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jueves, 5 de marzo de 2020

Criminal: pacientes con cáncer y VIH reclaman escasez de medicamentos


El Gobierno mexicano ha luchado por responder al desabasto de medicamentos y suministros médicos ante una oleada de protestas.
Durante 10 años, todo funcionaba casi en automático en la clínica de Ciudad de México, donde Paquito Barrera recoge sus medicamentos para VIH todos los meses. Sin embargo, en octubre, se fue con las manos vacías. Desde entonces, no ha logrado de manera constante obtener el cóctel de terapia antirretroviral que lo ayuda a mantenerse con vida.
“Perdí la cuenta de cuántas veces me dijeron que volviera más tarde”, contó Barrera, modista de 34 años. “¿Cómo pueden permitir que esto suceda?”
Se refería al Gobierno, que ha luchado por responder a la escasez inusualmente marcada de medicamentos y suministros médicos que están sacudiendo a México y provocando protestas callejeras. El origen de la crisis, en su mayor parte, se deriva de los cambios radicales que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ordenó el año pasado a programas de salud pública con el fin de erradicar la corrupción y reducir costos.
Las consecuencias no deseadas que se producen en el sistema generan preocupaciones sobre la preparación para combatir el nuevo coronavirus (COVID-19); México justamente confirmó sus primeros casos la semana pasada. “Con los niveles de desabasto que estamos viendo, es preocupante”, dijo la senadora Martha Márquez, miembro del Partido Acción Nacional (PAN) y quien forma parte de la comisión de Salud en el Senado.
México ha sufrido durante mucho tiempo la escasez de medicamentos y equipos médicos, a veces lo suficientemente grave como para generar cancelaciones de cirugías cruciales. Pero la situación ahora es extraordinaria, según pacientes, grupos de atención médica sin fines de lucro y analistas independientes. Incluso es imposible encontrar algodón y alcohol en algunos hospitales, dicen enfermeras y demás personal.
López Obrador ha eludido las preguntas sobre si sus políticas son responsables de la escasez de una variedad de medicamentos identificados por grupos de defensa y pacientes, incluidos los de quimioterapia y otros tratamientos contra el cáncer. El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, comentó recientemente a periodistas que “intereses” no identificados se esconden tras las quejas y manifestaciones.
“Ha habido mucha desinformación”, agregó.
No obstante, en la conferencia matutina del martes, su personal realizó una presentación para mostrar cómo el Gobierno está tomando medidas, con planes para que profesionales médicos en 17 estados reciban esta semana los medicamentos contra el cáncer que han solicitado y actualizaciones sobre el progreso en la obtención de suministros para hospitales públicos.
Desorden
¿Cómo un sistema que era al menos funcional, por fin, cayó en un desorden potencialmente mortal? En pocas palabras, hubo demasiado cambio demasiado rápido que se investigó muy poco, consideró Salomón Chertorivski, exsecretario de Salud y ahora profesor en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en Ciudad de México.
Hasta el año pasado, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) era responsable de adquirir la mayoría de los medicamentos, vacunas y suministros, como guantes quirúrgicos, para el país de 128 millones de habitantes. Equipos de especialistas estudiaban patrones y tendencias de enfermedades para anticipar la demanda. Dado que el Gobierno es el principal cliente de muchas compañías farmacéuticas mexicanas, por lo general no comenzaban a producir hasta que obtuvieran un pedido del IMSS.
Luego, López Obrador anunció abruptamente que la Secretaría de Hacienda retomaría control de este trabajo que realizaba el IMSS. También eliminó del proceso a intermediarios, incluidos los distribuidores Grupo Fármacos Especializados y Farmacéuticos Maypo. Su argumento fue que muy pocas compañías tenían demasiados contratos lucrativos y que el Gobierno obtendría un mejor precio al comprar directamente a los productores.
Las medidas, que retrasaron las compras gubernamentales de medicamentos, sorprendieron a los expertos de la salud.
‘Causa noble’
“Se celebra el hecho de querer acabar con la corrupción y de maximizar recursos, es una causa noble”, dijo Fátima Masse, economista y coordinadora de proyectos en el Instituto Mexicano para la Competitividad, un grupo de expertos. “El tema es hacerlo viable. Los enfermos no pueden esperar”.
Fue de poca visión finalizar los contratos con los distribuidores, dijo Chertorivski. Había muy pocas compañías distribuidoras porque se necesitan grandes inversiones para operar redes con vehículos especializados y estándares estrictos.
Funcionarios del gabinete del presidente y la Secretaría de Salud no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre la escasez o las críticas a la revisión del sistema de salud.
“Sería una cosa si lograran comprar más medicamentos y suministros con la misma cantidad de dinero a través de buenas ofertas; aplaudiría eso”, abundó Xavier Tello, analista de políticas de salud de Strategic Consulting en Ciudad de México. “Pero tener personas llorando en las calles porque no pueden encontrar medicamentos es inhumano, es impensable”.
Los índices de aprobación de López Obrador se habían mantenido estables hasta hace poco, cuando las encuestas nacionales mostraron que el respaldo que recibía se estaba viendo afectado, con protestas casi diarias y publicaciones de enojo en redes sociales.
“Presidente, ¿por qué abandona a los mexicanos más vulnerables? Mujeres con cáncer piden su ayuda desesperadamente porque quieren vivir”, publicó una mujer en Twitter la semana pasada. “Muestra poca compasión por los que sufren ... muchos de ellos por su culpa”.
Un contingente de pacientes con VIH se manifestó recientemente frente a la sede del IMSS, cubriendo paredes y ventanas con mensajes de grafiti, incluida la palabra “asesinos” una y otra vez en rojo. Mujeres con cáncer de mama marcharon frente al Palacio Nacional con carteles que decían “El cáncer no espera” y “Queremos vivir”. Padres de niños con cáncer han organizado varias protestas bloqueando la entrada al aeropuerto de Ciudad de México.
José Narro, quien fue secretario de Salud hasta noviembre de 2018, señaló que el presidente y sus asesores deberían reagruparse. “Si alguien me preguntara si el sistema de salud era perfecto cuando me fui, yo diría que no. Teníamos problemas, pero el sistema funcionaba”.

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