Al padre Alejandro Solalinde y al pastor Arturo Farela los une su amistad con el Presidente, su compromiso con la Cuarta Transformación y que son cuestionados por líderes religiosos de las iglesias de donde provienen
CIUDAD DE MÉXICO.
La llegada de Morena al poder reacomodar a los actores políticos, económicos, sociales y culturales en el país. La Cuarta Transformación también refleja ya una nueva realidad religiosa en el país.
En este escenario, el sacerdote Alejandro Solalinde y el pastor evangélico Arturo Farela aparecen como nuevos interlocutores religiosos. Ambos, además de tener una larga relación con el Presidente y un firme compromiso con la 4T, tienen en común que son rechazados, o al menos cuestionados, por las cúpulas religiosas.
Elio Masferrer, experto en religiones, considera que estos nuevos actores religiosos han sustituido a los líderes tradicionales de las Iglesias católica y evangélica que PRI, PAN y PRD habían cooptado.
“La Cuarta Transformación es un movimiento multirreligioso; hay católicos (...) y Andrés Manuel introduce también en la mezcla a los evangélicos y a la antigua izquierda marxista”, afirma.
Según el antropólogo, el éxito de la 4T es que todos los actores religiosos caben en ese proyecto. “La estrategia de Andrés Manuel es ser lo suficientemente ambiguo, de tal manera que no digan que tiene una bandera. La prensa se ha lanzado a decir que la bandera es Farela; no es cierto. Está Solalinde, están los jesuitas (...) y otros contrapesos”.
Considera que “Andrés Manuel le está dando juego a católicos, a evangélicos y a los no creyentes (...) la Iglesia católica estaba muy mal acostumbrada a que siempre era el primer plato. Ahora ya no hay primer plato: todos son segundo plato”.
En esto coincide el historiador Iván Franco, del INAH-Yucatán, quien explica que “quienes tenían la voz oficial de la relación con el Estado eran ellos (obispos, arzobispos y cardenales)”, y ahora están distanciados con la Iglesia de base, quienes en 2018 los ignoraron.
“Los votos católicos de clase media para abajo fueron muchos para López Obrador (...) fueron más que los aportados por las jerarquías que, además, hicieron campaña, videos, contra López Obrador”, expuso Franco.
Muy mediáticos
Masferrer considera que, en esta realidad, la jerarquía católica se alejó de los proyectos de la 4T, pero ni las bases católicas o evangélicas se han alejado, “y ahí está la habilidad de Arturo Farela” que, a pesar de representar a una parte muy pequeña de evangélicos, está representando a las bases, cansadas de que sus líderes apoyen a políticos corruptos.
Afirma también que las bases católicas, laicos, jesuitas y otros grupos le están entrando a la jugada, “pero ahí están, molestos, los obispos, están que trinan, porque estaban muy acostumbrados a negociar en lo oscurito, a llamar a Los Pinos para pedir un helicóptero e ir a jugar golf o viajar a Roma. Y eso se acabó”, indicó Masferrer.
Considera que ambos se han vuelto muy mediáticos, porque los obispos católicos y evangélicos se esconden “debajo de la mesa”, y se quedan calladitos, “y los únicos que la tienen clara son Farela y Solalinde”.
Expone que “Solalinde es totalmente marginal para la jerarquía católica. Es cura vago, no tiene parroquia a su cargo, pero es el hombre que para millones de católicos expresa la presencia del catolicismo. Tienen más confianza en Solalinde que en el obispo de Toluca o en Aguiar Retes.
“Y lo mismo pasa con Farela que, aunque es de una Iglesia pequeña, pero para millones de evangélicos es un exponente de lo que quieren. Y eso le da poder”.
Iván Franco asegura que Solalinde habló en Tijuana con el aval del papa Francisco, dado a través del nuncio, porque “cualquier otro Papa no hubiera permitido que Solalinde se parara en esto”.
