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domingo, 3 de septiembre de 2017

MORENA En peligro de ser devorada en el Edoméx por chapulines y oportunistas

* Apetitoso botín político en la zona conurbada
Morena
En peligro de ser devorada en el Edoméx por chapulines y oportunistas
(Primera Parte)

Por I. León Montesinos
Especial para El Mexiquense

El triunfo de Morena en la zona metropolitana del Estado de México, de junio pasado, ha traído consigo un tsunami de chapulines, advenedizos y oportunistas que ven en las candidaturas a las alcaldías conurbadas, las diputaciones locales y federales, un apetitoso botín y un peldaño para disfrutar nuevamente de las mieles del poder. Del seno perredista y otros partidos emigran a una ruta donde, piensan, van a lo seguro.
El registro de aspirantes a cargos de elección para el año próximo se ha convertido en una “cargada” al estilo del viejo PRI. Y los que antes dieron la espalda a Andrés Manuel López Obrador, cuando anunció su salida del Sol Azteca y se negaron a acompañarlo en la aventura de fundar el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), cambiaron de opinión en la pasada contienda electoral ante el crecimiento inusitado que mostró la ex candidata, Delfina Gómez Álvarez.
Infinidad de personajes cuyos rostros están marcados por la deslealtad, la falta de principios, pero sobre todo la ausencia total de ideología de izquierda, ahora pretenden colgarse de un movimiento político que debe su crecimiento a la sociedad misma, sumada a un proyecto de cambio que ahora corre el riesgo de ser capitalizado por los eternos líderes, acostumbrados a cambiar de partido según sus intereses personales.
En las listas abundan los aspirantes de dudosa convicción y negros antecedentes.
Antes fervorosos militantes y seguidores de partidos como el PRI, Movimiento Ciudadano, del PT o del PRD, ahora se dicen morenistas hasta la abyección, aun cuando su sola presencia en muchos actos de campaña de Delfina Gómez, provocó el desencanto de los simpatizantes de buena fe.
Hábiles para brincar de un trapecio a otro, presumen en las redes y publicaciones sus fotos con López Obrador o Delfina Álvarez como truqueadas cartas de presentación política. Por su parte, la ciudadanía, con sobradas razones, desconfía de su nuevo cambio de camiseta.
Morena, indudable, tiene toda la fuerza política para llevarse municipios tan grandes e importantes como Ecatepec, Naucalpan, Tlalnepantla, Tecámac, Coalcalco, Tultitlán, Cuautitlán, Texcoco y Tultepec, con sus respectivos diputaciones locales y federales, pero su dilema ahora es dirimir la complicada ecuación que se le presenta con la “cargada” de aspirantes que se han registrado en busca de un cargo de elección, abundando las propuestas de los grupos internos que controlan a los 400 consejeros que decidirán a los triunfadores y donde, como era de esperarse, tendrán escasas posibilidades las opciones legítimas y frescas del propio partido y de la sociedad civil, motores de la verdadera fuerza electoral de Morena en el Estado de México. El reto principal será bregar contra los intereses creados que buscan montarse en la cresta de la ola.
EL GAP Y LOS GRUPOS EN PUGNA
Corrientes como el Grupo de Acción Política (GAP), encabezada por el alcalde de Texcoco, Higinio Martínez y del que surgió la candidatura de la profesora y actual diputada, Delfina Gómez Álvarez, buscan llevar la batuta en muchas de las postulaciones y acuerdos políticos con los precandidatos. Su presencia en el Consejo Político mexiquense radica en el control de unos 130 a 140 delegados. Aunque hay otras corrientes que sin tantos aspavientos representan un contrapeso de mayor consideración como es el caso del movimiento Pueblo Organizado de Daniel Serrano, cuya fuerza numérica ronda los 220 delegados.
En las actuales circunstancias, es pertinentes señalar que los bonos partidistas del Jefe Político del GAP se acrecentaron con el despegue de la profesora Delfina, a quien impulsó desde su primer cargo como alcaldesa de Texcoco bajo las siglas de Movimiento Ciudadano, para más tarde hacerla diputada de mayoría con la más alta votación lograda en el país.
No obstante lo alcanzado, ese empuje político tiene sus claroscuros que más que fortalecerlo lo debilitan. Tras las elecciones se comenta en los altos círculos de Toluca que desde diciembre del pasado año en que el líder del GAP acudió a una reunión privada en Casa de Gobierno, varios funcionarios de primera nivel sabían ya que la maestra Delfina sería la abanderada de Morena. La discreción no es uno de los fuertes de Higinio con sus viejos aliados y conocidos. La candidatura, se comenta, apuntaba a ser uno más de los redituables acuerdos del ex alcalde texcocano, donde sacaría provecho de la buena voluntad política y carisma mostrados con antelación por la diputada federal.
