A cinco años de que fue presentada la propuesta de la Ley Olimpia, en Puebla, apenas son 18 las entidades que han aprobado esta reforma que castiga la difusión de contenido íntimo sin consentimiento. De los 14 estados restantes, dos discuten su aprobación, otro la tiene en la congeladora y los 11 restantes ni siquiera tienen un proyecto de ley.
Esta iniciativa proviene del caso de Olimpia Coral, quien fue víctima de ciberacoso por la difusión de material íntimo en redes, pero, ante los vacíos legales, su caso no procedió.
El Frente Nacional por la Sororidad estima que tan sólo en la Ciudad de México hay mil 409 casos de mujeres que han sido víctimas de violencia digital, mientras que en Tlaxcala, donde se aprobó el 13 de diciembre, ya hay 125 casos que serán atendidos.
En esta ley se reconoce a la violencia digital como violencia de género y una modificación al código penal que castiga con hasta seis años de cárcel la divulgación de contenido íntimo en cualquier plataforma y desde cualquier dispositivo.
En el estudio más reciente del INEGI se detalla que, hasta 2017, uno de cada cinco usuarios de entre 12 a 29 años ha vivido algún tipo de ciberacoso en el país.
De acuerdo con el estudio, las mujeres están más expuestas a sufrir algún tipo de acoso y señala que prevalecen dos tipos de situaciones: insinuaciones o propuestas sexuales, con 30.8 por ciento, declarado por ellas, contra 13.1 por ciento de los hombres, y recibir fotos o videos de contenido sexual, con un 23.9 por ciento, contra 14.7 por ciento.
Además, el INEGI explica que Tabasco es el estado donde se registran más casos de ciberacoso, seguido de Veracruz, Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes e Hidalgo... pero Tabasco es la única entidad que no tiene ni siquiera una propuesta respecto al tema.
A nivel federal, esta iniciativa fue aprobada por la Cámara de Diputados el 26 de noviembre y se turnó a las Comisiones Unidas de Justicia en el Senado, para su revisión.
Meses antes de que la Ley Olimpia fuera aprobada por el congreso de la Ciudad de México, El Financiero entrevistó a Ana, una joven estudiante que le prestó su celular a un compañero de la universidad, quien aprovechó su confianza y le robó fotos y videos íntimos.
Al darse cuenta, Ana encaró a su compañero y éste admitió haber violado su privacidad digital y explicó que el material sería enviado a diferentes personas.
En su Facultad en la UNAM solamente se levantó un acta de hechos y separaron al acosador para que no tuviera clases junto a la joven.
Pero cuando la estudiante acudió al Ministerio Público, las autoridades señalaron que ella estaba cometiendo un delito al hacer y portar pornografía en su celular.  Por Alberto Valiente y Fernando Rodríguez
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