CIUDAD DE MÉXICO.
Para algunos las tapitas de plástico son sólo residuos que deben desecharse; sin embargo, para otros representan esperanza y vida.
Con la intención de apoyar la lucha contra el cáncer infantil surge en Corregidora, Querétaro, el Banco de Tapitas A. C. que, desde hace cinco años, busca generar recursos para apoyar en tratamientos, traslados y medicamentos a pacientes de 21 años con este padecimiento, a través de la recolección y venta de tapaderas plásticas.
“Banco de Tapitas ve qué es lo que hace falta y te ayuda a conseguirlo, un suplemento, una despensa, un viaje a tu tratamiento, un trasplante, o lo que sea, es esa versatilidad de la asociación lo que nos ha permitido llegar a la gente”, comentó Edgar Cabrera, presidente de Banco de Tapitas A. C., en entrevista con Excélsior.
Explicó que eligieron las tapitas como fuente de financiamiento dado que es un producto que genera mayor peso a menor volumen.
“Es más fácil manejar las tapas porque ocupan menos espacio y las empresas que las compran también las prefieren porque al separarlas por colores simplemente se lavan y muelen para elaborar nuevos elementos en plástico, mientras que las botellas y latas ocupan más espacio y requieren de bodegas para almacenar reciclaje grande y pesado”, señaló.
De acuerdo con Edgar Cabrera, entre el 70 y 75% de cáncer infantil que se detectan a tiempo son curables, y gracias al apoyo de los donadores y de las empresas recicladoras, la asociación ha beneficiado a más de 350 con algún diagnóstico de cáncer.
“Si hiciéramos una revisión, nuestra tasa de apoyo sería cerca de 90%, entonces, pues eso finalmente es una esperanza porque aunque sea a un nivel pequeño, estamos haciendo un cambio en la lucha contra esa enfermedad”.
ACERCAMIENTO
El presidente de Banco de Tapitas comentó que, usualmente son los familiares de los pacientes quienes se acercan a la fundación solicitando algún tipo de apoyo.
“Las familias se acercan a nosotros y ahí les pedimos que llenen un expediente para conocer cuáles son las necesidades inmediatas del paciente”.
Tal es el caso Érika González Girón, mamá de Erick Indo González, quien ha sido beneficiado por los programas de la organización.
“Banco de Tapitas nos ha ayudado en nuestros traslados de Veracruz a la Ciudad de México para que mi hijo pueda continuar con su tratamiento, Erick y yo estamos muy agradecidos con toda la gente de la fundación y con quien dona sus tapitas”, dijo la señora González.
Edgar comentó que aunque hay tres fechas de ingreso a los programas de apoyo: mayo, agosto y septiembre, “siempre se revisan los casos urgentes, tratando de no negarle la ayuda a nadie y distribuir equitativamente posible los recursos que tenemos”.
En el país existen más de cien ‘Puntos de entrega’ distribuidos en todos los estados, donde las personas pueden acudir a donar sus tapitas, una vez que son recolectadas, éstas viajan a una de las ocho bodegas que tiene la fundación (Mérida, Cancún, Tlaxcala, Puebla, Querétaro, Guadalajara, Estado de México y la Ciudad de México), y posteriormente, 95% del material recabado se destina a empresas recicladoras, mientras que el resto es reciclado por la misma asociación.
Artículos
“Con el cinco por ciento restante de las tapitas, nosotros hacemos nuestra propias cosas reciclables. Empezamos con láminas de tapitas para fabricar muebles, como mesas y sillas”, detalló Edgar quien adelantó, que como proyecto a futuro, la fundación buscará abrir oportunidades laborales para papás de niños con diagnóstico de cáncer.
“Nos gustaría que papás de niños con diagnóstico de cáncer con dificultades laborales nos puedan ayudar a hacer ese tipo de muebles, nosotros se los pagaríamos a un precio justo y los revenderíamos, y así tendríamos más ingresos para la asociación”.
Los puntos de entrega pueden consultarse en la página de internet www.bancodetapitas.org/ubicaciones o al teléfono 01 44 2293 8257.
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