Las ventas de los autos Tesla han caído ante los bajos precios de los automóviles chinos. Esta situación es la que tiene en aprietos al magnate Elon Musk.
Es un hecho que México, desde la llegada del Tratado de
Libre Comercio (TLC), se convirtió en parte fundamental de varias industrias,
una de ellas fue el sector automotor.
El país, con los programas desarrollados a largo plazo para
tener mano de obra calificada, se fue ganando poco a poco la confianza de las
armadoras de autos.
Hoy, a la vuelta de varias décadas pesa la cercanía con
Estados Unidos, pero también hay que reconocer que la calidad de la mano de
obra mexicana, así como el tener las cadenas de proveeduría también en el mismo
país, han convertido a México en un lugar ideal para que todos busquen
instalarse.
Ahí tenemos la consolidación de Nissan, que lleva Rodrigo
Centeno; de Toyota, al mando de Luis Lozano, o Volkswagen, que
en Puebla es parte fundamental de la cara de la entidad.
Pero también en el futuro, se sigue esperando la llegada de
nuevas marcas competidoras, como fue el caso de Tesla, que ahora todo
indica podría quedarse en un muy largo stand by y no sólo por las
declaraciones del candidato Donald Trump de poner aranceles a los
autos que se fabriquen en México, sino más bien porque todos saben que la venta
de sus autos ha caído ante los bajos precios de los automóviles chinos y eso ya
había casi puesto en la lona a la marca de Elon Musk.
Pero las que siguen interesadas en el mercado mexicano son
las automotrices chinas, ya que pueden tener un buen mercado de ventas aquí y
quizás sortear las restricciones de Estados Unidos y vender al vecino país.
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