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lunes, 24 de noviembre de 2014

El momento es ahora

Más allá del video de la primera dama y de las imágenes de las marchas del jueves pasado, hay una noticia que se tiene que comentar a gran escala.

¿Cuál? La de los tres “finalistas” a recibir las tan cacareadas concesiones de televisión abierta nacional.

¿Y por qué se tiene que comentar a gran escala? Por su importancia, por la lectura que se puede hacer de esta tercia y por la forma.

¿Qué tiene de importante que sepamos quiénes podrían quedarse con los canales de televisión que van a competir contra Televisa y Azteca?

Todo, porque esto no es un tema de comunicación, es un tema de poder.

El gobierno le va abrir las puertas de uno de los poderes más grandes que pueden existir en un país como México a dos nuevos grupos empresariales.

Y esos grupos van a tener la posibilidad tanto de educarnos y de educar a nuestros hijos y a sus hijos, como de apoyar o criticar un sistema, como de posicionar o eliminar a un partido político, como de colocar o eliminar a un candidato a cualquier cargo de elección popular.

¿Qué ganamos con que esto se discuta? Que México entero descubra lo que hay detrás de estos señores, sus inclinaciones políticas, sus niveles educativos, sus creencias religiosas y hasta su concepción de los valores.

¿De qué le va a servir a México tener nuevas señales si se va a tratar de producciones que van a respaldar lo mismo que ahora respaldan quienes ofrecen la televisión nacional?
¿En qué va a mejorar nuestra sociedad si se trata de empresarios racistas, clasistas, machos, misóginos y homofóbicos?

¿Sí me entiende? No discutir esto es poner el futuro de una de las partes más trascendentales de nuestro futuro como nación en manos de quien sabe quién.

Y si ya vimos que la licitación del tren que iba a ir de la Ciudad de México a Querétaro se vino abajo para replantearse en términos mucho más atractivos, ¿por qué aquí, en caso de que la evaluación de los consumidores de televisión no fuera la adecuada, no se podría conseguir lo mismo?

Por favor, no deje esto en manos del destino. Investigue, analice, cuestione y participe con el mismo entusiasmo con el que luego participa en otros asuntos.

Después, cuando esos canales estén al aire atascándonos de programación basura y de muchas cosas todavía peores, no vaya a decir que no se lo advertí. El momento es ahora.

¿A qué me refiero cuando le hablo de la lectura que se puede hacer de esta decisión? A algo muy triste.
¿Quiénes son los finalistas en esta competencia mediática? Francisco Aguirre Gómez (Grupo Radio Centro), Mario Vázquez Raña (Centro de Estudios Tepeyac) y Olegario Vázquez Aldir (Cadenatres).

¿Y cuál es la lectura? Pan con lo mismo. A estos tres distinguidos empresarios los conocemos desde hace años.

¿Qué han ofrecido de diferente respecto a Televisa o Azteca a lo largo de su trayectoria mediática? ¿Cuáles han sido sus aportaciones editoriales?

¿Con qué propuesta de contenidos nos van a sorprender? ¿Con qué instalaciones van a ponérsele al tú por tú al Canal de las Estrellas y al 13?

Por si esto no fuera suficiente, dos de los tres candidatos a las concesiones son parientes.
Da lo mismo si están peleados o si alguno de los dos pierde. Son familia. Al rato se contentan.
¿Cuál es el mensaje que se le está mandando a la nación?

Y ni modo de que el gobierno le dé las dos concesiones a los dos parientes porque entonces sí la cosa se va a poner peor de sospechosa.

¿Por qué no hay aquí empresarios nuevos? ¿Por qué no llegaron hasta este punto compañías internacionales que le pudieran meter un susto a lo poco o mucho que ahora tenemos?

¿Adónde se fueron los temores? ¿Adónde se fue la esperanza?

¿Ahora entiende cuando le digo que esto es triste? Nada va a cambiar.

¿Qué le trato de decir cuando le señalo que esto se debe comentar a gran escala por la forma?
A que no deja de ser penoso que después de todo lo que se dijo se esté manejando esto como si fuera un concurso de belleza con finalistas, suspenso y toda la cosa.

Mucho menos, que la nota haya salido cuando existe tanta tensión en nuestro medio por todo lo que está sucediendo en términos noticiosos y a unos días de la 56 Semana Nacional de Radio y Televisión, donde esto, necesariamente, va a modificar el clima de las conversaciones.

Sí está de pensarse, ¿verdad?

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