Directorio

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martes, 29 de agosto de 2017

Mensaje del Dr. Enrique Ochoa Reza, Presidente del CEN del PRI, en la conferencia de prensa al término de la inauguración de la XI Reunión Plenaria de los Senadores del GPPRI.

Muy buenos días a todas y todos los representantes de los medios de comunicación.

Es un honor estar esta mañana en el Senado de la República.


Tuve la oportunidad de inaugurar, junto con la Secretaria General del partido, la Maestra Claudia Ruiz Massieu, la XI Reunión Plenaria de los senadores y senadoras del Grupo Parlamentario del PRI de la actual Legislatura, con miras al inicio de los trabajos del Periodo Ordinario de Sesiones.

Quisiera comentar que fue una reunión muy constructiva, se revisaron los temas de la Agenda Legislativa hacia adelante.

Y tuvimos la oportunidad también de hacer reflexiones sobre el año electoral que inicia el 8 de septiembre, y que tiene como fin el proceso y la jornada electoral del 1 de julio del 2018, que será la elección más amplia e importante en la historia de la República, con cerca de 18 mil 500 candidatas y candidatos compitiendo en los distintos espacios territoriales del país.

Habrá elecciones federales en las 32 entidades federativas, elecciones estatales y/o locales en 30 entidades federativas, incluyendo 9 de ellas la elección para gobernador o Jefe de Gobierno.

El PRI está preparado para competir y para ganar en todas ellas.

Quisiera hacer un pronunciamiento sobre una nota que ha aparecido en los distintos medios de comunicación sobre una supuesta guerra que nos declara Ricardo Anaya, la cual no aceptamos en el Partido Revolucionario Institucional.

Para que exista pleito debe haber dos. Y nosotros no estamos a favor del pleito, nosotros estamos a favor de la construcción de consensos, de proyectos, de ideas y de programas constructivos a favor del pueblo de México.

Nosotros estamos a favor del diálogo y de la participación plena en la democracia.

En ese sentido, no coincidimos ni aceptamos los pronunciamientos de Ricardo Anaya.

Lo que Ricardo Anaya está tratando de hacer es una cortina de humo que distraiga sobre lo que es verdaderamente el tema.

Ricardo Anaya ha presentado en distintas ocasiones versiones encontradas de su realidad patrimonial.

Permítanme recordar y aquí tenemos la declaración 3 de 3 de Ricardo Anaya, que será distribuida a todos los medios de comunicación. Esta declaración 3 de 3 fue presentada en el mes de noviembre de 2015.

Ricardo Anaya, en ese entonces, declara bajo protesta de decir verdad que tiene ingresos anuales por cerca de un millón 158 mil pesos. Es decir, aproximadamente 100 mil pesos mensuales. Aquí está la declaración.

En el rubro de ingresos por actividades industriales, empresariales o comercios, Ricardo Anaya declara tener cero ingresos. Esto es en 2015.

Luego entonces, es válido que los medios de comunicación y la ciudadanía en general cuestionen: ¿cómo es posible que de ingresos mensuales de 100 mil pesos que él presentó en el 2015, sin ingresos comerciales o de actividad empresarial o industrial alguna, ahora sabemos por sus propios dichos y por las investigaciones de los medios de comunicación, que Ricardo Anaya ya tiene múltiples ingresos comerciales y propiedades industriales que le refieren ingresos millonarios, como él ha señalado, de hasta 53 millones de pesos?

Simplemente, no cuadra lo que él mismo declaró bajo protesta de decir verdad en 2015 con lo que hoy los mexicanos sabemos en el 2017.

Pero aún hay una contradicción adicional: Ayer, en conferencia de prensa, a pregunta expresa de un medio de comunicación, Ricardo Anaya comentó puntualmente que el terreno en cuestión que después se convirtió en un activo industrial de 53 millones de pesos, dice Anaya, “nosotros lo compramos en 2014”. Ustedes pueden ubicar esa declaración ayer, en la conferencia de prensa.

Pues bien, si lo compró en 2014, luego entonces debería estar en su declaración patrimonial de 2015.

Vamos entonces a parte de bienes muebles y bienes inmuebles. Ricardo Anaya declara poseer solamente una casa de 521 metros de construcción en la ciudad de Querétaro, que recibió por una donación en el 2005. Es la única propiedad que él declara como propia.

En el rubro de cónyuges y familiares, viene una casa del 2014 y tres locales de 2006. Luego entonces, no hay ningún bien patrimonial, terreno para desarrollo, o bien industrial que esté en su declaración 3 de 3 en el 2015, que es contradictorio a lo que él mismo dijo ayer: que ese terreno lo adquirieron desde 2014.

