Las descripciones de los cronistas sobre los acueductos,
albarradones y calzadas nos dan una idea de cómo se
construían éstos y los materiales utilizados. En el acueducto
de Chapultepec y el del Tepeyac, construidos en el siglo XIV y
XVIII respectivamente, se utilizó el barro en los caños, en el
acueducto de Acuecuexco “piedra pesada” y “ligera” y estacas
de madera, deberá incluirse también la cal ya que la conocían

8 Armijo Torres, Ricardo. Arqueología e Historia de los sistemas de
agua potable para la ciudad de México durante la época colonial:
los acueductos de Santa Fe y Chapultepec. Tesis Licenciatura en
arqueología. ENAH. México, 1994. p. 45.
y usaban para sus templos.9
( Códice Osuna. Reproducción
facsimilar de la obra del mismo título. Editada en Madrid 1878,
Archivo. México, Instituto Indigenista Interamericano.)
El sistema también pudo haber sido semejante a los usados en
los templos, es decir, dos muros de piedra unidos con cal y en
medio un relleno de tierra y piedras. Por otro lado es de
pensarse que debieron estar aplanados, ya fuera con barro o
con cal, puesto que estos recubrimientos captaban
inicialmente los depósitos salineros que no llegaban a la base
y así se protegía de la erosión debido a los efectos salitrosos.
El estacado servía para recibir los embates de las olas
producidas por el viento. Es también posible que por
asolvamientos y por la acción prolongada del agua, se
reblandecieran los fondos de la laguna, por lo que para
construir la albarrada o calzada se necesitara estacar también
la base. De las compuertas no se han encontrado noticias de
cómo eran, ni de los materiales utilizados, pero es de creerse
que hayan sido de madera, rollizos y tierra sobre estacas
unidas con cuerdas resistentes tejidas con tule.(

9 Códice Osuna. Reproducción facsimilar de la obra del mismo título.
Editada en Madrid 1878, Archivo. México, Instituto Indigenista
Interamericano.
Las Inundaciones
En el año de 1449, la ciudad de México-Tenochtitlán sufre una
fuerte inundación debido a las lluvias, registrándose un gran
volumen de agua en los lagos de Zumpango y Xaltocan que
descargaron su caudal. Es posible que el Albarradón de
Ecatepec no resistiera y desbordara el agua hacia la laguna de
Texcoco, subiendo los niveles de las aguas que cayeron
atravesando las albarradas y aumentando la laguna de México,
ocasionando la contaminación de las aguas dulces con las
salitrosas y destruyendo la agricultura de las chinampas.
Además de afectar a todas las poblaciones ribereñas a lo largo
de las costas del conjunto de lagos del norte.
El conocimiento hidráulico, en el posclásico tardío, fue
realizado casi siempre por el pueblo texcocano, ya que ellos
eran muy hábiles arquitectos e ingenieros de la hidráulica
mesoamericana. Fue precisamente el Rey Poeta
Netzahualcóyotl quien introdujo la hidráulica de alta montaña
para surtir sus jardines y baños del Tecutzinco. De esto se
valieron las ciudades gemelas de México-Tenochtitlán y
México-Tlatelolco, cuando el señor Moctezuma el Viejo, pidió
auxilio a su primo Netzahualcóyotl, quien mandó reforzar el
antiguo albarradón de madera, lodo y piedra. Este sistema
tenía en su construcción una serie de estacas para los muros,
las cuales fueron aportadas por los de Azcapotzalco,
Coyoacán y Xochimilco; el tezontle rojo fue traído de
Chiconautla y Tezoyuca, la cantera de San Pedro Xalostoc y
Tulpetlac, la cal y arena de Ecatepec; y la mano de obra la
proporcionaron: Tlacopan, Culhuacán, Xaltocan, Ixtapaluca,
Tenayuca, Tetcitlan y México-Tenochtitlán. La dirección estuvo
en manos de los sabios de Texcoco, participando tanto los
macehuales, como los pillis, juntos.
En la época de Ahuizotl (1486–1502), se registró otra gran
inundación, en que se destruyeron muchos edificios y parte del
albarradón mencionado, teniéndose que reconstruir de nuevo
con la ayuda de los pueblos ribereños. A principios del siglo
XVI se registró una nueva inundación de efectos muy severos,
por lo que fue necesario además de reparar los albarradones,
puentes y albarradas, construir y reforzar el que pasa delante
del Peñón de los Baños. Con esta obra se dividió en dos partes
el lago; al oriente, el lago de Texcoco, y al poniente la Laguna
de México (o de San Lázaro para la época colonial).10( Códice
Osuna. Reproducción facsimilar de la obra del mismo título.

