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miércoles, 2 de septiembre de 2020

CON SOSA CASTELÁN EN EL ALTIPLANO, SE DERRUMBA EL GRUPO UNIVERSIDAD


* La detención del todopoderoso jefe de la llamada Sosa Nostra, marca un giro de 180 grados en la política de la entidad y libera a los líderes locales y a las bases de Morena del yugo del Grupo Universidad que tiene a las puertas de una anticipada derrota a su partido, por la imposición de candidatos que no fueron apoyados por sus bases; se esperan más detenciones y el inicio de una investigación a fondo en la Máxima Casa de Estudios del estado




Por:león Monntesinos director editorial de Mexiquense

Especial de Expediente Ultra

Tras la detención del líder de la llamada Sosa Nostra, Hidalgo y su clase política ya no serán los mismos; el terremoto que impactó desde su epicentro a la Máxima Casa de Estudios del estado, ha echado abajo una estructura caciquil construida a lo largo de cuatro décadas desde la cual el hoy huésped distinguido del Penal del Altiplano, Gerardo Sosa Castelán, construyó y ejerció un poder paralelo al de los gobernadores en turno.

El ex diputado priísta, dueño y señor de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), supo jugar bien sus cartas en 2018 cuando renunció a su militancia de años del tricolor para sumarse a la causa de Andrés Manuel López Obrador y convertirse en el principal promotor de su candidatura en la entidad, apostándole toda su estructura y cuantiosos recursos a cambio de obtener el control del Congreso Local y diputados federales afines a sus intereses para cuidarle las espaldas desde San Lázaro.

EL PODEROSO CÁRTEL POLÍTICO

En sus cálculos, el temido y mafioso personaje que forjó el Grupo Universidad –un indudable Cártel Político–, acarició como nunca la posibilidad que le negó el PRI de ser gobernador. Con recursos ilimitados, toda una corte de súbditos enfundados en el papel de legisladores locales y federales, y con senadores como Julio Menchaca sometidos a sus objetivos, Sosa Castelán no tenía empacho en presumir todavía su cercanía “con su amigo”, Andrés Manuel López Obrador. Ayer candidato y hoy presidente.


Sosa Castelán, se esfuma su poder
Pero en febrero del 2019, su estrella comenzó a declinar cuando el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto congeló, a petición de la DEA, las cuentas que Sosa manejaba en el extranjero con las facultades que le confería el ser el Presidente del Patronato de la UAEH, por un monto de 151 millones de dólares –más de 3 mil millones de pesos.

Los cargos que apuntaron en su contra fueron: lavado de dinero, peculado y defraudación fiscal, ahora reafirmados por la Fiscalía General de la República (FGR), para proceder a su detención e inmediato traslado a un penal de alta seguridad por considerarlo un delincuente de alta peligrosidad.

Fueron 18 meses de tratar de sacarle la vuelta al Fiscal Antilavado, de tender puentes hacia el presidente sin éxito alguno. De hecho, hay versiones que apuntan a que ni el mismo López Obrador tuvo idea del tamaño de la mafia que le ayudó –en la visión pragmática de Alfonso Romo y Yeidckol Polevsky—a arrasar en Hidalgo. Un lastre sumamente costoso y peligroso del que pudo librarse justo un día antes de su Segundo Informe de Gobierno y al que sin temor a equivocaciones dedicó parte de su mensaje contra la corrupción cuando anunció que ya están cayendo “los de arriba”.

LOS DESTROZOS ANTES DE PARTIR

Como todo buen capo, Sosa Castelán trató de hacer lo imposible para defender su coto y maniobró para no perder espacios en la elección a los 84 ayuntamientos del próximo 19 de octubre. Con la ayuda de apoyadores en la Comisión Nacional de Elecciones de Morena e incluso de los líderes nacionales, el capo universitario pasó por encima de la dirigencia local, de los fundadores de Morena como Francisco Patiño Cardona y de toda la militancia para imponer en varios municipios a sus amanuenses como el fracasado líder parlamentario, Ricardo Baptista en Tula de Allende; Marisol Ortega López en Tepeapulco; en Apan a Mael Hernández Rodríguez, cuñada del actual diputado local, Rafael Garnica Alonso –uno de los candidatos a compañero de celda de su jefe–, y hasta a su hermano Damián en Tulancingo.


