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martes, 8 de enero de 2019

Se necesitan 5 mil 500 pipas diarias para un abasto de gasolina eficiente en el país



La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de cerrar las válvulas de los ductos de Pemex y transportar en pipas los petrolíferos va a tener un altísimo costo para la población.
Movilizar por carretera los combustibles disparará precios de gasolina, diésel y turbosina, generará mayor tráfico e inseguridad en las carreteras y conllevará un efecto inflacionario en cascada.
Y es que para garantizar el abasto en el país se tendrán que echar mano de unas 5 mil 500 pipas diarias para transportar 200 millones de litros de diversos petrolíferos.
Es decir, a Pemex, que dirige Octavio Romero, Energía, que encabeza Rocío Nahle y Hacienda, que capitanea Carlos Urzúa les saldrá más caro cambiar el transporte de ductos a camiones y Tractocamiones.
La Comisión Reguladora de Energía, que preside Guillermo García Alcocer, establece que distribuir los combustibles a través de auto tanques cuesta 14 veces más que si fluyen en el sistema de ductos.
El transporte por carretera llegará a un precio mayor a las estaciones de servicio y en la medida que esté alejada de los centros de distribución de Pemex, el precio de los combustibles será mayor.
El gobierno de la cuarta transformación tendrá una de dos: la Secretaría de Hacienda sacrifica un porcentaje del IEPS y otorga un subsidio, o repercute el costo en el consumidor final.
Si opta por el segundo camino lo más seguro es que el Banco de México, de Alejandro Díaz de León, reporte que la inflación aumentó durante el tiempo que tome este cambio de estrategia distributiva.
El aumento en el precio de la gasolina tiene un efecto multiplicador en el costo de los productos y servicios que utilizan el transporte de carga como principal insumo en la cadena de valor de la economía.
Actualmente el precio de un litro de gasolina se compone por el valor internacional del hidrocarburo, que es de 11 pesos, el IEPS que son otros 6 pesos y la logística de transporte que cuesta 3 pesos más.
Para los transportistas de petrolíferos el robo de combustible a Pemex no se acabará mientras no exista un adecuado sistema de válvulas para detectar las perforaciones ilegales que se realizan en los ductos.
La sustracción de combustibles alcanza los 164 millones de pesos diarios, o sea, 4 mil 931 millones de pesos cada mes, cantidad que pierde la paraestatal a manos de los huachicoleros.
Hoy día el consumo de combustibles a nivel nacional es de más de 192 millones de litros diarios y el déficit es de 79.5 millones de litros, que se cubre a través de importaciones, es decir, un 45 por ciento del consumo.
Así las cosas, el panorama para la administración de López Obrador se ve con muchos nubarrones.
Otra vez Idesa
LOS QUE ESTÁN de plácemes con el cambio de estrategia de distribución de Pemex son los dueños de pipas y carros autotanques. Y una de ellas es Excellence Freights, subsidiaria ni más ni menos que del célebre Grupo Idesa, cuyo timón lleva José Luis Uriegas. Lo que son las cosas: se trata de la misma compañía que hace 60 años fundó Pascual Gutiérrez Roldán, el exsuegro de Javier Jiménez Espriú. Y aunque el actual secretario de Comunicaciones y Transportes se desmarcó hace tiempo de tal negocio, desmintiendo incluso en su momento que la presidiera y que fuera socio de la brasileña Odebrecht, lo que es un hecho es que lo sigue persiguiendo su pasado y no falta quien especule de las extrañas coincidencias y beneficiarios de la equivocada decisión de distribuir los petroliferos para combatir el huachicoleo.

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