10 Óp. Cit. Códice Osuna, 342 pp.
Editada en Madrid 1878, Archivo. México, Instituto Indigenista
Interamericano.)
De acuerdo a las fuentes históricas, estas obras son de origen
prehispánico. El de Ecatepec contaba con siete compuertas
con sus puentes de madera que se elevaban para permitir el
paso del canotaje y nivelar las aguas de los lagos. Después
por el año de 1525.11 García Samper, Maria de la Asuncion y
Héctor Miguel Robinson Fuentes, Hidrología Humana en la
Región Norte de los Lagos de la Cuenca de México, Época
prehispánicas, colonial y Actual. Edit. Centro de Estudios
Mesoamericanos. A. C. 2015.).
Por medio de Don Fernando de Cortés, el señor Antonio de
Mendoza, entonces virrey de la Nueva España, fue informado
de dichas inundaciones y mandó declarasen los indios viejos
de aquel tiempo, que pareciera más a propósito, el modo con
que los gentiles se habían manejado en semejantes casos, y
de esta información consta que nunca hallaron el camino del
desagüe y que el señor Moctezuma y sus antecesores, durante
la temporada de lluvias se retiraban hacia Texcoco, para

11 García Samper, Maria de la Asuncion y Héctor Miguel Robinson
Fuentes, Hidrología Humana en la Región Norte de los Lagos de la
Cuenca de México, Época prehispánicas, colonial y Actual. Edit. Centro
de Estudios Mesoamericanos. A. C. 2015.
librarse de todos los peligros.12( Palerm, Ángel. Obras
hidráulicas prehispánicas en el sistema lacustre del valle
de México. Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Colección SEP-INAH. México, 1973. pp. 19-44.)
La cuarta inundación ocurrió por el año de 1553:
“... gobernando el señor Don Luis de Velasco,
segundo virrey y primero de este nombre, en
cuyos tiempos hizo la gran obra de la Albarrada de
San Lázaro y se mandó reparar el de San
Cristóbal. En el mapa de Alonso de Santa Cruz, se
registran los Albarradones de Ehecatepec, el de
Tláhuac, el de San Lázaro, la calzada del
Tepeyacac y su albarrada por donde pasaba el
gran canal que traía agua dulce desde
Tlalnepantla, los canales y ríos del TepeyacacTlalnepantla, el desvío del río San Juan y la presa
de Acolman, y otros sistemas de origen
prehispánico que fueron reutilizados en la época

12 Palerm, Ángel. Obras hidráulicas prehispánicas en el sistema
lacustre del valle de México. Instituto Nacional de Antropología e
Historia. Colección SEP-INAH. México, 1973. pp. 19-44.
novohispana y reconstruidos o modificados”. 13
(Actas de Cabildo de la Ciudad de México,
México, Aguilar e Hijos.1988-1913. 63. Archivo
General de la Nación. Vol. Sistema Hidráulico.
1982).
En 1555 Ruy González y Francisco Gudiel, presentan el
proyecto para desaguar la Cuenca del Valle de México, en este
documento dicen:
“...La solución es poner compuertas en los
desaguaderos de San Cristóbal, del de Cristo en
Zumpango y Citlaltepetl y construir un canal que
una los ríos de los Remedios, el de Tlalnepantla y
de Guadalupe en el Tepeyacac para controlar las
aguas dulces y distribuirlas...”, la comprobación de
que el virrey aceptó el proyecto la encontramos en
las cartas giradas al corregidor de Atenco en 1556
“...ordena el dique del rio Cuautitlán y se cierre el
puente de Ehecatepec...”14 (Rojas Rábiela, Teresa.

13 Actas de Cabildo de la Ciudad de México, México, Aguilar e
Hijos.1988-1913. 63. Archivo General de la Nación. Vol. Sistema
Hidráulico. 1982
14
. Rojas Rábiela, Teresa. Nuevas noticias sobre las obras
hidráulicas prehispánicas y coloniales en el Valle de México.
Nuevas noticias sobre las obras hidráulicas
prehispánicas y coloniales en el Valle de
México. Instituto Nacional de Antropología e
Historia. Colección SEP-INAH. México, 1974. pp.
27-69.)
La Ciudad de México y por lo mismo la Plaza Mayor sufrió la
peor inundación de toda su historia apenas un año después de
que Trasmonte la pintó muy bella y bien cuidada en 1628. La
inundación duró desde 1629 hasta 1633 y destruyó una gran
parte de la ciudad, murieron 30,000 indígenas y las familias
españolas la abandonaron, reduciendo el número de 20,000 a
solamente 400 vecinos. Este dibujo, del que se desconoce la
autoría muestra de manera esquemática el gran desastre que
vivió la ciudad. Léase en los textos de la imagen la indicación
de que la Albarrada llamada de San Lázaro fue totalmente
cubierta por el agua y que todos los arrabales en dirección
poniente se perdieron 15
.( Rojas Rábiela, Teresa. Nuevas
noticias sobre las obras hidráulicas prehispánicas y
coloniales en el Valle de México. Instituto Nacional de

