Al cierre de febrero, la capital se ubicó en el lugar nueve en el ranking de este índice, para quedar así en el rango de seguridad moderada con estabilidad limitada en la escala de seguridad con bienestar.
De acuerdo con el documento, al desempeño de la Ciudad de México en materia de seguridad “lo impactaron acontecimientos relacionados con presuntas violaciones a derechos humanos, percepción ciudadana adversa, incidencia delictiva, narcomenudeo y secuestro”.
Además del caso de Marco Antonio, otro hecho que contribuyó al descenso en el desempeño de la capital fue el secuestro del periodista de Excélsior y Radio Fórmula, Mario Cañas, quien estuvo en calidad de desaparecido desde el viernes 16 hasta el martes 20 de febrero.
A esto se suma el enfrentamiento entre presuntos narcomenudistas en las inmediaciones de las facultades de Contaduría y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México, que dejó como resultado dos personas muertas.
Otro episodio fue la suspensión provisional del cargo de presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), de Juan Díaz de la Torre, lo que dejó en funciones a la exlidereza del magisterio, Elba Ester Gordillo.
“El grado de deterioro de las condiciones sociales como factor de riesgo para la comisión de algunos delitos es determinado por el coeficiente de correlación entre casos de narcomenudeo y abandono escolar a nivel licenciatura”, se establece en en análisis de GLAC.
“Esta asociación reportó una tendencia general a la baja entre 2012 y 2017, ya que los niveles de abandono el licenciatura y los casos de narcomenudeo se han incrementado de tal forma que la entidad no mejoró respecto del resto del país”, concluye.
Señala también que “de forma histórica, el narcomenudeo y el abandono escolar a nivel licenciatura obtuvieron una correlación de 0.2, lo cual significa que el aumento en la deserción podría generar condiciones para que quienes abandonan los estudios se involucren en delitos menores, o que grupos delictivos vinculados al narcomenudeo aprovechen esta vulnerabilidad”.
Se establece también que, en 2012, la Ciudad de México alcanzó su mayor nivel de eficiencia del indicador con sólo un caso de narcomenudeo por cada cien mil habitantes y 162 casos de abandono de licenciatura por cada cien mil personas de entre 18 y 64 años de edad, respectivamente.
Finalmente se señala que, entre 2014 y 2017, la situación mejoró, aunque de forma marginal, para disminuir nuevamente en 2017, cuando la tasa de casos de narcomenudeo fue de 0.9 y la de abandono de licenciatura de 289 estudiantes.
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