Si eres fanático de Google Trends, te darás cuenta de que la búsqueda de la frase "no pagar tarjeta de crédito" aumenta durante esta época.
Si eres fanático de Google Trends, te darás cuenta de que la búsqueda de la frase “no pagar tarjeta de crédito” aumenta durante diciembre. Esto quiere decir dos cosas: primero, que las personas no se levantan un día y deciden “no pagaré mi tarjeta”, sino que evalúan primero las consecuencias. Y, segundo, que en diciembre hay muchos gastos y que a más de uno se le va la mano con los regalos que pondrán debajo del arbolito.
Pero, lo relevante aquí es que el llegar a esta situación es resultado de una cadena de eventos desafortunados (o gastos desafortunados) que se les salen de las manos a las personas cuando no tienen control sobre sus finanzas: es decir, cuando compran cosas que no necesitan con dinero que no tienen o cuando viven al día y les suceden eventos inesperados que terminan por exprimir sus cuentas… o una mezcla de las dos.
Quiero pensar que todos hemos estado allí en algún momento de nuestras vidas, por lo que busco ayudar a explicar lo que pasa exactamente cuando uno decide (o se ve obligado) a no pagar su tarjeta de crédito.
¿Qué puedes hacer si te diste cuenta de que no tienes dinero para pagar?
Antes de decidir que no pagarás ni un peso, agota tus alternativas.
Deja de usar la tarjeta: concentra todos tus recursos disponibles en pagar la deuda lo antes posible. Si tienes varias tarjetas te aconsejo que pagues primero la tarjeta con mayor tasa de interés.
Acércate al banco y negocia: platícale al ejecutivo sobre tu situación y pregunta sobre diferentes soluciones que te puedan ofrecer. El banco no querrá perder su dinero del todo, por lo que te podrán ofrecer opciones que van desde congelar tu deuda hasta cobrar menos, o anular del todo, los intereses. Pero, advertencia: no aceptes tratos que sepas que no podrás cumplir: si no puedes pagar sino hasta cierta cifra al mes, sé sincero. Deja que el ejecutivo te ayude a encontrar una solución.
Demuestra buena voluntad pagando por lo menos el mínimo: Esta es la solución más lógica. Paga el mínimo requerido en el estado de cuenta. Tus intereses seguirán subiendo, pero al menos no tendrás una marca negativa en tu historial.
Consolida tus deudas con un crédito personal: si el banco no te ofrece alternativas, acércate a otras instituciones financieras que ofrezcan tasas preferenciales por migrar tu saldo con ellos o revisa las condiciones que ofrecen los créditos personales, ya que muchas veces son mejores que los que te ofrece tu tarjeta.
Pide prestado a un familiar: como último recurso, considera acercarte con un familiar que pueda saldar tu deuda. Esta opción es la mejor si lo que quieres es tener un esquema de pago que se ajuste a tus posibilidades y evitar a toda costa manchar tu historial, por ejemplo, si piensas pedir un crédito mayor pronto.
Ahora, hablemos de las consecuencias. ¿Qué puedes esperar?
El banco te va a buscar insistentemente...
Desde los primeros días te van a empezar a llamar y a preguntarte cuándo pueden esperar tu pago. Te recomiendo que contestes y que digas la verdad, pues te van a seguir llamando y hasta llamaran a tus avales o referencias. Después de 120 días de esperar tu pago, el banco está en su derecho de vender tu deuda a un despacho de cobranza… Y aquí empezará la pesadilla.
El despacho de cobranza te va a acosar...
Los despachos de cobranza se caracterizan por utilizar métodos poco ortodoxos para recuperar el dinero. Incluso, algunos llegarán a amenazarte con consecuencias que no son posibles o, al menos, que no pasarán fácilmente y sin abogados de por medio.
Los despachos de cobranza te llamarán a ti y a todos tus conocidos; espera que llamen hasta a tu jefe.
Es posible que te envíen documentos y que te digan que son órdenes judiciales; o que se presenten como entes de alguna autoridad para pedirte que saldes la deuda parcialmente y que les entregues dinero: en este punto, ¡no lo hagas!, pues es muy posible que estos pagos extraordinarios no se reflejen en el pago de tu deuda. Es decir que estarías pagándoles solo para que te dejen en paz por un rato. Si decides negociar tu deuda con el despacho de cobranza, asegúrate de firmar un convenio en donde quede constancia de los pagos.
Algo que debes saber es que los despachos de cobranza no se pueden aparecer en tu casa para llevarte a la cárcel o para embargar tus bienes. Para hacerlo deben pasar primero por un juez que lo dictamine.
