El sacerdote recordó el conflicto armado que iniciaron unos religiosos al ver perdidos sus privilegios con la llegada de la Constitución de 1917
Miguel Ángel Alba Díaz, obispo de la diócesis de La Paz, Baja California, instó a la administración de Andrés Manuel López Obrador a ofrecer disculpa por la llamada guerra cristera, que tuvo lugar en México de 1926 a 1938.
Un video que circula en redes sociales muestra al religioso oficiar una misa y criticar la visita de la esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller al Vaticano, donde le entregó una carta, escrita por el jefe del ejecutivo federal, al Papa Francisco. En el documento el mandatario nacional insistió en su postura de que la iglesia católica reconozca los agravios provocados en territorio mexicano durante el periodo de la conquista española sobre las civilizaciones en Mesoamérica.
“Tenemos que buscar la reconciliación, no mirando hacia el pasado, sino mirando hacia el futuro. Hoy se entregó, la esposa del presidente López Obrador, una carta al santo padre, porque nuevamente vuelve a insistir en esa necesidad de que la iglesia pida perdón por las atrocidades cometidas en la conquista”, criticó el obispo.
No sólo insistió en que hay que mirar al futuro, sino que, de modo contradictorio con su enunciado anterior, también acuñó al pasado para criticar el periodo de gobierno a cargo de Plutarco Elías Calles respecto a la guerra cristera.
“Yo pediría también, al gobierno nacional a que pida perdón por hechos más recientes. Que pida perdón por las leyes, por la constitución del 17 y la Ley Calles, que violaron la libertad religiosa del 90% de su población, de sus propios ciudadanos, que obligaron a los cristianos a vivir en la clandestinidad. Que pida perdón por todos los que fueron asesinados sumariamente por las autoridades durante la cristiada. Que pida perdón porque muchos mexicanos, rebeldes contra esa ley injusta, se levantaron en armas y provocaron una guerra que dejó mucha sangre y mucha pobreza”, apuntó durante la ceremonia religiosa; sin embargo, no proporcionó ningún detalle histórico del hecho.
Finalmente el líder religioso expresó que no es necesario dar un revisionismo histórico de más de 500 años y que sí hay que pedir perdón por los hechos ocurridos en el siglo XX.
“No volteemos hacia 1500, esto pasó en 1900, que de eso sí hay que pedir perdón”, finalizó su mensaje.
El gobierno de Calles no fue el que inició el levantamiento armado, sino que fueron los cristianos que, al ver perdidos algunos de sus privilegios, decidieron sabotear la economía nacional al dar inicio con esta guerrilla.
De acuerdo con los historiadores e investigadores del Colegio de México (Colmex) Luis Aboites y Engracia Loyo:
La guerra cristera se desató cuando la iglesia católica comenzó a perder privilegios en la década de 1920 (Foto: EFE / Jorge Torres)
“En buena medida el estallido de la guerra cristera, a fines de 1926, fue resultado de las tensiones crecientes entre la jerarquía católica y un sector de católicos con los nuevos gobernantes, en particular con Calles. El malestar católico provenía, como se ha dicho, del rechazo a varios artículos de la Constitución de 1917 (3, 5, 24, 27 y 130) que se consideraban contrarios a los intereses de la Iglesia que representaba la religión mayoritaria del país. Establecer la libertad de creencias y estipular prohibiciones como la de adquirir y poseer propiedades inmuebles, someterse a la regulación gubernamental en materia de cultos y de contenidos educativos, así como limitar la libertad de expresión y prohibir la participación política de los sacerdotes eran otros tantos ingredientes de un anticlericalismo que rondaba entre algunos sectores de revolucionarios como reacción a lo que ellos consideraban una alianza de la Iglesia católica con las dictaduras de Díaz y Huerta y por la necesidad de limitar su peso ideológico.
"Ejemplo de esas tensiones fue la ceremonia pública en el Cerro del Cubilete, muy cerca de Silao, Guanajuato, para bendecir la primera piedra del gigantesco monumento a Cristo Rey. Tal ceremonia, celebrada en enero de 1923, provocó la expulsión del delegado apostólico”.
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