Marzo 15 de 1973
Tras quince días de intenso trabajo, Ignacio Salas Obregón, el Frente Estudiantil Revolucionario, Los Procesos de Monterrey, el Movimiento Estudiantil Profesional (estudiantes cristianos), Los Enfermos de Sinaloa (estudiantes de la FEUS), el Comando Lacandones (estudiantes del IPN y de la UNAM), Los Guajiros de Baja California, la mayoría de los Feroces de Guadalajara, el MAR 23 de Septiembre, Los Macías, el Grupo Oaxaca y parte del Movimiento de Acción Revolucionaria MAR, se unen para integrar la Liga Comunista 23 de septiembre, en una casa de la calle Fraternidad de la colonia Belisario Domínguez de Guadalajara, Jalisco. La organización que constituirá “la expresión más desarrollada del movimiento armado en esos años al lograr una presencia nacional”.
Ignacio Salas Obregón, líder de los Procesos (cristianos radicales de Monterrey) e Ignacio Olivares elaboran la tesis de la Universidad Fábrica para legitimar el liderazgo estudiantil guerrillero. Laura Castellanos (México Armado) resume lo que esta tesis argumentaba: “la educación se ha masificado en la sociedad capitalista, lo que convertía a las universidades en fábricas de reproducción cultural y económica. El estudiantado era, pues, el proletario. Así, la responsabilidad histórica que la tesis marxista-leninista le daba a los obreros explotados y despojados de los medios de producción (el proletariado) pasaba ahora al estudiantado, que ya no era solamente su aliado, sino su propia vanguardia revolucionaria.”
Asimismo, Salas redacta el Manifiesto base de la Liga titulado “Cuestiones fundamentales sobre el movimiento armado en México”, en donde recoge las tesis marxistas-leninistas y señala cinco acciones inmediatas: ajusticiar a policías y militares, realizar actividades militares que apoyen al movimiento de masas, recuperar y conseguir armas, hacer expropiaciones de materiales y monetarias y liberar a presos políticos mediante secuestros.
Ramírez Cuevas (“Liga Comunista 23 de Septiembre. Historia del Exterminio”) dice que “las FRAP y el Partido de los Pobres de Lucio Cabañas no se incorporan por diferencias políticas”. Juan Manuel Negrete (Canuteros de Plomo) narra que Lucio Cabañas no acepta la invitación a participar en la guerrilla urbana, y que les sugiere “desmovilizarse y concentrarse en la concientización de las masas y esperar un mejor momento para enfrentar al gobierno a través de un movimiento armado”.
A sugerencia de Salas, adoptan el nombre en homenaje a los guerrilleros que murieron en el ataque al cuartel militar de ciudad Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965. Salas cambia su alias de Vicente por el de Oseas, profeta bíblico que sentenció: “Quien siembra vientos, cosecha tempestades”.
Acuerdan una declaración de principios redactada por Salas Obregón, que difundirán en los primeros números de su órgano de difusión, el periódico “Madera” (que en los siguientes años alcanzará a publicar 58 números con un tiraje de 40 mil ejemplares); asimismo, crean la Coordinación Nacional, el Buró Político de Dirección y el Comité Militar; también nombran responsables estatales.
Los miembros que integran esta organización, suponen tener la suficiente fuerza para extender la guerrilla a las zonas urbanas y rurales del país con el objetivo de cambiar el sistema, derrocar al gobierno y revolucionar las estructuras socioeconómicas para tener una sociedad mejor, más justa. Se trata de la unión de varios de los grupos guerrilleros que proliferaron tras la represión militar y policíaca de los movimientos populares y estudiantiles, que desilusionados de la acción política, ven en la acción armada el medio de lograr el cambio social al que aspiran. “En la mayoría de ellos imperó la idea de que ya había pasado el tiempo de las discusiones interminables y estériles: había llegado la hora de pasar a los hechos, a la acción”.
Caracterizará a la Liga Comunista 23 de Septiembre su independencia, su posición crítica y el no recibir entrenamiento, dinero ni apoyo del exterior. Sus miembros serán mujeres y hombres jóvenes, muchos de raigambre católica, que llevarán una doble vida: una de apariencia normal y otra en la clandestinidad. Tendrá casas de seguridad muy austeras para planear sus acciones y ocultar sus actividades. No consumirán ni drogas ni alcohol.
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