Democracia transparente

De acuerdo a los vicios e irregularidades que vemos en las campañas políticas...

La pregunta es si de ahora en adelante habrá un verdadero intento por democratizar los sistemas de selección de candidatos a puestos de elección popular, cuya esencia se ha desvirtuado y muestra un sinnúmero de fallas.
En nuestro archivo de informes y antecedentes se registra un método conocido popularmente como “democracia transparente”, que implantó cuando fungió como máximo dirigente del PRI, Carlos Sansores Pérez --a quien muchos de sus amigos hasta dejaron de hablarle--, consistente en que las bases eligen abierta y públicamente a sus candidatos.
Dicho sistema inició con la selección de candidatos a presidentes municipales y algunos diputados locales con bastante éxito. La idea era perfeccionarlo para utilizarlo a futuro en la selección de diputados federales, senadores, gobernadores y presidente de la República.
Sin embargo, la “democracia transparente” fue desacreditada poco después. Los acentuados intereses políticos y económicos que nunca faltan le atribuyeron toda clase de fallas, algunas hasta inventadas, con objeto de sembrar la idea de que se trataba de una nueva maniobra para engañar incautos y militantes de buena fe.
Otro vestigio de la ansiada democracia transparente se apoyó en cuatro pasos para reconquistar la Presidencia de la República en poder de la llamada alternancia. Primero, efectuar una encuesta entre priistas. Segundo, una encuesta a ciudadanos declarados independientes. Tercero, una auscultación a los ocho miembros fundadores de “Unidad Democrática”, organización autora de la iniciativa. Y cuatro, una auscultación a 700 ciudadanos “líderes” de todo el país. Este esfuerzo no rindió los frutos deseados y desgastó el proyecto del candidato Roberto Madrazo.
Cualquier intento por democratizar la política a la mexicana es bienvenido. No importa si es por intermedio de la debatida vía de las encuestas, de las auscultaciones o cosa parecida. Lo único es que de lo creíble del procedimiento y el modo en que se estructure, resulta su nivel de confiabilidad. Esto es importante, pues mientras no se modifique la manera de efectuar la selección de candidatos prevalecerá la idea de que el método más favorecido es la imposición en petit comité y procedimientos análogos.
La percepción de que la gran mayoría de las nominaciones para la Presidencia de la República emanan directamente de la cúpula del poder es un tema muy arraigado que erosiona desde varios ángulos la autoridad del sistema partidista: uno es el riesgo de que los proyectos se desbarranquen a efecto de los intereses malsanos, el divisionismo y el encono.