Muerte o muerte. En la mañana del 11 de septiembre de 2001, decenas de personas se enfentaron a esta falsa alternativa. Con fuego y humo dentro de los edificios del World Trade Center de Nueva York, las víctimas en los pisos superiores comenzaron a saltar, perdiendo la vida al caer hasta desde 417 metros de altura.
La escena de personas que saltan de los edificios atacados
por dos aviones es uno de los aspectos más oscuros y sensibles de la tragedia,
de la que se cumplen 20 años este sábado.
La imagen de una de estas personas, un hombre que cae casi
en picado, boca abajo y su cuerpo paralelo a las líneas de las Torres Gemelas,
se volvió icónica.
El día después de la tragedia, varios periódicos publicaron
la foto tomada por Richard Drew, fotógrafo de Associated Press. Han pasado
los años y la imagen es para muchos demasiado dolorosa de contemplar. Otros
vieron en ella la terrible estética de ese salto a la muerte.
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