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lunes, 24 de noviembre de 2014

Problemas de Estado… solución de todos

La cancelación del desfile del 20 de noviembre demostró que el espíritu revolucionario de este país y del partido en el poder ha quedado completa y totalmente atrás. El clima de violencia y odio que se ha sembrado desde la desaparición de los 43 estudiantes también demostró que para una “revolución armada” no alcanza, ya que ni siquiera ideología tiene. En vez de adeptos, tiene golpeadores, lo que, de por sí, excluye y los reserva de la sociedad. De hecho, ese es el objetivo.

Es de lamentar que tanta gente, sobre todo en la Ciudad de México, haya sido presa de un pánico innecesario. Pura “llamarada de petate”.

Lo que no puede suspenderse, debido a su significado, es la ceremonia de ascensos y reconocimientos para los oficiales del Ejército, la Marina Armada y la Fuerza Aérea, donde el comandante supremo de las fuerzas armadas participa en franco reconocimiento a los ascendidos. Para el Presidente, este 20 de noviembre se volvió, más que simbólico, necesario. De alguna manera necesitaba más resguardarse en la fortaleza que le dan las fuerzas armadas, para demostrarles a todos la lealtad que los militares de tierra, mar y aire le guardan a la investidura presidencial.

Las palabras pronunciadas por el general Salvador Cienfuegos en la ceremonia de entrega de ascensos y condecoraciones a los elementos de las fuerzas armadas, el pasado jueves en el Campo Marte, son dignas de un análisis profundo; en primer lugar, porque se necesitaba que alguien del gabinete presidencial se dirigiera urgentemente no solamente a la población, sino de manera directa a quienes creen que pueden enfrentarse a todo un sistema establecido. ¿Quién mejor que el secretario de la Sedena para hacerlo?
En segundo lugar, porque solo la fortaleza del instituto armado para advertir que se debe dejar de suponer que los grandes retos que enfrentamos como la inseguridad y el crimen organizado son solo culpa del gobierno, esa actitud poco abona; son problema de todos y solo juntos se podrán vencer. Cienfuegos Zepeda afirmó que son problema de Estado y no de gobierno.

Necesarias las palabras del alto mando militar, debido a que en su llamado a despertar la conciencia nacional también pone el ejemplo del soporte que debe dársele al país, a las instituciones y al Presidente, es decir, están dejando solo a Peña Nieto, sus secretarios traen una agenda propia y no figuran como apoyo visible, sobre todo en estos tiempos difíciles. El Presidente de México está recibiendo todos los golpes sin que nadie lo ayude. No es victimizarlo, es simplemente una necesidad de cualquier jefe de Estado.

Un llamado al orden y a la unidad institucional fue lo que el general secretario hizo. Se cumplió con el objetivo de llamar la atención de todos los asistentes. Los presidentes de los diputados y senadores, el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, así como los secretarios de Estado ahí presentes, no perdieron detalle de las palabras del general Cienfuegos.

El Presidente correspondió la lealtad afirmando que, por unos “pocos”, no se puede calificar y señalar al Ejército, y que nadie puede poner en tela de juicio todo lo que hacen por la sociedad y el país.
Ojalá y no se olviden las palabras del secretario de la Defensa Nacional. El ejemplo ya se puso.
Tres de Diana.

Merecido y emotivo fue el reconocimiento que el Presidente hizo al secretario de la Defensa Nacional, al otorgarle la condecoración por la patria. Esta condecoración es el más alto honor que un militar puede recibir y en este caso se otorgó por los 50 años de servicio que cumple este año el general Cienfuegos.
Todos los ascensos al grado inmediato superior son motivo de orgullo y por supuesto, desde aquí, una sincera felicitación para todo el personal de tropa, oficiales, jefes, generales del Ejército y la Fuerza Aérea.

También una felicitación sincera para todo el personal de marinería, oficiales, capitanes y almirantes de la Marina Armada de México.

Sin menosprecio de todos los hombres y las mujeres que ascendieron en esta promoción 2014, merecen un reconocimiento especial los recién ascendidos generales de división, Germán Jiménez Mendoza, Uribe Toledo Sibaja, Miguel Ángel Patiño Canchola, Pedro Felipe Gurrola Ramírez y Alejandro Saavedra Hernández; así como el general de división piloto aviador Jesús Franco Martínez.

De la Armada de México los almirantes Anselmo Díaz Cid, Ángel Enrique Sarmiento Beltrán, Carlos Ortega Muñiz, Luis Gerardo Alcalá Ferráez, Juan Guillermo Fierro Rocha, Eduardo Arredondo Aramburo, José Luis Vergara Ibarra y José Antonio Sierra Rodríguez.

Un personal saludo para el contraalmirante Jorge Vázquez Zárate y para el teniente coronel médico cirujano José Mejía Valdés.

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