Si lo adquirió en el 2014 y no lo pone en la declaración patrimonial de 2015, la pregunta natural que se hacen los medios de comunicación y la ciudadanía es: ¿por qué lo escondió?

Si el terreno fue producto de una operación lícita, pues debió haber estado registrado en su declaración 3 de 3. No lo está.

Pero vamos a algo adicional: cuando distintos medios de comunicación, hace algunos meses, cuestionaron la decisión y el nivel de vida de estar en Atlanta, Ricardo Anaya había señalado que siempre había sido público y transparente en su aspiración, para que esa oportunidad se le diera, de manera respetable a su familia. En eso no tenemos nosotros cuestionamiento.

Pero sí lo tenemos en el ingreso que permite tener dicha actividad. Ricardo Anaya había dicho en su declaración 3 de 3 Plus, que tenía en ese entonces el proyecto educativo y que recibía un apoyo de sus suegros para poder cumplir con ese propósito.

Pero poco tiempo después, en una entrevista en un medio de comunicación, señaló que no. Que él podía tener ese nivel de vida porque tenía ingresos por la renta de unos locales comerciales equivalentes a 400 mil pesos mensuales.

Su declaración es: “recibimos 400 mil pesos por la renta de los locales, mes con mes. Esos 400 mil pesos mensuales no fallan mes con mes. Nada más de flujo mensual, que no falla mes con mes, recibimos 400 mil pesos mensuales”. Es la declaración de Ricardo Anaya.

Si recibe 400 mil pesos mensuales por la renta de locales, ¿por qué no está en su 3 de 3?, ¿por qué el ingreso que aparece en su 3 de 3 es de 100 mil pesos mensuales? El ingreso de su cónyuge tampoco reporta esos 400 mil pesos mensuales.

Vuelve a repetirse el problema.

Si hubieran existido estos ingresos y hubieran sido declarados en la declaración patrimonial, ¿qué pregunta habría? Pero si estos ingresos eran legítimos, ¿por qué no los puso en la declaración 3 de 3?, ¿qué esconde?

Vamos al siguiente elemento.

¿Cómo obtiene un activo que luego vende en 53 millones de pesos? Dice que ese activo le costó 10 millones de pesos, y la pregunta es, ¿cómo lo pagó? Porque por el ingreso que tiene registrado en su Declaración 3 de 3 no le alcanza.

Y por lo que afirmó después, esos 400 mil pesos mensuales eran para la vida en Atlanta. Luego entonces, ¿cómo pagó un activo de 10 millones de pesos?

Él señala que lo hizo a través de una hipoteca. Bien, vamos a la Declaración 3 de 3 de nueva cuenta, para encontrar dónde está el rubro de hipotecas. ¿Y qué señala? Que hay una hipoteca de su casa, de una casa, ese recurso de hipoteca sobre una casa no se entiende en la declaración patrimonial por el año en el cual es la hipoteca que tenga que ver con el predio que compra en el 2014.

Luego entonces tampoco está acreditado, a través de sus declaraciones patrimoniales públicas, que tuvo el recurso para adquirir un terreno en 10 millones de pesos, que luego vende en 53 millones de pesos; terreno que no estuvo declarado en la declaración patrimonial, terreno que nunca apareció en ninguna de sus luego aclaraciones patrimoniales, hasta que los medios de comunicación le preguntaron por el mismo.

¿Qué patrón de conducta observamos? Que recurrentemente aparece Ricardo Anaya con un pronunciamiento público, firmado bajo protesta de decir verdad, y después le van apareciendo nuevas propiedades, que no tienen explicación legítima alguna, y que cuando se le cuestiona sobre las mismas, se ofende y declara una guerra.

No aceptamos la declaración de guerra, pero seguiremos preguntando sobre el enriquecimiento inexplicable que arroja la contradicción entre lo que él ha presentado en su declaración 3 de 3 y lo que, efectivamente, a partir del trabajo de los medios de comunicación, sabemos hoy todos los mexicanos que tiene.

Por eso lo decimos con toda puntualidad: cada vez que Ricardo Anaya nos acusa o nos ataca, es la expresión de un niño llorón. Tiene mucho que aclarar en cuanto al enriquecimiento inexplicable que arrojan las contradicciones entre lo que sabemos ahora, gracias a los medios de comunicación, que él tiene, con lo que dijo originalmente que tenía.

Tan sólo son dos años de diferencia entre una declaración y otra, y sus propias palabras y dichos dicen que ese ingreso lo tuvo de tiempo atrás, un año antes de su declaración patrimonial, y simplemente no aparece.

Compañeras y compañeros de los medios de comunicación, muchas gracias por esta oportunidad.

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