La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar.
Thomas Chalmers.
Lo clásico en estas fechas es que todos nos deseemos parabienes, alegría, salud, felicidad. El sentimiento aflora ya que el año que se va, a punto está de morir e inmediatamente nacerá el próximo.
Un ciclo permanente que vivimos cada 365 días. Se trata de cerrar ciclos, de concluir pendientes, de recontar, revisar, analizar y valorar aciertos y fallas, errores y triunfos, fracasos, alegrías, tristezas. Un tiempo que se vuelve una oportunidad.
Sobre todo ahora que en el mundo vivimos una deshumanización, donde las personas se encierran en sí mismos y olvidan al prójimo, al próximo al más cercano. Donde se dejan de lado las necesidades más básicas de muchas personas que no tienen ni lo más indispensable para vivir.
Pero también es un tiempo de oportunidades para vislumbrar hacia adelante, un nuevo año por venir en el que se pueden plasmar, planes, proyectos y programas con la posibilidad de hacerlos realidad.
No cabe duda que 2019 fue un año muy complicado para México, nos fue muy mal en la economía, no hubo crecimiento ni inversiones que permitieran que las oportunidades de desarrollo se dieran y así crecer favorablemente.
La inseguridad está más que desatada, secuestros, robos, delincuencia organizada, narcotráfico, y miles de ejecuciones dejaron un año pintado de rojo.
Las malas decisiones del gobierno, sus excentricidades, falta de conocimiento, personal mal preparado y errores que uno tras otro han cometido, nos han situado en una posición interna y externa de cuidado.
En lo interno la economía cayendo, la inseguridad creciendo, la delincuencia a todo lo que da. En lo externo somos el hazme reír de Estados Unidos firmando tratados que los funcionarios encargados no leen. Capitales que se alejan por la incertidumbre que el gobierno genera. Reacciones de países como Bolivia que exhiben una injerencia del gobierno mexicano en sus temas políticos violando tratados y convenciones internacionales.
En suma un escenario muy oscuro que amenaza el inicio del año 2020 y además hay que considerar las reformas hacendarias de terror que premia las ilegalidades y sanciona a los contribuyentes cautivos.
En fin, se cruzarán las oportunidades y los problemas. Muchos de ellos no dependen de nosotros son causa del gobierno y en esa medida se tendrán que resolver. Nosotros podremos actuar cuando vengan las nuevas elecciones.
Pero de las oportunidades que cada uno podemos generar y los problemas que podemos evitar si debemos hacernos responsables de manera personal.
Ojalá que este fin de año a pesar de lo adverso de la realidad lo podamos vivir en paz y tranquilidad, que todos tengamos la posibilidad de vislumbrar un mejor escenario.
Les deseo para este 2020: Paz, seguridad, tranquilidad. Pero sobre todo vida, salud y alegría.
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