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jueves, 4 de julio de 2019

¿Qué pasa con el consumo en México?


Enrique Quintana


Ayer se dio a conocer que la venta de autos durante el mes de junio cayó 11.4 por ciento respecto al mismo mes del año pasado.

La caída respecto al nivel más elevado correspondiente a un mes de junio, que fue el de 2016, es de 21.1 por ciento.

¿Qué es lo que ha ocurrido con la venta de autos? ¿En qué medida refleja las tendencias del consumo de un amplio sector de la sociedad?

Cerca del 70 por ciento de los autos nuevos son adquiridos a crédito. El otro 30 por ciento entra en esquemas de arrendamiento y cada vez menos hay la adquisición de autos al contado.

Ojo, esto no quiere decir, compras en efectivo. Ese esquema casi desapareció por los controles fiscales inexistentes.

Bajo esta premisa, la pregunta entonces es, ¿por qué se venden cada vez menos autos a crédito?

El grueso de los créditos para la compra de autos ya no está siendo otorgado por los bancos sino por las financieras, en algunos casos, de las propias armadoras.

Pero, el consumidor está tomando con muchas reservas la adquisición de un bien duradero como un auto.

Considerando el salario promedio del sector formal, de 11 mil 325 pesos al mes, y asumiendo que un precio típico de un auto compacto pueda ser de 200 mil pesos, sin incluir enganche, equivale a 17.6 meses del salario medio.

Un crédito a plazo de cinco años, considerando una tasa de 12 por ciento, podría implicar pagos de 5 mil pesos mensuales, equivalentes al 44 por ciento del salario.

El alza en las tasas de interés en los últimos años, así como la incertidumbre, han abonado en una reducción de los créditos y las ventas. A lo que se suma la mayor venta de autos usados importados.

El consumidor mexicano ha aumentado su aversión al riesgo y prefiere no endeudarse para la adquisición de bienes como los autos en este momento.

Pero, como aquí le hemos comentado, la masa salarial real del sector formal sigue creciendo a cerca del 5 por ciento en términos reales.

Sin embargo, la gente está destinando una proporción mayor de su ingreso a la compra de bienes no duraderos, como alimentos y productos para el hogar.

Las ventas de Walmart, a semanas comparables, crecieron a una tasa nominal de 5 por ciento durante los primeros cinco meses del año.

Esto significa un crecimiento de 0.7 por ciento en términos reales, a tasa anual. Aunque bajo, sigue siendo positivo y contrasta fuertemente con casos como el de la adquisición de automóviles.

¿Qué necesitaría ocurrir para que nuevamente los consumidores se sintieran con la confianza de adquirir un auto?

Lo más importante es la certeza de contar con un empleo estable y con un ingreso predecible. Y ello se logrará cuando el ritmo de generación de empleo crezca.

Lo segundo es que se perciba una reducción de las tasas de interés nominales, para lo cual se requiere un cambio en la dirección de la política monetaria de Banxico.

Lo tercero es que se consolide la percepción de que no hay riesgo cambiario. Más allá de los productos que sufrirían un impacto en sus costos si sube el tipo de cambio, la gente es desconfiada si percibe que hay un dólar que puede ser susceptible de variar por factores que no se entienden bien.

El consumo de bienes duraderos ha caído y el de bienes básicos se ha frenado. Eso es un hecho.

Pero eso no quiere decir que sea una tendencia irremediable. Decisiones correctas de política pública pueden revertir estas tendencias.

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