Los tiempos cuando juraba lealtad al PRI
También en Huejutla maniobró para ubicar a Catalina Ramírez Hernández y en Zempoala a José Antonio Rojas de la Cruz, pero en Pachuca se atravesó un hombre cercano a la familia del actual Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y le alteró el cuadro, siendo el único municipio donde la imposición vino directamente desde las altas esferas del gabinete de la 4T para ubicar en la candidatura al catedrático Pablo Vargas.

Nada pudo hacer Sosa ante un aviso de tal naturaleza pues bajo el control del joven secretario está nada menos que la UIF; Sosa fracasó en su intentó por montar en la nominación de Morena al ex rector y actual legislador local, Humberto Veras Godoy, a quien ya en junio pasado Santiago Nieto le mandó congelar sus cuentas bancarias. Tampoco logró cuajar una alianza con el cantante Francisco Javier Berganza.

Pero su pequeño Waterloo lo encontró en Mineral de la Reforma al desplazar a la mala a uno de los fundadores de Morena más reconocidos y con más peso moral en las bases: el doctor Francisco Patiño Cardona, al que arrebató la nominación para imponer a la diputada local del PAN, Areli Maya Monzalvo, pareja sentimental del hoy procesado ex alcalde de ese municipio, Raúl Camacho Baños.

Con el mayor de los deseos políticos y apoyado por el Senador Julio Menchaca –según publicó en su columna Silogismos, el colega Antonio Ortigoza–, Sosa acordó desactivar el descontento de algunos morenistas ofreciéndoles cargos como el de síndicos o regidores; algunos no aceptaron y se sumaron a la rebelión de las bases, no sin antes dejar constancia en las redes sociales del burdo entramado.

Antes de cantar victoria en la imposición de Areli Maya, el jefe del ahora derrumbado Grupo Universidad, tuvo su primer aviso de que las cosas no andaban bien en sus terrenos. Raúl Camacho fue detenido acusado de uso indebido del servicio público. Sobre el edil pesaban fundadas sospechas de haber entregado más de 20 mil cartuchos de alto calibre al crimen organizado, entre otros tantos delitos.


Santiago Nieto comenzó investigaciones a petición de la DEA
Los “sismólogos” políticos de Sosa Castelán cometieron el error de minimizar los pequeños movimientos telúricos que anunciaban un terremoto de insospechadas proporciones y no le alertaron a su jefe para que pudiera huir a tiempo.

Todavía el domingo 30 se reunieron en el restaurante Don Horacio, de Pachuquilla, Damián Sosa y Areli Maya. De acuerdo a versiones periodísticas, el candidato a Tulancingo se mostró muy molesto al descubrir la presencia de los medios y se negó a hablar de asuntos de políticos y menos tratándose de la detención de Raúl Camacho.

HUNDIMIENTO DE LA SOSA NOSTRA ARRASTRA A MORENA

Ahora, en el escenario político no solo de Morena sino de todo el estado reinan el pánico para unos y la confusión para otros; los destrozos que deja atrás el capo de tutti capi de la Sosa Nostra, son de preocupante y anticipada quiebra electoral para los verdaderos morenistas.

Por lo menos en 8 municipios el partido en el poder no registró candidatos, otros 17 más fueron prácticamente entregados a partidos como Encuentro Social y el Verde Ecologista por las candidaturas comunes pactadas por el Grupo Universidad y en otros 16 se podrían anular sus candidaturas porque las planillas no fueron ingresadas ante la autoridad electoral de forma correcta; es decir, que casi en la mitad de los ayuntamientos las bases de Morena ya perdieron, primero ante las imposiciones de Sosa y después por las incapacidades de su representante ante el Instituto Estatal Electoral (IEEH), Alejandro Olvera Mota, mejor conocido como “El Cadáver” en la UAEH, donde comandaba un grupo porril encargado de golpear a estudiantes inconformes. Olvera es esposo de la diputada local Roxana Montealegre, otra de las fieles incondicionales del hoy procesado.