El asunto es que ni en los cálculos del líder moral del GAP ni en el de sus asociados de Toluca se pensó que la maestra alcanzaría tales niveles de aceptación y fuerza electoral. Extraoficialmente ha trascendido que de acuerdo a lo negociado por Higinio, la maestra sería un arroyo de modestas proporciones que fluiría apacible en su papel opositor sin hacer mella al abanderado del PRI –y hoy gobernador electo--, Alfredo del Mazo.
El problema vino para Higinio cuando su candidata transformó el manso riachuelo en un caudaloso río que amenazó desbordarse y puso en serios aprietos al candidato priísta. Hay antecedentes que no dejan bien parado en el terreno de las honestidades políticas al ex diputado local, baste concitar lo sucedido en la campaña al gobierno mexiquense de 1999, cuando contendió bajo la alianza Por el Bien de Todos, bajo las siglas del PRD y PT, teniendo como adversarios al priísta, Arturo Montiel Rojas y al panista y ex alcalde de Naucalpan, José Luis Durán Reveles, aliado con el Partido Verde.
Nadie pudo explicarse cómo es que estando en franco ascenso en su labor proselitista, de pronto el doctor Higinio dejó votada la campaña casi por un mes; algo muy parecido a lo ocurrido en la elección presidencial de 1994 con el panista Diego Fernández de Cevallos. “El Jefe” Diego que había salido victorioso del debate ante el titubeante Ernesto Zedillo, de pronto se desinfló, permitiendo el triunfo del débil aspirante, impuesto por Carlos Salinas tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio.
Montiel ganó por un millón 371 votos contra un millón 146 de Durán y 710 mil Higinio. Hasta la fecha en las filas de la izquierda mexiquense persiste la duda de qué hubiera ocurrido si el doctor Martínez no hubiera imitado al “Jefe” Diego, “bajándose” de la campaña por 30 días, sin dar una explicación coherente. La historia hubiera sido otra.
Tal vez por ello, el dirigente de MORENA fue cauto en soltarle todas las riendas al doctor Higinio y para efectos de organización en los pasados comicios dividió al estado en ocho zonas: Los personajes que hoy se encuentran enfrentados por la candidatura en la Ciudad de México: Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal, entregaron buenas cuentas; la primera cumplió la misión de empujar el triunfo de su partido en los distritos federales encomendados a su cargo: 6, 7, 8 14 y 37, ubicados en municipios como Cuautitlán, Coacalco y Tultitlán.
El delegado en Cuauhtémoc, que exige una reposición de la encuesta a su partido, sacó adelante todos los distritos federales de Ecatepec y el 28 de Zumpango. En contraparte, de los cinco encomendados al jefe político del GAP, MORENA sólo ganó en dos: el 32 de Valle de Chalco y el 38 de Texcoco. Fuera de su ámbito de acción en Texcoco la operación política de Higinio Martínez dejó mucho que desear.
DELFINA EN EL PUNTO DE QUIEBRE
Una resultante de la pasada jornada electoral y de la defensa posterior del voto de los mexiquenses luego de La Marcha por La Esperanza encabezada por Delfina Gómez Álvarez, fue que quedó bien claro el empoderamiento de la ex candidata al convertirse en una figura emblemática del sentir popular; en contrasentido, el GAP terminó desgastado.
La maestra goza ya de capital político propio y como Coordinadora de Morena en la entidad cuenta con la fuerza suficiente para tomar sus propias decisiones, haciendo a un lado a su mentor. Recorrió todo el estado, conoció y sabe quiénes son los verdaderos líderes sociales. La pregunta es: ¿los apoyará en contra de la plaga de chapulines y oportunistas que han invadido las listas de aspirantes, o se plegará a los lineamientos de un disminuido Higinio?
Si la hoy indiscutible líder del movimiento social de Morena en el Estado de México, toma sus propias decisiones del lado de la sociedad que le otorgó su voto y confianza, infinidad de trapecistas y chapuceros se quedarán con las ganas de regresar a los cargos de elección para seguir gozando de las mieles del poder.
No hacerlo será correr altos riesgos electorales en el 2018, ante una sociedad que se sentirá no sólo engañada sino defraudada en su esperanza de cambio. Y para empezar deberá meter orden a los acuerdos y negociaciones que fraguan las diversas corrientes en el Consejo Político estatal, bajo el camuflaje de la democracia interna. (Continuará)





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