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jueves, 17 de noviembre de 2016
¡Muertos y cultura!… dejó la Revolución Mexicana
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Cada historiador tiene su propia versión sobre la Revolución Mexicana y cada mexicano tiene su propia interpretación sobre los hechos que se narran en los libros, en las películas o en documentales.
Por eso, cuando preguntamos cuánta gente murió a consecuencia de la Revolución Mexicana, las cifras difieren pues los más prudentes dicen que fueron alrededor de 50 mil los muertos, pero los más atrevidos consideran que murieron entre un millón y dos millones de personas en la revuelta armada, desde 1910 hasta 1921.
Tan sólo en la batalla de Celaya entre las fuerzas villistas y obregonistas - que duró 10 días en abril de 1915 entre la División del Norte, encabezada por Francisco Villa y las tropas constitucionalistas al mando del general Álvaro Obregón -, se considera que murieron entre 8 mil y 12 mil personas.
Los cronistas de la época se basan en los censos nacionales de población, pues en 1910 el censo nacional indica que había 15 millones 160 mil 369 habitantes. Y el censo de 1921 la población era de 14 millones 334 mil 780 habitantes.
De acuerdo a esos censos de población hay una diferencia de aproximadamente de casi 825 mil 589 habitantes, es decir que durante la revolución Mexicana, se calcula que murieron cerca del millón de personas.
Es difícil saber en realidad cuántas personas murieron en las batallas, pues hay que considerar a los que formaban parte de tropas irregulares, a los bandoleros que cometían actos vandálicos por hambre y a la población que moría por enfermedades y otras causas.
Asimismo, se debe aclarar que mucha gente que desapareció fue porque emigró a Estados Unidos.
Todas las guerras civiles no sólo producen detrimentos en la población, sino otras consecuencias lamentables.
Y una ausencia lamentable que a la fecha sigue padeciendo nuestro país, es la falta de cultura y civilización en muchas partes de la República Mexicana.
Por ejemplo, dicen los cronistas de aquella época que la última vez que se tocó o se escuchó en México, las 9 sinfonías de Beethoven fue en 1908 y no se volvieron a escuchar, sino hasta 1921 en el Teatro de la Ciudad, con la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de México.
Y no se diga las obras del teatro clásico o las operetas que se ausentaron de México durante el periodo revolucionario.
Algunos gobiernos estatales o locales han tratado de conquistar el gusto de los mexicanos por la cultura universal, desde la lectura histórica hasta la música clásica y las bellas artes.
Pero ya ven, amigos radioescuchas, en el caso de Sinaloa, los muchachos prefieren las canciones ramplonas y prosaicas con artistas mediocres y vulgares.
En fin, son las consecuencias de una revolución que conmemoramos, para bien o para mal, de diferentes formas en la República Mexicana. (www.sinaloaes.com)
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