Alcaldes y Diputados, ¡Al Abordaje!
A la voz de “¡al abordaje!”, a semejanza e imagen del antiguo piratear que en su tiempo ilustró la pluma de Daniel Defoe, muchos alcaldes y diputados deshonestos han solicitado licencia para que sus partidos, en una cínica muestra de la crisis moral de la clase política, los nominen candidatos a cruzarse esos puestos de elección, ansiosos hasta consumirse en sus nervios por escudarse en el fuero antes que una eventual lucha contra la corrupción alcance sus manos corrompidas con dineros mal habidos saqueados del erario, de diezmos por asignar obra pública y de extorsiones a empresarios.
Andan algunos de estos delincuentes con licencia, típicos de la época del continuo destape de la cloaca, diciendo a quienes se interesen en escucharlos que sus padrinos, otros corruptos ni duda cabe, impulsarán sus estampas y campañas, de seguro con recursos de procedencia dudosa para la ingenuidad de la autoridad electoral y, sin embargo, clara y cierta para la sociedad víctima de sus pillerías.
Entre dicha fauna nociva de trepadores encubiertos por las mafias que regentean a todos los partidos, como si fueran antros de su propiedad, incluya el amable lector de El Mexiquense a tesoreros, delegados y otros especímenes de la acomodadiza e inepta burocracia del país que buscan con el fuero protegerse de la persecución de sus fechorías o, en el caso de los noveles en estas andanzas, ponerse a tiro de los tesoros públicos para manosearlos y embolsárselos y más tarde, al cabo de dos años de ejercicio, cuando sientan que puedan ser descubiertos, correr en pos del mismo círculo de la impunidad tras el blindaje de las curules.
Existen al seno de las instituciones electoreras padrinos de distinta moral y ética, a escoger según la necesidad individual, algunos encubiertos en las sombras pantanosas de sus historiales y otros abiertos al juego del negocio de traficar con posiciones, desde verdaderos Vitos Corleones que estiran la diestra ante el ahijado, con falsa humildad, para cumplir con el abyecto ritual del besamanos y, por supuesto, recoger la paga por ungirlos, hasta otros de visión usurera que hipotecan al aspirante para que, cuando suba al poder donde hay plata tentadora, comience a sanear el favor con el hurto de dineros públicos.
Por allí alardean ciertos pre candidatos del nuevo PRI a alcaldes y diputados, su padrinazgo (tipo Don Corleone) del ex gobernador del estado de México, Arturo Montiel, con obediencia ciega y lacayuna a las inconcebibles maniobras que este acaudalado pícaro redomado mexiquense, otrora clasemediero de Atlacomulco, realiza entre los pasadizos oscuros de la politiquería amparado – dicen los ahijados -- en su influencia sobre el sobrino huésped de Los Pinos, aunque atraiga con su pasado el repudio público por su deshonesta trayectoria política origen de su descomunal fortuna inmobiliaria y en cuentas bancarias.
Vale asomarse también a otras alcantarillas del podrido sistema político mexicano, siempre que el curioso se cuide de alejarse de las olas, como forma de corroborar a qué niveles se llega al momento de perder la rectitud si acaso la hubo y de entregarse a los placeres de la riqueza fácil, mientras se juega a la democracia y a simular que se representa a los intereses de la población desde las cúpulas partidarias que, todos lo saben, se hallan envueltas en escándalos de corrupción. Allí surge imponente, a la vista general, el desaseo en las candidaturas de la izquierda de a mentiras tripulada por el PRD y la mafia de los Chuchos, desgastados polítiquillos proclives a negociar candidaturas y a arrimarse al gobierno por monedas. Qué decir de los negocios particulares del PT y el dizque Movimiento Ciudadano, capitaneados por modernos barbarojas como Alberto Anaya y Dante Delgado, ambos envejecidos en sus cotos caciquiles pero con el beneficio y gusto personal de haber visto correr por sus manos miles de millones de pesos de los contribuyentes trocados en prerrogativas a los partidos sin el compromiso de rendir cuentas de verdad.
Quién duda que el PAN ha sido parte y fervoroso impulsor y beneficiario de la corrupción durante los desgobiernos de Fox y Calderón y además, ya encariñado con el dinero fácil, viene del priato reciente para acá satisfecho de ser cómplice de gobernantes del nuevo PRI en el saqueo de recursos públicos y de apetecerle el tesoro ajeno. Corre por sus entrañas la suciedad con más fluidez a partir de que Salinas de Gortari los conquistó con prebendas y acuerdos a escondidas, pero el esfuerzo de sus mafias recicladas lo llevó a consolidarse entre los institutos políticos corruptos durante los sexenios de Fox y Calderón, marcados por la inmoralidad. Bajo la férula de Gustavo Madero, antiguo admirador del señor Peña Nieto y embelesado con la utilidad mercantil de codearse con los del poder y el dinero, el Partido Acción Nacional terminó por rendirse a las corruptelas del nuevo PRI y arrió su bandera de oposición hasta ponerla al servicio de Los Pinos con escasa dignidad y para vergüenza de sus fundadores y su militancia honesta y opositora.
Con broche de oro nos aportan los grupos mafiosos del PRD un ejemplo increíble en cualquier democracia, a excepción de una simulada como la de México, para redondear el escenario de la grave crisis política nacional. Acaban de pedir licencia los 14 jefes delegacionales perredistas – así les llaman – del Distrito Federal ¡en bloque! y con la bendición de los chuchos y del jefe de gobierno, el priísta embozado Miguel Mancera, con la meta de postularse a candidatos a diputados, en un acto de desvergüenza y falto de ética que deja al desnudo las cabezotas inmorales tanto de la mafia perredista como al decadente sistema político que ve a los electores, a la sociedad en su conjunto, como un ente fácil de manipular, con el engaño y la dádiva, a favor de los intereses de los modernos Vitos Corleones y sus clanes, comedidos bajo el impulso de su cinismo a escenificar la réplica de las aventuras y repartos de botín de los filibusteros contadas con maestría hace tres siglos por Daniel Defoe en su Historia de Piratas.
Antes que canten los gallos, durante las campañas, fluirán por todos los medios, comenzando por las redes sociales, las historias de la piratería contemporánea: cuánta fortuna inmoral poseen ciertos candidatos a diputados, alcaldes y gobernadores, sus mansiones adquiridas apenas, sus propiedades como grandes extensiones de terrenos urbanos y rurales, sus nuevos negocios como gasolineras y otras empresas, gracias a que desviaron recursos de sus tesorerías, inflaron los costos reales de obra pública y privilegiaron las difíciles de auditar por su escasa vida como colocar luminarias y bachear calles a precios inflados al gusto del tesorero; compraron facturas y usaron otras apócrifas para comprobar el gasto y, para redondear su vocación de corsarios, atracaron con el diezmo institucional a contratistas y concesionarios. Por demás está decir que las denuncias entrecruzadas saldrán de sus mismos partidos.
Muchos candidatos de todos los partidos encajarían en el perfil del ex cuestor Gayo Verres de Sicilia, político romano corrupto descrito por Marco Tulio Cicerón ante el juez como un tipo “que ha robado tanto que puede satisfacer a muchos; que no hay nada tan sagrado que no pueda ser violado, nada tan amurallado que no pueda ser expugnado por dinero”.
¿Sabrán los señores de la clase política, en este nuevo grito lujurioso de “¡al abordaje!”, que a nadie representan, que la gente ya se hartó de sus trapecios y corruptelas y que la cuerda está a punto de reventarse?
armandosepulvedai@yahoo.com.mx
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