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lunes, 10 de febrero de 2020

Austeridad pretende simular bancarrota del PRI


Prevé recortar 33% de su gasto en nómina, agua, luz y viáticos, para seguir manteniendo su sede


El PRI carece de recursos suficientes para seguir manteniendo su sede central, un complejo de una manzana ubicado sobre Insurgentes, una de las avenidas principales de la Ciudad de México; por ello, pretende recortar 33% de su presupuesto para nómina, agua, luz, viáticos, entre otras cosas.
Su gasto en nómina pasa de 389 millones de pesos, a 270 millones; las erogaciones en pago de luz, agua y mantenimiento de esa sede, de 276.7 millones, a 226 millones de pesos.
Aun así, los 502 millones de pesos presupuestados en 2020 para enfrentar esos gastos representan más de 50 por ciento de sus prerrogativas, equivalentes a 896 millones de pesos. A esto hay que sumar el pago de tres créditos, inversión en desarrollo político de las mujeres y transferencias a los comités directivos estatales, lo que, en conjunto, compromete 90% de ese financiamiento público.
“En el pasado, en el Consejo Político Nacional se aprobó hacer un ejercicio significativo del gasto del PRI, un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas, con ajustes en la nómina que va a ejercer el partido durante este ejercicio fiscal. Si uno compara lo que va a gastar el partido este año respecto a lo ejercido el año anterior, va a tener una reducción de 33 por ciento en términos reales. También habrá un ajuste importante en el gasto de operación”, precisó Fernando Galindo, responsable de la comisión que definió los cambios.
La implementación de los ajustes se realizará vía un plan de austeridad que el Revolucionario Institucional publicará a finales de febrero. Además, se determinó no pedir nuevos créditos.

“El partido se debe ajustar a su nueva realidad en materia de ingresos. Debemos tener solidez financiera para tener capacidad de competir políticamente. La Secretaría de Finanzas debe presentar el plan que permita cumplir con el techo de nómina autorizado, los ajustes ser irán haciendo durante el año para poder apegarnos a ese techo de gasto”, puntualizó.

El año pasado, los trabajadores de la sede nacional del Partido Revolucionario Institucional ya enfrentaron una disminución salarial de entre 15 y 30 por ciento para que el partido pudiera hacer frente a sus obligaciones financieras.
En el caso de su sede, también, desde el año pasado, luce con espacios subutilizados, pese a la carga económica que representa. Por ejemplo, su estacionamiento, auditorio e, incluso, las oficinas de los miembros del CEN registraron menos afluencia de personas.
Además, el partido tuvo que invertir en la rehabilitación de uno de sus edificios que resultó dañado por el sismo del 19 de septiembre de 2017.

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