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martes, 24 de septiembre de 2019

Everardo Espino “charrascas” hombre de fuerte personalidad pero noble de sentimientos





A 82 años de su natalicio y siete meses de su sentido fallecimiento, Ernesto Everardo Díaz Espino fue recordado por su familia y amigos al rendirle un solemne homenaje en las instalaciones del comité municipal del PRI de Ecatepec, mismo que encabezaron también el presidente de este instituto político Sergio Díaz Hernández y el delegado del CDE del PRI Ismael Ordoñez Mancilla.

Ante la presencia de quien fuera su esposa señora Georgina Sofía Cahuantzi ahora su viuda y sus hijos Irán, Yeni Cristal, Leticia y Estela Díaz Cahuantzi, fue recordado en solemnes y sentidos mensajes donde relataron múltiples detalles de la vida de Everardo, el hombre que en la sociedad en general siempre se le antepuso el apelativo de “ el charrascas”.

Irán su hijo mayor lo definió como un gran hombre y un gran luchador social, pero no dejo de insistir y explicar que a don Everardo Díaz Espino le gustaba que le llamaran “el charrascas”, sin embargo está expresión; insistió su hijo; no resto para reconocer que fue un hombre de luchas sin fin, incansable, comprometido con sus ideales, pero principalmente comprometido con su gremio, los comerciantes.

Por su parte su hija Yeni Cristal en la referencia biográfica que hizo de su padre, recordó a papá “Lalo” , que era simple y llanamente don Everardo Espino el charrascas, quien nació el 24 de septiembre de 1937 en la ciudad de San Martín Texmelucan en el estado de Puebla, en el seno de una familia humilde y sus padres fueron Asunción Díaz y Julia Espino y que fue el menor de cinco hermanos de ellos cuatro mujeres y él, el varón, también refirió que por cuestiones económicas solo curso hasta el tercer año de primaria porque se dedicó a apoyar a sus padres.

Everardo Díaz, el charrascas es calificado por sus hijos como un hombre inquieto que salió de su pueblo natal a buscar fortuna, que intento realizar diversas actividades, sin embargo en ninguna de ellas se sintió a gusto, fue hasta los años sesenta, cuando encontró su verdadera vocación que fue precisamente el comercio, ubicándose en el barrio de centro más importante de la actividad comercial la Merced.

La historia del el charrascas está llena de vivencias, de actitudes y acciones que reflejan la personalidad visionaria de un joven proveniente del interior de la república pero con gran interés de destacar de ahí que en la Merced logró establecer sus espacios para comercializar diversos productos especialmente frutas que el mismo traía de diferentes partes del país, inclusive se convirtió en micro empresario generado empleos para otras personas que contrató.

Pero don Everardo también tenía en la profundidad de su ser la vocación en la actividad política por lo que simpatizo siempre con el Partido Revolucionario Institucional.

La aventura de su arribo al municipio de Ecatepec se dio en los años 70 donde con la experiencia y vivencias que traía ya logró aquí aplicarlas.
Charrascas, pese a que podría considerarse una expresión fuerte por el contrario fue un hombre bien intencionado y noble que logró una gran intercomunicación con otros dirigentes de comerciantes, logrando inclusive conformar en 1990 una respetada federación de comerciantes.

Irán Díaz Cahuantzi en otra parte de su relato sobre la vida de su padre refirió: “puedo decirles que el charrascas no era ese hombre sin corazón, sin sentimientos y mal humorado como falsamente muchos hicieron creer, al contrario mi padre era un hombre noble que supo sembrar a lo largo de su vida un gran número de amigos y amigas”.

“Un gran padre, un excelente amigo, un ser humano con errores pero con muchos aciertos, un hombre que no solo deja un vacío en muchas personas, también deja una enorme huella en la vida y en los corazones de quienes lo conocieron, de quienes lo amamos.

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