Instituto Nacional de Antropología e Historia. Colección SEP-INAH.
México, 1974. pp. 27-69.
15Ibíd. Rojas Rábiela, 1974. pp. 27-69.
Antropología e Historia. Colección SEP-INAH. México, 1974.
pp. 27-69.)
Fue precisamente Hernán Cortés, quien, por desconocimiento
del funcionamiento hidráulico en la Cuenca de México, rompió
el equilibrio hidráulico que guardaba el entorno lacustre de la
Gran Tenochtitlán. Destruyó en diferentes puntos el Albarradón
de Netzahualcóyotl, con ayuda de Ixtlilxochitl, (García Samper,
María de la Asunción. El Albarradon de Acalhuacan o de
Cristo Rey de Ecatepec. Ed. H. Ayuntamiento de Ecatepec de
Morelos. INAH, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
México. 1991)
16
esto para que por los boquetes pudrirán ingresar los 13
bergantines que fueron construidos por la mano texcocana y
bajo la dirección de los españoles, con la intención de atacar
por diferentes flancos las islas de México-Tenochtitlán. ( Plano
3 de 1629-1633 que registra una de las más severas
inundaciones sufridas en la región de la Cuenca de
México. Aguirre Botello, Manuel. México Mágico El Zócalo de

16 García Samper, María de la Asunción. El Albarradon de Acalhuacan
o de Cristo Rey de Ecatepec. Ed. H. Ayuntamiento de Ecatepec de
Morelos. INAH, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México.
1991
la Ciudad de México Primera Desde la Colonia hasta antes
del Porfiriato, 1555-1876. México, 2004.17)
Esta gran idea de controlar el agua, hizo florecer la agricultura
y la pesca en la zona y mediante compuertas y pasos
levadizos, se regulaban tanto el flujo de las aguas como el de
las canoas, que era su principal y más eficaz medio de
transporte. Los conquistadores menospreciaron y destruyeron
sistemáticamente el sistema hidráulico de los mexicas y los
resultados fueron devastadores. Ya en otra sección sobre
Tenochtitlán dijimos como fue que con Bernal Díaz del Castillo
quedó pasmado cuando apenas algunos años después de
haber estado en Iztapalapa en 1519, aquel lugar se había
transformado.( Aguirre Botello, Manuel. México Mágico El
Zócalo de la Ciudad de México Primera Desde la Colonia
hasta antes del Porfiriato, 1555-1876. México, 2004.)
18
Bibliografía.

17 Aguirre Botello, Manuel. México Mágico El Zócalo de la Ciudad de
México Primera Desde la Colonia hasta antes del Porfiriato, 1555-
1876. México, 2004.
18 Óp. cit. Aguirre Botello. 2004.
-Actas de Cabildo de la Ciudad de México, México, Aguilar
e Hijos.1988-1913. 63. Archivo General de la Nación. Vol.
Sistema Hidráulico. 1982
-Aguirre Botello, Manuel. México Mágico El Zócalo de la
Ciudad de México Primera Desde la Colonia hasta antes
del Porfiriato, 1555-1876. México, 2004.
-Armijo Torres, Ricardo. Arqueología e Historia de los
sistemas de agua potable para la ciudad de México durante
la época colonial: los acueductos de Santa Fe y
Chapultepec. Tesis Licenciatura en arqueología. ENAH.
México, 1994. p. 45.
-Corona Sánchez, Eduardo. Chinampa, Metepancles,
Caanche: tres sistemas de producción agrícola Prehispánico.
En: Revista Cuicuilco. ENAH. México, 1981.
-Códice Osuna. Reproducción facsimilar de la obra del mismo
título. Editada en Madrid 1878, Archivo. México, Instituto
Indigenista Interamericano. -Díaz del Castillo, Bernal. Historia
de la Conquista de la Nueva España. Ed. Porrúa, Colección
Sepan Cuantos. México, 1974.
-García Samper, María de la Asunción. El Albarradon de
Acalhuacan o de Cristo Rey de Ecatepec. Ed. H.
Ayuntamiento de Ecatepec de Morelos. INAH, Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes. México. 1991
-García Samper, María de la Asunción y Héctor Miguel
Robinson Fuentes. Economía y Sociedad en la Región de
Ecatepec-Chiconautla: épocas prehispánica y colonial.
Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C. 2015.
-García Samper, Maria de la Asuncion y Héctor Miguel
Robinson Fuentes, Hidrología Humana en la Región Norte de
los Lagos de la Cuenca de México, Época prehispánicas,
colonial y Actual. Edit. Centro de Estudios Mesoamericanos. A.
C. 2015.
-Palerm, Ángel. Obras hidráulicas prehispánicas en el
sistema lacustre del valle de México. Instituto Nacional de
Antropología e Historia. Colección SEP-INAH. México, 1973.
pp. 19-44.
-Rojas Rábiela, Teresa. Nuevas noticias sobre las obras
hidráulicas prehispánicas y coloniales en el Valle de
México. Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Colección SEP-INAH. México, 1974. pp. 27-69.
-Totora. (Del quechua tutura). 1. f. Am. Mer. Planta perenne,
común en esteros y pantanos, cuyo tallo erguido mide entre
uno y tres metros, según las especies.

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