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lunes, 15 de junio de 2020

Y los mexicanos... lo saben, lo saben




Pablo Hiriart




Sin proponérselo, con el cuento de la boa el Presidente le ha regalado a sus opositores un gran himno de unidad.

Una canción que podría unir a los que buscan frenar con votos al gobierno que destruye a sangre fría a un gran país que, con injusticias corregibles, iba hacia arriba en casi todos los órdenes.

No saben construir, todo lo destruyen. Para su mala suerte, ya los mexicanos... lo saben, lo saben.

En un año y medio han demostrado su ineptitud para cuidar la economía, la salud, la seguridad, el empleo, el Estado de derecho y el medio ambiente de una nación que la mayoría de los electores puso temporalmente en sus manos.

Los que lo apoyaron... lo saben, lo saben.

Trajeron, desde el 27 de abril, a 585 médicos cubanos cuyo trabajo cuesta diez mil 600 dólares cada uno, mientras al personal de nuestros hospitales no le acaban de surtir equipos de protección y batallan en condiciones precarias o insalubres. A los héroes de bata blanca se les insulta al señalarlos como mercaderes y corruptos.

Todos los doctores... lo saben, lo saben.

Un centenar de trabajadores de limpia de la CDMX han muerto de Covid-19 por falta de equipos de protección para maniobrar y respirar entre la basura. En eso, ahorran.

Ya los barrenderos... lo saben, lo saben.

Cuarenta días después de haber anunciado que habíamos llegado al pico de la pandemia, continuamos con índices históricos de contagios y contabilidad falsa. El gobierno llama a salir nuevamente a la calle, sin ninguna base científica, sino por una corazonada presidencial de que “no habrá rebote” cuando aún no termina de ascender el brote.

No tienen idea de lo que están haciendo, pero los mexicanos... lo saben, lo saben.

El Presidente insiste en desaparecer los fideicomisos que apoyan a la ciencia, la cultura y el deporte.

Investigadores... lo saben, lo saben.

También los artistas... lo saben, lo saben.

Y los deportistas... lo saben, lo saben.

A Claudia Sheinbaum, una científica, la doblaron, y anunció los pasos de regreso a una normalidad en la CDMX que sólo existe en la imaginación de los políticos de Morena. Esa decisión costará vidas.

Todos los chilangos... lo saben, lo saben.

El dos de marzo se marcó el destino fatal para los bolsillos del ciudadano cuando el Presidente dio su diagnóstico económico: “En cuanto a México, siento que no vamos a tener problemas mayores. Ese es mi pronóstico. Los conservadores quisieran que hubiera crisis económica y financiera. Está bien nuestra economía”. Se equivocó por completo y no quiso corregir.

Ya los desempleados... lo saben, lo saben.

En abril –Inegi–, doce millones 500 mil personas que tenían un empleo y un ingreso dejaron de tenerlo. Sólo en empleos formales, en tres meses, se han perdido un millón 30 mil puestos de trabajo, según el IMSS. Y ante esa debacle, AMLO no ha gastado en seguro de desempleo, salario mínimo universal o un simple plan solidario.

Todos sus votantes... lo saben, lo saben.

El préstamo de mil millones de dólares que el gobierno solicitó al Banco Mundial no es para paliar estragos de la pandemia ni de la crisis económica, sino para gastarlo en construir sucursales del Banco del Bienestar.

Llegaron al poder con la bandera de “primero los pobres”, y según el Inegi tan sólo en este año diez y 12 millones de mexicanos pasarán a las filas de la pobreza alimentaria, que no conocían.

Y los engañados... lo saben, lo saben.

Con todas sus letras el Presidente ha subrayado que no habrá apoyos a las empresas para seguir vivas y mantener empleos. “Si van a quebrar, que quiebren”, dijo.

Ese sector al que sentenció a “rascarse con sus uñas”, es el que da empleo a 94 por ciento de la población trabajadora.

Los microempresarios... lo saben, lo saben.

Medianos y pequeños... lo saben, lo saben.

Y los comerciantes... lo saben, lo saben.

La inseguridad galopa, hay más asesinatos que antes, y con los grandes grupos criminales se da una tolerancia bastante parecida a la complicidad.

Los de Sinaloa... lo saben, lo saben.

Advierte Clara Jusidman que “además del hambre y la violencia social que dejará la pandemia, existe el riesgo de la balcanización del país porque las bandas criminales se están apoderando de territorios completos”.

Hasta sus amigos... lo saben, lo saben.

Y tienen la entereza cívica de decirlo, como la maestra Jusidman y Gerardo Esquivel, del Banco de México, que rechazó públicamente el golpe en gestación a los organismos autónomos.

Extinción de dominio, 'ley Bonilla', facultades plenipotenciarias para que el Presidente asuma las funciones del Legislativo en materia presupuestal, recortes salariales, son parte del frenesí inconstitucional de AMLO que llega a la Corte.

Todos los ministros... lo saben, lo saben.

Así es que la boa (un precioso e inofensivo animal) que inventaron como figura terrorífica de la oposición, corresponde a un gobierno que asfixia a empresarios y a trabajadores, a la economía, a la salud, a la seguridad y a la certeza jurídica.

Ya los mexicanos... lo saben, lo saben.

Es la boa... chacachán, es la boa.

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