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jueves, 6 de febrero de 2020

El amor de Carlos Slim por Soumaya.

Han pasado 21 años de la muerte de su esposa y el empresario mexicano sigue soltero perpetuando el amor a su mujer en el arte, la ayuda social y en toda obra benéfica que impulsa

México.- A muchos el dinero mueve para la búsqueda del amor, pero para otros, es solo una parte de lo que en equipo se puede lograr, magnificar y trascender.
Muchos piensan que los grandes acaudalados del mundo se rigen por el signo de pesos y que al primer sonido de la registradora, saltan de gozo sin importar nada más, pero no es así.
Muestra de ello es el gran amor que el hombre que se ha situado en lo más alto de la lista de los más ricos del mundo, Carlos Slim, profesó, profesa, y asegura, profesará a su fallecida esposa Soumaya Domit.

Estos dos personajes unieron sus vidas cuando ella sólo tenía 17 años y él 26, y ya se consolidaba como uno de los empresarios más jóvenes y fuertes del país.
Fueron 33 años de matrimonio sólido y enfocado a mantener una familia unida; 33 años en los que el dinero creció y creció en la vida del magnate mexicano, pero también en el que grandes obras sociales se dieron, por amor, ese amor a su esposa que trascendió fronteras y estratos sociales.

Una vida de beneficencia hacia clases desprotegidas, como la tarahumara en la sierra de Chihuahua, entre proyectos y apoyo para encausar investigaciones y trasplantes de riñón, entre música, viajes y arte, mucho arte, fue la que dio un mayor impulso a la relación de Carlos y Soumaya.
Pero aunque esos 33 años se vieron interrumpidos por la muerte de Soumaya Domit a la edad 50 años debido a una enfermedad renal, para Carlos Slim no terminó el inmenso amor que siempre le tuvo.

Así como emperadores, reyes, jerarcas de grandes naciones lo han hecho, Slim perpetuó y sigue perpetuando el amor a su esposa a pesar de los años y con diferentes obras.
El más grande y que abrió sus puertas para dar la oportunidad a los mexicanos de admirar el arte, es el Museo Soumaya, único en su tipo que en sus salas ofrece a sus visitantes el corazón del arte mundial, con objetos, pinturas, entre otras piezas que viajan a México a ser admiradas, algo que Soumaya enseñó a Carlos y lo aprendió muy bien y hoy comparte.

Obras benéficas, el impulso a estudiantes, a madres trabajadoras, a hospitales, empleos, en fin, una labor filantrópica por la que Domit fue reconocida y que Slim siempre apoyó, se mantienen vigentes y seguirán, según lo dicho por el empresario.
El empresario mexicano sigue dando muestra que no pretende unir su vida con alguien más, no está interesado en formar una nueva familia, y aunque se le ha relacionado con bellas e importantes figuras, el amor a la mujer de su vida se mantiene a más de 21 años de su partida, dando muestra de que el dinero no compra la felicidad, y aunque la facilita, hay personas de las cuales uno nunca podrá desprenderse, porque en ella nació y creció la prueba más grande de que hay amores para toda la vida…. y más allá de esta.

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