COLUMNA DE ANÁLISIS Y COMENTARIOS POLÍTICOS
El panismo mexiquense en crisis
Empiezan los “sombrerazos”, los “ganchos al hígado” al más puro estilo del pugilismo por las posiciones claves y para elegir al dirigente estatal del Partido Acción Nacional. No hay sorpresas, ante las reiteradas traiciones al interior, donde muchos apoyaron a candidatos priistas y morenistas, dejando en grado de indefensión al panismo mexiquense.
Muchos marcan como responsable al actual presidente del PAN estatal, Víctor Hugo Sondón, causante de esta debacle y fracaso de esta alianza con el PRD y MC, que no cumplió con las expectativas de los militantes y simpatizantes albiazules, que fueron rezagados para cumplir con el “capricho” de colocar “allegados”, “amigos” y dejar las mejores posiciones a los amarillos. Solo cuido sus intereses particulares.
Queda claro, que los números no son nada alentadores al finalizar su gestión, van a ser simples y desdibujados, porque fue vapuleado en el 2017 en la elección a gobernador en el Estado de México, al ser relegado al cuarto sitio y en este año perder bastiones como Naucalpan y no colocar ni el 50 por ciento de diputados locales.
El Partido Acción Nacional en el Estado de México vive una supuesta crisis de cara a la renovación de la dirigencia a finales de año.
Mucho se prolifera la ruptura entre el diputado federal, Ulises Ramírez; del ex alcalde de Naucalpan, Edgar Olvera; del edil de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar y del ex dirigente estatal, Oscar Sánchez Juárez. Sin embargo, desde antes de iniciar la contienda interna los “dardos” ya fueron lanzados con un toque de veneno. El bloque de alcaldes y de los que ganaron en la pasada elección, no quieren saber nada de Víctor Hugo Sondón, (respaldado por Edgar Olvera); mientras, “Quique” Vargas, aparte de reelegirse y ganar su 5 de 5; tendría problemas de tener una suma ganadora para dirigir el panismo mexiquense, no le alcanzan los votos, pero tendría peso en las decisiones al interior.
En esta indefinición de cara a las próximas elecciones, el llamado Grupo Tlalnepantla, identificado con el diputado Ulises Ramírez, quien es un hombre de mucho olfato político, que tiene la energía y el liderazgo de reconstruir al partido desde abajo, el recorrer el Estado y reestructurar el partido; en un esfuerzo titánico, por supuesto que deberá estar como parte integral del partido, donde en ese inter, entraría a escena, Óscar Sánchez Juárez, quien dirigió al PAN en el Estado de México, en el período 2012-2015 y sea una alternativa de cambio que tanto necesitan los azules. Óscar entrego buenas cuentas en muchos rubros, en relación a la estructura organizacional comienza con él el resurgimiento de las estructuras estatales, municipales y financiero del partido. Todo indica que está sería la fórmula ganadora.
Los destinos del albiazul tendrán que conocer muy bien a la militancia y abrir la afiliación a los simpatizantes que se sienten excluidos de las decisiones partidarias al no estar en el padrón, un personaje con buena y sólida formación académica, inteligente, comprometido y dispuesto a reconstruir al partido desde abajo.
Como califican los panistas mexiquenses a sus candidatos:
Enrique Vargas, es calificado por sus gobernados en Huixquilucan como soberbio, déspota, vengativo y de desconocer hasta a los de su propia casa, a los albiazules que lo llevaron al triunfo.
Edgar Olvera, está confrontado con los propios azules y priistas de Naucalpan, por eso perdió el municipio. Su recién administración está copada por gente del PRI. Él no mandaba, todo lo hacía por mandato o encargo.
Ulises Ramírez, tendría un peso específico en la contienda interna. Sería un contrapeso en las decisiones del PAN. Respaldaría al mejor posicionado por el bien del panismo estatal.
Oscar Sánchez, el trabajo lo respalda. El único que podría ir en unidad en beneficio de la militancia y simpatizantes en el Estado de México.
Se prevé que a finales de octubre o noviembre, inmediatamente después de la renovación de la dirigencia nacional panista, se dé la renovación de la dirigencia del PAN en el Estado de México. La moneda y el prestigio del panismo mexiquense están en el aire.
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