¿No pagar es motivo de cárcel?
El banco sí te puede demandar a partir del tercer mes que dejes de pagar tu deuda, pero, llevar esta demanda, probablemente, le costaría más que recuperar el dinero.
Por eso, los bancos prefieren vender la cartera de morosos a un despacho de cobranza. Pero asumamos que el banco te demanda: La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice en el último párrafo del artículo 17 que las deudas de carácter civil, como las que se contraen con tarjetas de crédito, créditos personales, hipotecarios, entre otros, no se podrán sancionar con pena de cárcel.
Entonces, no: no te pueden llevar a la cárcel por motivo de no poder pagar tu tarjeta de crédito, pues las deudas de dinero no constituyen caso para demandas penales. Acuérdate de esto si un despacho de cobranzas te está amenazando.
Otras reglas aplican si se llega a comprobar que el cliente tenía la intención del no pago, si falsificó documentos o si es un deudor moroso serial, pero eso es otro tema.
Por otro lado, los bancos y despachos deben apegarse a un código de ética que les prohíbe hacer ciertas prácticas.
¿Me pueden embargar?
Los despachos de cobranza te pueden decir que te van a embargar, pero esto casi nunca es verdad, pues para hacerlo deberían haber escrito en tu contrato inicial que dejarías un bien como garantía. No recuerdo la última vez que firmé un contrato de adquisición de tarjeta de crédito en el que dijera que dejaba como garantía mi casa o mi coche… debe ser por que jamás ha pasado. Podría pasar, sí, pero no es común.
Hablemos de la primera consecuencia: Una mancha en tu historial de crédito
Hablar de que te “metan al buró de crédito” es el coco del mundo financiero. Pero, como ya se lo he explicado a muchos, el problema no está en que “te metan” o “no te metan”, sino en qué calificación tienes. De hecho, si tienes una tarjeta de crédito o algún producto bancario de crédito, ya “te metieron”. Pero si pagas tarde tus deudas, ten por seguro que tu calificación bajará y le puedes decir adiós a todos tus planes futuros que requerían de un crédito: estudios, viajes, reparaciones del hogar, hipotecas, créditos automotrices, etc., ¡adios!
Entonces, cuando dejas de pagar tu deuda, lo primero que el banco te dirá es que te van a “meter” al buró. Ya sabes que eso es falso, porque ya estás allí, solo que ahora tendrás mal puntaje.
Segundo, si te dicen que borrarán tu marca en el historial si pagas, entérate de que esto también es mentira, pues hay un periodo de tiempo establecido para que las marcas se eliminen del historial crediticio. Nadie puede manipular la información del Buró de crédito.
En cuanto a las consecuencias inmediatas de dejar de pagar tu tarjeta de crédito, son que tendrás una baja en tu calificación y que:
A. Te darán créditos con tasas de interés más altas o,
B. Te negarán los créditos que pidas.
Ten en cuenta estos tiempos para controlar el daño que le harás a tu historial
Después de los primeros 30 días de no pago: el banco le informará a las Sociedades de Información Crediticia sobre tu atraso.
90 días después: Se reportará tu cuenta como posible causa de quebranto ante buró.
El punto de no retorno se da después de 120 días: Tu historial crediticio ya tendrá un quebranto.
Entonces ¿qué haces?
La situación es complicada, lo sé. Pero lo peor que puedes hacer es como si no hubiera pasado nada y olvidarte de la deuda. Reúne tu valentía y ve a hablar al banco, o al menos llama. Es mejor que estés enterado siempre del monto de la deuda y de los intereses que debes. Tal vez ellos te propongan soluciones que antes estaban fuera de tu alcance.
También existen empresas que prometen reparar tu deuda. Pero debes estar consciente de que, al negociar tu deuda por medio de este método, en tu historial de crédito aparecerá como una “quita”, y esto afectará negativamente tu puntaje. Es decir que negociarán tu deuda, deberás seguir pagándola y aún así se afectará tu historial.
Deber dinero cuando se es jóven parece muy sencillo; hasta que decides tener una familia y necesitas financiamiento. No es recomendable que te hagas el tonto, pues puedes perder oportunidades que en este momento ni se te pasan por la cabeza.
Estar bien parado en el mundo crediticio es importante y si no lo crees, ¿qué tanto utilizas servicios tipo Uber sin tarjeta?, ¿qué tanto utilizas servicios de cargo recurrente como tu celular o Netflix?, ¿qué tanto haces tus compras por internet?
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