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miércoles, 1 de julio de 2020
Van por Videgaray y Kushner es el blindaje
Darío Celis
Se equivocan quienes creen que la decisión de Emilio Lozoya Austin de colaborar con la 4T es para hundir a su examigo, Enrique Peña Nieto. El exdirector de Pemex va con todo contra Luis Videgaray.
La extradición de Lozoya obedece a un acuerdo de gran calado que negoció su padre, Emilio Lozoya Thalmann, con Alejandro Gertz Manero, el cual tocó fuertes intereses y rebotó por Londres y Madrid.
Quien llevará ahora su defensa en México es Miguel Ontiveros Alonso, abogado por la UNAM y doctor en derecho penal y derechos humanos por la Universidad de Salamanca, España.
Fue coordinador general del Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México y subprocurador de Derechos Humanos de la Procuraduría General de la República.
Desde finales del año pasado el fiscal general Gertz apretó a la familia Lozoya. Aquí le contamos cómo la primera parte de su estrategia fue ablandar al abogado litigante, Javier Coello Trejo.
Gertz dio un manotazo a finales del año pasado y exigió a Coello entregar a su cliente. Como se negó, le fabricaron a su hijo, Javier Coello Zuarth, cargos que casi lo llevan a la cárcel.
Aún así el exprocurador se mantuvo en la defensa, aunque ya debilitado porque Gertz arremetió contra Lozoya Thalmann, a quien amenazó con apresar a su esposa y a su hija. El chantaje surtió efecto.
Y es que a partir de febrero el exdirector del ISSSTE tomó en sus manos la negociación con la 4T para lograr un acuerdo que disminuyera la carga de su hijo a cambio de información del sexenio peñista.
El hecho que evidenció la marginación de Coello fue la propia detención de Lozoya Austin en febrero. Fue su padre el que lo sacó del entorno hasta entonces seguro, San Petersburgo, y lo hizo ir a Málaga.
A partir de entonces Gertz y Lozoya Thalmann iniciaron una larga negociación que incluyó mucha información sobre diversas operaciones político-financieras del sexenio pasado y protección a personajes.
Contratistas de Pemex con harto poder político, lo mismo que poderosos grupos económicos, no serán tocados, al menos inicialmente. En esa lógica de compromisos Peña Nieto, por ahora, quedó al margen.
No así su influyente secretario de Hacienda, Videgaray, que si de investigaciones de casos de corrupción se trata, alentó y operó todo en el gobierno que hoy hace dos años llegó, para efectos prácticos, a su fin.
El mismo Coello no se cansó de repetir que su cliente no se mandaba solo y que, al menos en las dos operaciones que se le achacan, la compra de Agro Nitrogenados y Odebrecht, intervino Videgaray.
Hasta ahora el excanciller se ha mantenido en una zona de confort. El Instituto Tecnológico de Massachusetts le asignó la coordinación de un equipo de investigación sobre Inteligencia Artificial aplicada a la economía.
Videgaray sabe que tarde o temprano el tiempo lo alcanzará. Por eso desde que Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones, hace 24 meses ya, hizo básicamente dos cosas.
Jared Kushner
Por un lado se divorció y por el otro metió a fideicomisos sus propiedades para que la 4T no se las confisque. En paralelo robusteció lo que puede ser su principal escudo: su relación con Donald Trump.
Particularmente su cercanía con Jared Kushner, yerno y asesor principal del presidente de Estados Unidos. Fue Videgaray el que torció al Senado para que en noviembre de 2018 se le entregara la Orden Mexicana del Águila Azteca.
“No puedo pensar en ningún diplomático más exitoso, más amado y respetado en Washington que Luis. Espero que algún día la gente de México aprecie el increíble trabajo que has hecho, como nosotros lo hacemos, porque creo que ayudaste a lograr cosas importantes”.
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