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viernes, 7 de noviembre de 2014

Necesario construir capital social: nuncio apostólico

Mexico.- Es necesario meditar en la urgencia de construir capital social como respuesta a la crisis generalizada que vivimos, es en la formación de capital social donde está buena parte de la solución a los retos y problemas que tenemos, pues hoy observamos desorientación general en todos los ámbitos de la vida, el económico, social, cultural, político, social y de forma particular en el ámbito de la familia.

El nuncio apostólico en México, Christopher Pierre, manifestó que la formación de capital social implica cuidar y fomentar relaciones de bien, verdadero desarrollo integral y confianza en todos los ámbitos de la vida en la sociedad.

Al participar en el XVI Congreso Nacional de la Unión Social de Empresarios de México (USEM) Confederación, el representante del Vaticano en México lamentó por otra parte que el campo de la moral y de la ética "ha quedado excluido de la vida para vivirse sólo en lo privado".

Vivimos, aseveró, ante un giro histórico, un cambio de época gracias a los enormes saltos cualitativos, lasinnovaciones tecnológicas y sus veloces aplicaciones en distintos campos de la naturaleza y la vida, como ha dicho el Papa Francisco.

En el cambio de época, subrayó, el ser humano no entiende lo que sucede en el mundo, porque cree que los esquemas que usa para explicarse la realidad ya no le sirven, no funcionan, no son suficientes; lo más paradójico es que mientras este ser humano encuentra otros esquemas o paradigmas o marcos referenciales, se da un vacío, un desorden, a veces incluso un caos, advirtió.

Estamos en la era del conocimiento y de la información, fuente de nuevas formas de un poder muchas veces anónimo, lo cual ha provocado una crisis generalizada, con aciertos y desaciertos, encuentros y desencuentros que requieren de atención adecuada, sostuvo el nuncio.

En un cambio de esta índole, reconocemos que parte del problema general es el gran déficit de capital social, de seres humanos que nos ayuden a interpretar, dar sentido a la historia, insistió.

Esta es quizá una de las causas fundamentales que actúan en la complejidad del síndrome que hoy vivimos, añadió.

Manifestó que el momento actual es una gran oportunidad para dar a la economía y a la actividad empresarial un giro para responder cristianamente a la concentración de la riqueza, la exclusión y la desigualdad, como lo ha dicho el Papa.

Recordó que el objetivo esencial de la economía es la formación de la riqueza y su incremento progresivo en términos cuantitativos y cualitativos, lo cual es correcto si está orientado al desarrollo global y solidario del hombre y la sociedad.

No puede reducirse, dijo el representante papal, a la acumulación de bienes y servicios, que no es una condición suficiente para la felicidad humana, por eso la empresa está llamada a prestar una respuesta mayor a la sociedad asumiendo la responsabilidad social empresarial desde esta perspectiva.

El empresario está llamado a contribuir a la creación del capital social, siendo creativo para la generación de riqueza y la creación de empleos dignos que favorezcan a la familia, añadió el expositor.

Pidió a los empresarios que secunden la demanda de calidad de la mercancía que se produce y se consume, que inviertan en aquellos lugares y sectores productivos que ofrecen a los individuos y a los pueblos la oportunidad de dar valor al propio trabajo.

Se debe colocar como prioridad la creación de oportunidades económicas para sectores de la población marginados, sostuvo.

Se habla de salir de la informalidad, pero si no se ayuda a los marginados, vamos a quedarnos por un siglo más con este fenómeno, advirtió.

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