Gonzalo Alfonso y Andrés Manuel López Beltrán lanzan carta para defenderse de lo que llaman calumnias
Gonzalo Alfonso y Andrés Manuel López Beltrán, hijos
del presidente Andrés Manuel López Obrador, se defendieron de las supuestas
"calumnias" en su contra, al sentenciar que "todo tiene un
límite".
A través de una -larga- carta abierta, negaron la
información de trabajos periodísticos que los señalan de supuestos actos de
corrupción. Denunciaron que las acusaciones "han estado basadas en
supuestos, dichos de terceros, espionaje a terceros, conjeturas, redacción
tendenciosa y editorialización de la información", con la que se pretenden
dañar su "imagen pública y honorabilidad".
Se trata de una misiva en la que señalan que su padre es la
"persona más atacada, difamada y espiada en la historia de este país"
y que, siendo sus hijos, dicho acoso y persecución política se extendió a
ellos, haciendo que desde niños su vida "tuviera dificultades que otras
personas no suelen padecer".
Los hermanos López Beltrán aseguraron que han
hecho de sus vidas "una línea recta para no dar argumentos" para
atacar la causa y movimiento, y que han resistido "la embestida guardando
silencio" y dejando que su padre "respondiera las calumnias y
mentiras" que los adversarios han utilizado.
"Sin embargo, todo tiene un límite. Creemos que la
bajeza ha reinado en los últimos tiempos y se ha convertido en estrategia
política. Esto no puede tolerarse", asestaron.
Los hijos de López Obrador dijeron que la oposición rompió
los códigos éticos y emprendieron "una campaña de espionaje, mentira,
difamación y ataque" en contra de su familia, violando su "derecho a
la privacidad, a tener un trabajo y una vida tranquila alejada de la
confrontación política".
Se lanzaron contra Mexicanos Contra la Corrupción y la
Impunidad (MCCI), Latinus y otros medios de comunicación, así como contra la
campaña política del "PRIAN", al recordar que la excandidata
presidencial, Xóchitl Gálvez, los mencionó en los debates.
DERECHO DE RÉPLICA
Aunque reconocieron que los "ataques vienen de gente de
dudosa respetabilidad y probados vínculos con la corrupción política",
decidieron ejercer su derecho de réplica sobre seis publicaciones en medios de
comunicación.
Entre estas, sobre la obra del Malecón de Villahermosa y el
Tren Maya, a las que respondieron que nunca han "recomendado a ninguna
persona o empresa para la obtención de contratos de obra pública en dicho proyecto
ni en ninguno otro".
Gonzalo Alfonso y Andrés Manuel rechazaron conocer a Hugo
Buentello Carbonell y Luis Doporto Alejandre, acusados de varios delitos;
aunque reconocieron que sí coincidieron, años atrás, con Jorge Amílcar Olán
Aparicio.
Destacaron, además, que ninguno de ellos vive en Tabasco
desde 1996, ya que desde muy jóvenes se mudaron a la Ciudad de México y allí
han hecho sus vidas hasta la fecha.
En ese sentido, insistieron que no tenían conocimiento sobre
el otorgamiento de contratos por parte de los gobiernos estatales de Tabasco y
Quintana Roo, y que no tienen influencia o injerencia alguna en las decisiones
que dichos gobiernos deciden tomar.
Explicaron que Gonzalo Alfonso es "Asesor
Honorífico" del proyecto del Tren Interoceánico porque su padre le pidió
que supervisara los avances y le informara de forma periódica para ahorrarle
las visitas frecuentes y poder dedicar tiempo a otras labores. Sin embargo,
recalcaron que nunca recibió un salario ni tomaba decisiones.
RANCHO DE CACAO Y MADERA EN TABASCO
Acerca de sus bienes e ingresos, los hermanos López
Beltrán declararon que provienen del sector privado y del trabajo honrado
de su familia y del propio, ya que tienen un "rancho de cacao y madera en
Tabasco", heredado originalmente de su abuelo materno; así como "una
marca, taller y tiendas de chocolate, entre otras actividades y negocios".
Refirieron que estos les han garantizado el sustento,
manteniéndolos al margen de la actividad política y del gobierno.
Sostuvieron que están acostumbrados "a resistir",
por lo que seguirán siendo "bueno hijos y buenos ciudadanos",
luchando "por las causas justas y por el pueblo de México", con los
principios "No mentir, no robar y no traicionar al pueblo".
Para finalizar, lamentaron haber sido utilizados "para
golpear al proyecto político" que admiran y al pertenecen, pero se dijeron
tranquilos por saber "que el árbol de la mentira es un árbol sin raíz que
con el viento más ligero cae y el de la verdad resiste, manteniéndose de pie y
perdurando por siempre".
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