Ricardo Monreal honró su palabra y llevó la propuesta para desconocer el proceso pasado y votar de nuevo
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
Hemos conocido historias reales en el Congreso dignas para un guion de película de ficción, en el que líderes políticos se encierran en un warroon y durante horas ponen a trabajar la creatividad para cumplir órdenes y fascinaciones.
Recuerdo el caso de Calderón cruzando por una oficina de prensa para luego pasar acostado por un mirador que da al Pleno de Cámara de Diputados y saltar a la Mesa Directiva para tomar protesta como Presidente de México, cuando en 2006, Héctor Larios era coordinador del PAN. Anoche también imaginé a Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, encerrado para idear cómo imponer a la polémica Rosario Piedra al frente de la CNDH, a pesar de las sospechas de fraude para su llegada: que si Monreal echó a la urna dos boletas en un mismo voto como se ve en un video, que si hubo más votos que senadores presentes.
Para calmar a la oposición alebrestada ayer, Monreal prometió a los coordinadores de los grupos opuestos reponer el proceso y volver a votar la terna de candidatos en la que aparecía Piedra. Senadores hasta hicieron selfies ridículas, muy contentos creyendo que podían ganar la batalla. Pero los ingenuos no contaron con la mente maquiavélica del rival: Monreal honró su palabra y llevó la propuesta para desconocer el proceso pasado y votar de nuevo. Sin embargo, la mayoría de los morenistas, de los que es jefe, le dijeron no.
A todas luces un espectáculo bien montado, pero aunque haya ganado Piedra, Monreal no borrará de su historial la manera perversa ni las sospechas de fraude para cumplir con la orden que le dieron de Palacio Nacional.
Otra idea perversa, pero en la Cámara de Diputados, es cómo se va a desconocer la reserva que impide a la Inteligencia Financiera de Hacienda aplicar la extinción de dominio (despojo de propiedades) a las cuentas bloqueadas sin orden de un juez.
Después de que Morena vivió la peor crisis de la Legislatura actual el miércoles pasado, cuando se dividió en dos bandos por la propuesta de Lidia García, diputada de ese grupo, para impedir la extinción de dominio, Mario Delgado, coordinador de la bancada perdió la votación.
Al día siguiente, en Palacio Nacional hubo regaños de AMLO a diputados de la coalición a los que acusó de conservadores por cambiar las propuestas enviadas desde el Ejecutivo. Como sobre Delgado pesa la responsabilidad de volver al dictamen original que permitía la extinción de dominio, a pesar de la inocencia del acusado, éste se ha inventado un procedimiento por encima de la Constitución para lograr el objetivo: con sus aliados en la Jucopo (órgano de gobernabilidad de Palacio Legislativo) tiene el acuerdo de volver a llevarlo al Pleno de San Lázaro y forzar a los diputados de Morena para hacer exactamente lo contrario que Monreal en el Senado: que su idea sí sea votada a favor, con el mismo fin: complacer al inquilino de Palacio Nacional.
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