Quiero pensar que, con suerte, por la naturaleza de esta crisis económica y aun considerando que ya veníamos muy mal, podamos empezar a ver cierto crecimiento al final del año, dice.
Una vez que esté relativamente superada la pandemia, o por lo menos que seamos capaces de convivir con ella en condiciones razonablemente seguras, el país necesita tres cosas: crecer, crecer y crecer, es la sugerencia del exsecretario de Educación Pública y actual presidente del Consejo Asesor de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Otto Granados Roldán.
En entrevista con El Financiero, el exfuncionario hace un balance de los requerimientos del país ante los malos y catastróficos escenarios que han planteado los economistas, y estima una recuperación a final de año, pero con la imperante necesidad de crear políticas de corto plazo que defiendan el empleo formal o permitan recuperarlo, estimulen la demanda, brinden certeza y atractivo a la inversión privada nacional y extranjera.
Y luego, “emprender otras de carácter estructural que impulsen la productividad, la innovación y la competitividad de la economía”.
En cuanto al saldo educativo de la pandemia, explica, todavía es pronto para ser evaluado, pero será de suma importancia el intercambio de información para la creación de buen mapa de navegación.
- ¿Cuál debería ser la preocupación de la administración?
- El país necesita tres cosas: crecer, crecer y crecer. Quiero pensar que, con suerte, por la naturaleza de esta crisis económica y aun considerando que ya veníamos muy mal, podamos empezar a ver cierto crecimiento al final del año. Por supuesto, no se dará por generación espontánea si no se corrigen decisiones internas y si no aprovechamos ciertas externalidades como, por ejemplo, la sorpresiva, al menos para mí, recuperación del empleo en Estados Unidos, en mayo, o la identificación de los que serán los sectores ganadores en la era post-Covid.
En cuanto al sector educativo, explica que todos los ministerios o secretarías de educación en el mundo deben hacer una revisión correcta de los datos y la evidencia que hay hasta ahora y la que se siga produciendo, para saber con toda precisión eso que llama “el saldo educativo de la pandemia”.
“Ha habido una verdadera explosión de insumos de todo tipo sobre esto; nada más Google arroja mil 110 millones de resultados a la entrada “Covid y educación”, y esto puede ser inmanejable o por lo menos estéril para los formuladores de políticas.
“Es clave la idea de intercambiar conocimiento y contar con una especie de ‘clearinghouse’ de investigación basada en evidencia que identifique, filtre, seleccione y comente estudios sobre la relación de la epidemia con la educación para tener elementos con mayor peso, rigor y densidad técnica y académica en toma de decisiones.
“Y una vez hecho este balance, entonces sí tener un muy buen mapa de navegación, lo cual inevitablemente tomará tiempo”, subraya.
- ¿En cuanto al periodo de administración del gobierno, austeridad y recortes?
- En tiempos de crisis la disyuntiva no es gastar más o gastar menos, sino cómo se asignan inteligentemente los recursos. Y en este sentido la inversión pública y la privada tiene que estar orientada hacia aquellos renglones que tengan un impacto directo en el crecimiento de la economía y en especial de sus sectores más dinámicos, que ya no son los tradicionales. Entiendo por supuesto que provisionalmente haya que tender una red de protección hacia los más afectados por la crisis, pero sabemos que esto no es sostenible y tampoco ayuda a una recuperación robusta y productiva de la economía.
- ¿Cuál es nuestro papel como ciudadanos?
- Por lo pronto, ejercer ciudadanía y hacer todo lo necesario para proteger y preservar las instituciones, la democracia, el régimen de libertades y el estado de Derecho en México.
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