En compañía de Ricardo Baptista, su torpe operador parlamentario
Pero las desgracias nunca vienen huérfanas y por si fuera poco aún falta que el Tribunal Electoral determine las impugnaciones presentadas en el resto de los municipios, donde militantes y candidatos desplazados exigen la presentación de las controversiales encuestas que hasta la fecha nadie conoce. También hay fundadas dudas sobre el cambio de género para los aspirantes, que se operó en las ya bautizaron por algunos militantes como las “tómbolas embarazadas”.

El problema es que el tiempo se agota pues formalmente el próximo doce de septiembre es la fecha límite marcada por el INE y el IEEH para mandar a imprimir las boletas con los nombres de las planillas de cada partido. Y el cinco ya arrancan las campañas.

El futuro electoral de Morena pende de un hilo pues debe realizar los cambios de sus candidatos a contrarreloj y, sobre todo, quitar de las nominaciones a los personeros del Grupo Universidad sobre los que ahora pesará todo el descrédito de su alicaído jefe político.

MÁS APREHENSIONES EN CURSO

Antes de cerrar esta columna, circulaba ya en las redes sociales la versión de que dos personas ligadas al capo universitario habían sido detenidas y de hecho, documentos allegados a este columnista, indican que desde el 7 de agosto pasado se habían librado ordenes de aprehensión no únicamente para Gerardo Sosa Castelán sino además en contra de Natalio Zamudio Isbaile, María Cruz Campo Álvarez, María Luis Montalvo Sierra, Juan Manuel Hernández Gayosso, Anastasia Elizabeth Baños Baños, Adriana Sosa Cravioto y Ana Carmen Sosa, éstas dos últimas, hijas del presidente del patronato universitario

A la lista de complicidades deben sumarse como presuntos responsables al ex rector Veras Godoy, que como ya se comentó en líneas anteriores, la UIF le congeló sus cuentas en meses pasados; está también el actual rector Adolfo Pontigo Loyola, sin excluir al Secretario General de la UAEH, Agustín Sosa Castelán, hermano de Gerardo.


Humberto Veras, el ex rector de las cuentas congeladas
Pero la lista de socios, prestanombres y operadores continúa y en ella no podrán faltar la propia Roxana Montealegre y su compañero de bancada Rafael Garnica Alonso, quien acaba de declarar a un medio que el Grupo Universidad “está más fuerte que nunca”; por supuesto que debe incluirse al folclórico y misógino diputado, Jorge Mayorga Olvera; e incluso, se dice, hay priístas exiliados del estado sumamente nerviosos por los negocios que algunos de sus familiares tienen en común con el defenestrado Sosa, como el actual delegado especial del tricolor en Zacatecas y ex diputado federal, Joel Guerrero.

EL DESLINDE DE MORENA

A unas horas de conocerse la noticia sobre la detención de Sosa Castelán en la Ciudad de México, los dirigentes locales de Morena pintaron su raya del capo y establecieron con claridad que una cosa eran ellos y otra muy distinta el cacicazgo del alicaído jefe universitario: “La lucha contra la corrupción es uno de los pilares que permitieron a este movimiento acceder al ejercicio del poder, así, serán las autoridades encargadas de la investigación y el poder judicial quienes determinen las responsabilidades sobre los presuntos actos cometidos y en caso de ser culpables respondan ante las autoridades y la sociedad”.

Casi a la misma hora, un confundido y arrinconado Adolfo Pontigo Loyoza, emitió como rector otro comunicado donde trató de enaltecer la “lealtad” de la comunidad universitaria hacia el ya inquilino del altiplano, Gerardo Sosa. “Somos una fuerza que derrotará cualquier obstáculo”, señaló buscando apoyo en los profesores a los que descuentan de sus salarios para mantener al periódico El Independiente, y a los alumnos que sacan de clases para acudir a eventos políticos, so pena de ser sancionados.

Todo esto, como parte de una etapa oscura que debe concluir para bien de la Máxima Casa de Estudios del estado, en favor de una sana convivencia política y de una investigación que lleve ante la justicia a los cómplices de este cacique que incontables veces negó tener secuestrada a la UAEH y emplearla como patrimonio personal, en su enfermiza obsesión por alcanzar la gubernatura.

¿Cuántos más faltan tras las rejas para desarticular a la temida Sosa Nostra? Haga sus cálculos y por qué no, sus apuestas. Se vale.

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