PLEITOS INTERNOS
En el conglomerado evangélico, Farela se colocó en el ojo del huracán. Por ejemplo, Cirilo Cruz, presidente de la Confraternidad Evangélica de México (Conemex) asegura que “el Presidente no ha tenido una reunión con el grueso del pueblo evangélico (…) él tiene un amiguito que casi todos los días sale en prensa. Pero ese amiguito no nos representa a la Iglesia evangélica.
“Por ley, cada Asociación Religiosa se representa a sí misma y él no es el cardenal de los evangélicos, no nos representa a todos. Estamos en el mismo nivel, por llamarle así, el obispo metodista, el presidente de la Asamblea de los Presbiterianos, el superintendente de las Asambleas de Dios, porque cada uno por sí mismo tiene hasta sus propios nombres y rangos”.
Arturo Farela corrobora que los evangélicos “no tenemos un solo líder. Somos un grupo heterogéneo, y son muchos los líderes”.
Alfonso Farrera, quien dirige la Barra Nacional de Abogados Cristianos, agrega que, “con el respeto que me merece, no soy hipócrita ni mentiroso, pero estoy seguro de que (Farela) nos ha mentido a todos, así nos ha engañado al pueblo cristiano. Pero ya lo tenemos identificado quién es, y no es licenciado, aunque se ostente.
—¿Pero sí es pastor?
—Pues yo no conozco que tenga ninguna iglesia. No le conozco ninguna congregación de 500, de mil (integrantes). Nunca ha sido líder en el pueblo cristiano (…) no lo deseamos, no lo queremos. Para nosotros está desprestigiado.
“Farela no tiene iglesias. Él les hace los trámites; yo también he hecho muchos trámites, pero eso no significa que yo represente a esas 100 asociaciones religiosas. A mí me pagan y se van. Y es lo único que hace él. A él le pagan, y él cobra mucho”.
Se le preguntó al pastor Farela sobre estas declaraciones, y respondió que el licenciado Farrera “no representa a nadie. Él está seriamente acusado por abusos que ha cometido. Él no representa a una sola Iglesia (…) Farrera es un pobre tipo que está acusado de muchos abusos. Es conocido que ahorita anda vendiendo concesiones de radio y televisión y muchas cosas que hace mal”.
Segob tiene registrado al sacerdote
Aunque no goza de la popularidad de la mayoría de los integrantes del Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el padre Alejandro Solalinde ha trabajado en favor de los migrantes que, provenientes del centro y sur del continente, atraviesan por el país.
Algunos obispos, entre ellos Crispín Ojeda Márquez, de Tehuantepec, han externado opiniones contrarias al sacerdote activista, y no es parte de una comunidad diocesana, sí ha podido celebrar misas normalmente.
Alejandro Solalinde se encuentra registrado ante la Secretaría de Gobernación como ministro de culto integrante de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana; sin embargo, no forma parte de algunos registros no oficiales realizados por algunas iglesias locales, pero no por el Episcopado Mexicano.
Por otro lado, en el ámbito social, el padre Solalinde es un reconocido activista por los derechos de los inmigrantes.
Fundó y dirige el albergue Hermanos en el Camino, en Ciudad Ixtepec, Oaxaca.
Recientemente, el 6 de agosto pasado, fue recibido en el Palacio Nacional por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Ejecutivo reconoció su trayectoria en Twitter, donde junto con la foto de esa reunión escribió: “Me reuní con el padre Solalinde, mi hermano, amigo y compañero de lucha por la igualdad, la justicia y la fraternidad”.
Juan Pablo Reyes
“Sí creo en el cambio”
OAXACA, Oax.— Durante su periplo como presidente legítimo, Andrés Manuel López Obrador estuvo en varias ocasiones en Oaxaca, donde recorrió sus ocho regiones.
