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lunes, 20 de julio de 2020

Los mutuos favores de Peña y Rajoy vía Pemex




Darío Celis




Si hay una transacción en la que Emilio Lozoya tiene elementos para incriminar a Enrique Peña y a Luis Videgaray, es la compra de los astilleros Hijos de J. Barreras y la desinversión de Pemex en Repsol.

En las dos, los actores principales son el expresidente y el exsecretario de Hacienda y el hilo conductor, el ex jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, defenestrado en junio de 2018.

Fueron transacciones que por órdenes de aquéllos operó con ayuda de sus testaferros, José Manuel Carrera Panizzo, director de PMI; Carlos Roa, su jefe de asesores, y Froylan Gracia, su secretario particular.

Dos acuerdos ruinosos, particularmente el de Repsol, cuyo producto de la venta, casi 3 mil millones de dólares, no se tiene registro de que hayan entrado a las arcas de la Secretaría de Hacienda.

En las postrimerías del gobierno de Felipe Calderón, Rajoy se perfilaba a ganar las elecciones para presidente en España. El entonces jefe de la oposición como líder del Partido Popular, tenía un gran interés.

El político de Santiago de Compostela quería salvar a la alicaída industria naval de Galicia. Calderón y su secretario de Hacienda, José Antonio Meade, fueron los primeros en conocer el plan de Rajoy.

Sin embargo, no les alcanzó el tiempo para cerrar la compra de los astilleros. Calderón dejó la presidencia en México y Rajoy asumió la de España. Sin embargo, para el segundo los problemas se le agravaron.

Rajoy, como presidente, empezó a enfrentar problemas de tipo social en Vigo, la sede del astillero. El presidente de la Junta de Galicia, su compañero Alberto Núñez Feijoó, volvió a la carga.

Ambos, Rajoy y Núñez Feijoó, redireccionaron baterías hacia Peña Nieto, candidato a la Presidencia. Le pusieron en la mesa el plan: comprar el astillero y construir dos floteles para garantizar las fuentes de empleo.

El acuerdo se alcanzó en la visita que Peña hizo en octubre de 2012 a Madrid, misma que el mismo Peña y Videgaray le pidieron organizar a Lozoya, como coordinador de asuntos internacionales del candidato.

El trato fue comprar 50 millones de acciones más 1 de los astilleros Hijos de J. Barreras. PMI pagó a razón de un millón de euros por título y al mismo tiempos fabricar dos barcos que operaran como floteles de apoyo.

¿Qué obtuvo a cambio Peña? Rajoy les facilitó la salida de Repsol, una aventura en la que el gobierno de Calderón llevó a su director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, a subir su participación de 4.8 a 9.8 por ciento.

Primero, Calderón, y luego, Peña, se desgastaron en una guerra que a la postre perdieron con Antonio Brufau, el CEO de Repsol. Lozoya específicamente intentó un golpe de Estado para alcanzar la mayoría.

Pemex era el segundo accionista, sólo superado por la CaixaBank que posee 11.82 por ciento. Peña y Videgaray creían que con el apoyo de Sacyr-Vallehermoso podía tomar control y quitar a Brufau. Pero éste terminó venciéndolos.

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