La transformación de la Iglesia católica, incluyendo el fin del celibato para los sacerdotes, no tiene marcha atrás.
Así visualiza la situación el padre y activista Alejandro Solalinde, tras ser cuestionado por Excélsior sobre los 152 sacerdotes (tres de ellos en Jalisco) que fueron suspendidos o encarcelados por casos de pederastia, según datos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Esta semana, los obispos presidentes de las conferencias episcopales en el mundo se reunirán para analizar el escándalo sobre abuso sexual infantil y su prevención.
El papa Francisco será el impulsor de la modernización, pues le “duele mucho (el abuso sexual de menores), es uno de los signos que nos está presentado la Iglesia, de que debe revisarse el celibato, tiene que revisarse la formación, tiene que revisarse la vida de la Iglesia, que está siendo impactada en una época en donde la sexualidad es muy abierta, y que tiene que ubicarse en el siglo XXI, donde la vida ha cambiado, aunque la formación no ha cambiado mucho.
Sería un parteaguas, estamos viendo un parteaguas, yo pienso que después del papa Francisco vendrá otro Papa innovador que siga esta línea. Esto ya no tiene reversa. Sí hay jerarcas que sueñan en la restauración del poder y grandeza de la Iglesia”, comentó.
¿QUÉ ES?
El celibato está asociado con una opción de vida. El concepto suele vincularse al modo de vida de los religiosos que optan por no tener relaciones sexuales.
En el caso de los sacerdotes católicos, el celibato es una condición indispensable e ineludible para ordenarse.
La influencia de la Iglesia en lo referente al celibato hace que el término se asocie de manera exclusiva a la religión.
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