En los recorridos por la entidad, López Obrador conoció en 2014 la participación del sacerdote Alejandro Solalinde Guerra en la naciente Comisión de la Verdad que tuvo como objetivo indagar a fondo los hechos ocurridos en 2006 y 2007 que motivaron al exmandatario Ulises Ruiz Ortiz a cometer graves violaciones a los derechos humanos durante el movimiento magisterial y popular de Oaxaca.
Por un conocido en común, el tabasqueño solicitó reunirse con Solalinde para conocerlo en persona, pues también quería saber más acerca de su experiencia como defensor de los derechos de los migrantes y del fundador del albergue Hermanos en el camino, en ciudad Ixtepec, en la región del Istmo, entre otros temas.
De acuerdo con un testigo, el encuentro privado entre ambas personalidades tuvo como tema de conversación las víctimas oaxaqueñas (magisterio y pueblo) de la represión de 2006 y la impunidad de los perpetradores; pero también tocaron asuntos de la historia del país y de las elecciones que se aproximaban.
“Ésa es mi meta, luchar por que las cosas mejoren en este país en favor de todos”, le dijo el defensor al entonces precandidato presidencial.
Incluso López Obrador “llegó a insinuarle a Solalinde la posibilidad de ser candidato de su partido a la gubernatura de Oaxaca”. El religioso no aceptó la propuesta del fundador de Morena; sin embargo, se sentaron las bases de una amistad que se mantiene hasta la fecha.
El respaldo de Solalinde permanece activo y cuando cita al Presidente siempre resalta la frase lopezobradorista “Primero los pobres”.
En fechas recientes, a propósito de la conmemoración de los cinco años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el sacerdote adelantó que atenderá el llamado presidencial y compartirá con la Comisión de la Verdad las revelaciones que testigos le hicieron sobre el caso.
Después de ganar, López Obrador propuso a Solalinde para la CNDH; el declinó, pero propuso a Elizabeth Lara Rodríguez, delegada en Oaxaca.
Patricia Briseño
“Soy soldado de la 4T”
Al pastor evangélico Arturo Farela no le molesta que lo llamen “soldado de la 4T”, porque, responde sin rodeos, “sí lo soy”.
Considera que puso “su granito de arena” en el triunfo electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador en julio de 2018, pues “Confraternice estuvo apoyando intensamente” la campaña del tabasqueño.
Incluso afirma que, en los sexenios anteriores, con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, él enfrentó dos procesos judiciales “precisamente por estar haciendo proselitismo por Andrés Manuel López Obrador”.
El fundador de la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice) expone que lo une con López Obrador una amistad de más de dos décadas, la cual inició cuando el hoy Presidente de la República estaba en campaña por la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal, la cual ganó en 2000.
Incluso presume la dedicatoria que el Presidente le firmó en el libro 2018 La Salida, decadencia y renacimiento de México, de la autoría de López Obrador, quien escribió de puño y letra lo siguiente: “Para Arturo Farela. Mi amigo de siempre. Cristiano verdadero y demócrata sincero”.
El líder evangélico afirma que se acercó al entonces candidato “porque siempre me ha parecido que es un hombre íntegro, que lucha por la justicia y la equidad, y en contra de la corrupción. Siempre ha estado en favor de los campesinos, de los obreros, de los más pobres”. Y eso, indica, empata con los objetivos de las iglesias evangélicas.
Su amistad va más allá de intereses políticos o partidistas, debido a que el Presidente es una persona muy espiritual, que no religioso. Narra que, incluso, “hemos orado juntos dentro de Palacio Nacional, fuera de Palacio Nacional, muchísimas veces. Él es un hombre que ama profundamente a Dios”.
Farela descarta ser un día funcionario de la Cuarta Transformación o parte de la administración lopezobradorista.
“No, yo no nací para eso. Yo nací para servir a Dios, pero el Presidente me ha pedido que lo apoye” en el reparto de la Cartilla Moral, en Jóvenes Construyendo el Futuro, en la operación de cinco mil cajeros del Bienestar y otros programas sociales del nuevo gobierno.
Directorio
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario